Puntarenas es parada obligatoria de muchos turistas que desean conocer el Pacífico costarricense. Repleta de islas, playas fotogénicas y bellos tesoros naturales, es una ciudad que desde sus inicios cuida y respeta el agua que la rodea.
Este cariño a las saladas aguas del Pacífico también le dio forma a una de sus más famosas tradiciones: las fiestas dedicadas a la Virgen del Mar.
La historia local dice que durante 1913 se produjo el milagroso rescate del naufragio del barco El Galileo. Al regresar a tierra, el capitán Don Hermenegildo y sus marineros contaron a los porteños que mientras estaban mar adentro fueron visitados por una mujer que les dio comida y fortaleza para soportar la soledad del mar.
Días después, los hombres visitaron la Iglesia de Puntarenas y para su sorpresa, vieron en la imagen de la Virgen del Carmen a aquella dama que les ofreció una nueva oportunidad de vivir. Según la tradición, el mismo Don Hermenegildo rezó a la Virgen para que los salvara del océano y de allí se sumó la ciudad para pagar sus respetos a la salvadora.
A partir de ese año, los habitantes de la ciudad portuaria tomaron el mes de julio como una manera de recordar el milagro.
Así es que, hoy día tenemos la tradicional procesión marítima de la Virgen del Mar, en la cual se pasea la imagen saliendo del Muellecito, pasando por el Barrio El Carmen hasta la Parroquia para que bendiga a Puntarenas.
Otro caso curioso de esta historia es la decoración de las lanchas pesqueras que participan de la procesión, que adoptan formas de peces, cisnes y dragones con papel decorativo. El uso de este recurso proviene de la comunidad china, quienes se unieron a los porteños para darle color a esta bonita festividad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario