9 de noviembre de 2018

Nuestra Señora de la Bruna

 
Una de las representaciones más antiguas de la Virgen del Carmen es el icono llamado "Bruna de Nápoles". En italiano, "bruna" significa "morena". Como el icono original se encuentra desde el s. XIII en el llamado "Carmen mayor" de la ciudad italiana de Nápoles, es mundialmente conocido como la "Bruna de Nápoles".
 
La imagen fue tan venerada en la Orden del Carmelo que se conservan unas 40 copias medievales en distintas ciudades y muchas otras posteriores, a veces con diversos añadidos, como ángeles, coronas o escapularios.
 
El tipo iconográfico de la "Bruna" de Nápoles es el llamado "Virgen de la ternura" ("Eleousa" en griego). Más en concreto sigue el modelo "del dulce amor" o "de los dulces besos" ("Glycofìloússa" en griego). Una representación bastante común en el Oriente cristiano (no olvidemos que los carmelitas venimos de Israel, por lo que nuestras raíces son orientales).

María tiene a su Hijo en brazos y apoya su rostro sereno en la mejilla del Niño Jesús, que con la mano izquierda se agarra del manto de su Madre y con la derecha acaricia su barbilla, al tiempo que levanta la pierna izquierda y apoya su pie desnudo en el brazo de su Madre. 

La mano derecha de la Virgen, al mismo tiempo que sostiene al Niño, lo señala indicando que "él es el camino". Así responde a la petición que hacemos en la Salve: "Muéstranos el fruto bendito de tu vientre". Madre e Hijo miran con afecto al orante.

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