En las concurridas calles de Guadalupe Nuevo, en Makati City, conocido como el lugar de los pobres urbanos de la ciudad, se encuentra una sencilla pero importante Iglesia que hoy se conoce como el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe - la Patrona Celestial de Filipinas. No es una mera coincidencia que el lugar se convirtiera más tarde en un lugar de peregrinación donde la Señora de la Tilma derramará sus gracias a sus devotos, al mismo tiempo que protegerá a sus hijos pobres.
Contrariamente a las afirmaciones de que la Virgen de Guadalupe es la Patrona Secundaria de Filipinas, el 16 de julio de 1935 el Papa Pío XI emitió una Bula Papal declarando que: "Por tanto, con nuestro cierto conocimiento y madura de libreración, y desde la plenitud de Nuestra Autoridad Apostólica, de acuerdo con el sentido de estas cartas y de manera perpetua, definimos y declaramos que la Santísima Virgen María, bajo el mencionado título de Guadalupe es ante Dios LA PATRONA CELESTIAL DE LAS ISLAS FILIPINAS. Por lo tanto, ordenamos que todos los Derechos Litúrgicos y privilegios que son propios de tal Patronazgo sean otorgados a Su Patronazgo Celestial. [...]
Dado en San Pedro de Roma, bajo el Sello del Pescador, a dieciséis de julio de mil novecientos treinta y cinco".
El 13 de noviembre de 2001, la celebración de la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe en Filipinas fue declarada Conmemoración Obligatoria. El 8 de septiembre de 2002, el Obispo Sócrates Villegas, DD declaró a la Virgen de Guadalupe Patrona Pro-vida en respuesta a los problemas sobre reproducción humana y mortalidad en el país.
La devoción a Nuestra Señora de Guadalupe es un baluarte en el país desde la época española y sigue floreciendo hasta nuestros días. Su fiesta, el 12 de diciembre, sigue siendo muy celebrada por sus devotos cada año. Las misas que se celebran cada 12:00 en el Santuario Nacional están siempre llenas de devotos de todo el país. Se conocen numerosos testimonios de milagros atribuidos a la Señora de la Tilma.
Al terminar este blogpost en honor a la Virgen de Guadalupe, meditemos en las palabras de Nuestra Señora que le dio a San Juan Diego para que le ayudara a continuar su misión y que serían también sus palabras de consuelo para todos nosotros.
"Escucha, mi hijo amado, no tengas miedo ni ansiedad en tu corazón. No intentes hacer nada por la grave enfermedad de tu tío ni por ningún otro problema tuyo. ¿No estoy yo aquí contigo, tu madre? ¿No estás segura a la sombra de mi protección? ¿No soy yo la fuente de tu vida y de tu felicidad? ¿No te tengo en mi regazo, envuelto en mis brazos? ¿Qué más puedes necesitar? No te aflijas ni te angusties. Sube de nuevo, hijo mío amado, a la cima de esta colina, al lugar donde me viste y me oíste hablar. Allí encontrarás flores. Recógelas, recógelas y tráemelas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario