Del sitio Asociación Apóstolica de Oración Regina Angelorum:
Según el relato, los habitantes de Kuehn, cerca de Bruselas, sufrían de malas cosechas y mucha enfermedad.
Desesperados, acudieron con fervor a la pequeña ermita dedicada a la Virgen María, implorándole que les ayudara en su sufrimiento.
De repente, la imagen de la Virgen sonrió y una dulce voz les pidió que le erigieran una iglesia en ese mismo lugar. Prometió que al día siguiente les indicaría dónde y cómo debían construirla. Se dice que incluso se marcó el perímetro de la futura iglesia con una línea que aún es visible.
Este milagro recuerda al narrado en las Bodas de Caná, cuando la Virgen María intercedió ante su Hijo Jesús para que solucionara la escasez de vino. Aunque inicialmente Jesús parecía no querer ayudar, finalmente accedió a la petición de su Madre y convirtió el agua en excelente vino.
De manera similar, en Kuehn la Virgen confía en que su Hijo escuchará su súplica y acudirá en ayuda de su pueblo. Como una madre amorosa, María sabe que Jesús no podrá negar la petición de su amada Madre, y espera que él resuelva las dificultades que afligen a sus devotos. Y la bendición de Nuestra Señora salvó no sólo de problemas graves sino trajo grandes gracias espirituales y materiales.
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