26 de septiembre de 2019

Nuestra Señora de la Caravina

Del sitio Santuari Mariani:

El 11 de mayo de 1562, según la tradición popular, cuando terminó una procesión en la cercana aldea de Cima, los fieles regresaron a sus casas.

Dos mujeres, Pedrina di Cortivo y Beltramina Mazzucchi, llegaron a la capilla de Caravina, que había pintado en el fondo la Madonna Addolorata con Jesús muerto de rodillas, y entraron a rezar a la Virgen.

Para su asombro la vieron llorar de ambos ojos. La noticia se extendió por todo el territorio y también en la cercana Suiza y numerosos milagros confirmaron el llanto milagroso de la Virgen. El Arzobispo de Milán, que entonces era San Carlos Borromeo, fue informado de estos milagros y ordenó las pruebas canónicas. Más tarde, la autoridad eclesiástica declaró milagrosa la pintura de Nuestra Señora de Caravina y ordenó la erección del Santuario.

En la sacristía se expone la estola que el Arzobispo de Milán, el Cardenal Carlo Andrea Ferrari, llevó en el acto de recibir la unción extrema (8 de diciembre de 1920) y por su voluntad donada al Santuario de Caravina.
En el interior de la iglesia, a la derecha de la puerta principal, una inscripción latina recuerda al escultor Gian Antonio Paracca di Cressogno, conocido como el Valsoldo, que trabajaba en Roma en la época del Papa Gregorio XII.

El escritor Antonio Fogazzaro en el "Pequeño Mundo Antiguo" ha cantado románticamente el paisaje y la belleza natural del lugar donde se encuentra el Santuario, a las afueras de Valsolda.

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