27 de septiembre de 2019

Nuestra Señora de los Siete Dolores (Eslovaquia)

Del sitio Aleteia:

Eslovaquia, en Centroeuropa, es uno de los territorios que evangelizaron san Cirilo y san Metodio, hoy copatronos de Europa, en el siglo IX d.C. 

Por aquel entonces, el enclave denominado Sastín era un castillo, una fortificación que protegía el trazado de comunicaciones por el Danubio y el área de la Gran Moravia que hoy corresponde a la República Checa. En el reparto de territorios actual, sin embargo, la población de Šaštín se encuentra en Eslovaquia.

El primer texto escrito que hace referencia al castillo es de 1204 en el que Imrich II hace donación de la propiedad. Allí residía el señor del condado y además tenía su sede el arzobispo. En la fortaleza existía una capilla. 

El lugar que hoy encuentra el visitante es una basílica rodeada de jardín y bosque, en un enclave precioso. Ya la palabra de Šaštín lo recoge, porque en su origen se formó a partir de las palabras “Shaas” y “Tín”. Así, sería un castillo de árboles apretados.

Desde aquella época medieval, se sabe que cerca de Šaštín había un árbol del que los ya cristianos colgaron una pintura de los Siete Dolores de la Virgen. Aquella imagen concentró la mirada de los fieles durante siglos y fue el germen de una devoción que ha alcanzado nuestros días. 

En el año 1564, Angelika Bakičová, la esposa del conde Imrich Czobor, que era el dueño de Šaštin, tenía un problema familiar y prometió a Dios que si se solucionaba haría esculpir una estatua de los Siete Dolores de Nuestra Señora. 

Así fue, el problema se solventó y la señora del castillo encargó la estatua, que fue colocada en una capilla triangular que puede visitarse en la actualidad.

En la segunda mitad del siglo XVI, debido a los constantes ataques de los turcos, la imagen peligraba y se decidió su traslado provisional a un castillo cercano para que quedara más protegida. Quedó en la capilla de san Imrich. 

En 1710 de nuevo regresó a Šaštín y la fama milagrosa de los Siete Dolores de la Virgen no paró de aumentar.

En 1732, en vista de la fama que rodeaba a la imagen, el obispo de Esterházy creó una Comisión que estudiaría los 726 casos que hasta el momento se documentaban acerca de posibles curaciones milagrosas. El resultado fue que la imagen fue declarada milagrosa y el 10 de noviembre de aquel año, en medio de una fiesta que convocó a gentes de todo el país, se refrendó su valor milagroso. 

En 1733, la Orden Paulina se hace cargo de los Siete Dolores de la Virgen y construyen una iglesia y un monasterio. Sin interrupción es centro de peregrinación de los fieles que acuden a Nuestra Señora. 

En 1760 ya se había cubierto aguas y el constructor imperial, Hildebrandt, se encarga de la decoración interior del templo, del altar de mármol rojo y de la fachada. Los gastos corren a cargo de las gentes de la zona, que contribuyen generosamente con donativos y a ellos se suma una aportación de la emperatriz María Teresa.
En 1762 se consagra el templo. 

El 8 de septiembre de 1864, la estatua fue enriquecida con dos coronas de oro bendecidas por el Papa Pío IX. Por los textos históricos sabemos que asistieron a la ceremonia unos 300 clérigos y 120.000 laicos. 

En 1914, a causa de la Primera Guerra Mundial, se retiraron las campanas para fundirlas y emplearlas como material bélico. Estas no serían sustituidas hasta 1928, en que llegaría una campaaa de más de 4 toneladas. 

El 22 de abril de 1927, el papa Pio XI, con el decreto Celebre apud Slovaccham gentem, declara a la Virgen María de los Siete Dolores la santa patrona de Eslovaquia. Un mes después, el 22 de mayo, fue proclamada solemnemente por tres obispos y 40,000 peregrinos. 

Šaštín ha sido testimonio de la persecución religiosa, primero con la disolución de la Orden Paulina y más tarde, en 1950, con la represión comunista que expulsó a los salesianos. El sacerdote diocesano era quien se hizo cargo entonces y, contra todo pronóstico, las peregrinaciones no pararon. 

En 1964, pasa a ser basílica menor por nombramiento papal. 

En 1990, con la caída del Muro de Berlín y el declive del comunismo, el santuario vuelve al cuidado de los salesianos.

Ese mismo año, el Papa San Juan Pablo II sobrevuela la basílica en helicóptero y afirma que tiene el deseo de acudir a los Siete Dolores en peregrinación. Así es, en julio de 1995, en su visita a la que entonces era Checoslovaquia, el Papa visita a la Virgen. 

Otra santa, la Madre Teresa de Calcuta, también peregrinó al santuario. Fue el 6 de junio de 1987 y de aquella visita se conservan unas pocas imágenes fotográficas.

La basílica ha establecido varias peregrinaciones anuales que tienen una afluencia numerosísima de personas: por San Valentín (14 de febrero), la peregrinación de hombres (día después del Domingo de Resurrección), de maestros (el 6 de mayo por Santo Domingo Savio), de embarazadas (para el Día de la Madre, el 2 de mayo), de los católicos griegos de la eparquía de Bratislava (sábado después de la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús), del último sábado de junio, de la Hermandad del Rosario (7 de octubre) y de corazones rotos (divorcios, matrimonios y familias en crisis), en octubre. 

La gran fiesta de peregrinación nacional se celebra cada 15 de septiembre, festividad de Nuestra Señora de los Dolores en toda la Iglesia universal.

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