16 de marzo de 2025

El Papa Francisco sobre Nuestra Señora y la Eucaristía

 


Del sitio Catholic Culture:

Durante el Sínodo de los Obispos de 2005, dedicado a la Sagrada Eucaristía, el cardenal Jorge Mario Bergoglio reflexionó sobre el Santísimo Sacramento y la Santísima Virgen María.

El cardenal Bergoglio no participó en los cuatro sínodos más recientes, dedicados a la nueva evangelización, la Iglesia en Oriente Medio, la Iglesia en África y la Palabra de Dios en la vida de la Iglesia.

Refiriéndose al documento de trabajo del sínodo de 2005, el cardenal Bergoglio afirmó que "una frase del Instrumentum Laboris (n. 2) dice que 'debemos ver si la ley de la oración corresponde a la ley de la fe”. Debemos considerar lo que el Pueblo de Dios cree y cómo el Pueblo de Dios vive, para que la Eucaristía pueda convertirse cada vez más en la fuente y la cumbre de la vida y la misión de ... la Iglesia'".

El cardenal Bergoglio describió esta declaración como "una riquísima intuición que va a buscar a Cristo en sus más humildes beneficiarios y testigos: en el santo Pueblo fiel de Dios, el pueblo que, en su totalidad, es infalible en el creer." (La afirmación del cardenal es probablemente una referencia a la enseñanza del Concilio Vaticano II de que "el conjunto de los fieles, ungidos como están por el Santo, no pueden equivocarse en materia de creencia").

El Cardenal Bergoglio, citando una exhortación apostólica y dos encíclicas del Papa Juan Pablo II, añadió:  pueblo fiel cree en la Eucaristía como pueblo sacerdotal (cf. Christifideles laici 1, 14). Es una participación cualitativamente constante (cf. CFL 1, 17).

Nuestro pueblo fiel cree como pueblo eucarístico en María. Une su afecto a la Eucaristía y su afecto a la Virgen, nuestra Señora y Madre (cf. Redemptoris Mater III, 44). En la "escuela de María", mujer eucarística, podemos releer contemplativamente los pasajes en los que Juan Pablo II ve a la Virgen como mujer eucarística, y verla no sola sino "en compañía de" (Hechos 1,14) el Pueblo de Dios.

Seguimos aquí esa regla de la tradición por la que, con matices diferentes, "lo que se dice de María se dice del alma de todo cristiano y de toda la Iglesia". (Ecclesia de Eucharistia, 57). Nuestros fieles tienen la verdadera "actitud eucarística" de agradecimiento y de alabanza.

Recordando a María, agradecen ser recordados por Ella, y este memorial de amor es verdaderamente eucarístico. A este respecto, repito lo que afirmaba Juan Pablo II en Ecclesia de Eucharistia, n. 58: "La Eucaristía se nos ha dado para que nuestra vida, como la de María, se convierta completamente en un Magnificat".

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