10 de febrero de 2023

Nuestra Señora de El Escorial

 

Del sitio Prado Nuevo:

El 14 de junio de 1981, domingo de la Santísima Trinidad, se iniciaron las denominadas "apariciones del Escorial". Luz Amparo Cuevas fue la persona agraciada por esta revelación mariana en la finca de "Prado Nuevo" en El Escorial (Madrid). A esta fecha tan significativa, precedieron algunas manifestaciones previas del Señor y de la Virgen, desde noviembre de 1980.

Aquel día, testimonia Luz Amparo que pudo contemplar a la Virgen de los Dolores sobre un fresno, que a partir de entonces se convierte en el centro de reunión de multitud de personas, a lo largo de los años, para orar con especial devoción, sobre todo la plegaria predilecta de María: el Rosario.

Nuestra Señora le pidió que se construyera allí una capilla en su honor para meditar la Pasión de su Hijo "que está completamente olvidada". Y añadió: "Si hacen lo que yo digo, habrá curaciones. Este agua curará (se refiere a la que mana de la fuente que allí se encuentra). Todo el que venga a rezar aquí diariamente el santo Rosario, será bendecido por mí. Muchos serán marcados con una cruz en la frente. Haced penitencia. Haced oración".

Pero las manifestaciones no comenzaron en Prado Nuevo. Luz Amparo recibió mensajes de El Señor desde el 13 de noviembre de 1980 en el municipio de San Lorenzo de El Escorial. Sus primeras palabras fueron: "Hija, reza por la paz del mundo y por la conversión de los pecadores; que el mundo está en un gran peligro". También Luz Amparo comenzó a recibir los estigmas de la Pasión de El Señor el 15 de noviembre de ese mismo año. Luz Amparo relataba un mensaje de El Señor así: "Hija mía, esta es la Pasión de Cristo; la tienes que pasar entera”. Contesto: “Yo no lo resisto”. Él me dice: “Si tú, en unos segundos no lo resistes, cuánto pasaría Yo, horas enteras, en una cruz, muriendo por los mismos que me estaban crucificando”. Me pregunta el Señor si acepto y yo le respondo: “Con tu ayuda, Señor, lo soportaré”. Continúa el Señor: “Por cada dolor, hija mía, se convertirán trescientas almas”.

Estos extraordinarios acontecimientos se fueron propagando con una resonancia constante y en aumento hasta saltar incluso nuestras fronteras. Con el paso del tiempo, muchas personas se ha visto beneficiadas con su visita a Prado Nuevo —donde se reúnen los fieles diariamente a orar, y especialmente los primeros sábados de mes—, sintiendo que sus vidas cambiaban, acercándose a la Iglesia y a los sacramentos, y creciendo en obras de caridad con el prójimo.

Las manifestaciones de El Señor y la Virgen continuaron hasta el 4 de mayo de 2002, fecha en la que finalizaron los mensajes. El Señor dijo en aquella ocasión "Sólo pido, hijos míos, que meditéis todos los mensajes, que todo se va cumpliendo; meditad desde el primero hasta el último, veréis cómo todo lo que se ha dicho, se cumple". También añadió "No habrá más mensajes, pero habrá bendiciones muy especiales y marcas que quedarán selladas en las frentes".

"Acudid a este lugar, hijos míos, que todos seréis marcados y bendecidos con bendiciones muy especiales; y meditad todos los mensajes. Hijos míos, ¡qué duro está vuestro corazón! ¿No os enternecen estas palabras tan tiernas de vuestra Madre del Cielo, hijos míos? Arrepentíos, hijos míos, y convertíos, no ofendáis más al Señor —¡está tan ofendido!—, que sólo pido oración, sacrificio y penitencia para poder reparar tantos pecados como se cometen en el mundo. Os dije que los siete pecados capitales el demonio los lleva en triunfo; hace falta que los hombres vuelvan la mirada a Dios y se arrepientan, y vivan una vida santa de amor y de entrega a Dios. Muchos fariseos viven no según el espíritu, sino según la carne y los vicios".

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