Del sitio Fundación Cari Filii:
El pasado domingo 26 de mayo los europeos estuvieron llamados a las urnas para elegir a sus representantes del Parlamento de una Unión que comparte una bandera inspirada, según explicó su creador, en la Virgen María y su corona de doce estrellas con un fondo azul. Era precisamente el cristianismo el nexo de unión de una Europa que poco a poco ha ido olvidando y despreciando esta herencia.
Y como no podía ser de otro modo la Virgen María no es ajena a lo que ocurre en Europa. No lo es ahora y no lo ha sido en el pasado. Así es como existe una antigua advocación mariana con más de siete siglos de historia. Se trata de la Virgen de Europa y que va irremediablemente unida a la historia de España, donde nació y donde ha arraigado de manera más notable.
Curiosamente, la advocación de Nuestra Señora de Europa hunde su tradición en una de las puertas de entrada al continente, la punta de Gibraltar que separa apenas unos kilómetros de África. Y su historia va unida a la de Europa, con batallas y destrucción por parte de los musulmanes, la custodia de los católicos españoles, un nuevo ataque de los protestantes y después ya una paz que se mantiene hasta la actualidad.Según relata Luis Antequera, experto en temas de divulgación religiosa, la devoción a Nuestra Señora de Europa se remontaría al siglo XIV, concretamente al año 1309 cuando el Rey Fernando IV de Castilla logra reconquistar Gibraltar a los musulmanes y convierte en una ermita la mezquita.
Sin embargo, pocos años después, en 1333 este lugar volvió a caer en manos musulmanas hasta que en forma definitiva en 1462, Alonso de Arcos, que estaba al servicio del Duque de Medina Sidonia, logró reconquistar Gibraltar siendo ya constatada la devoción a Nuestra Señora de Europa en un lugar muy emblemático y estratégico.
Esta imagen mariana ha sufrido numerosos ataques a lo largo de la historia, y la tranquilidad no ha sido su seña de identidad. Así, en 1540 corsarios turcos atacaron Gibraltar y aunque la flota española les derrotó les dio tiempo a saquear el santuario mariano y destruir la talla de Nuestra Señora, que tuvo que ser restaurada en Sevilla.
Las crónicas escritas narran los milagros producidos por intercesión de Nuestra Señora de Europa y la enorme devoción que se le tenía. Así aparecía reflejado en la "Historia de la Muy Noble y Más leal Ciudad de Gibraltar (1622) de Alonso Hernández del Portillo o en la obra Cádiz ilustrada" (1690), de Fray Jerónimo de la Concepción.
Los barcos que surcaban el estrecho rendían tributo a la Virgen, y los marineros a menudo le llevaban ofrendas. El lugar se acondicionó para que una luz de aceite iluminara constantemente la imagen y la torre. Allí se pueden leer concesiones y agradecimientos de las personas que invocaron su nombre.
Pero el tiempo de tranquilidad se vio truncado de nuevo cuando en 1704 Gibraltar fue tomado por los británicos durante la Guerra de Sucesión Española. Nuevamente el santuario fue saqueado y la imagen de la Virgen mutilada y arrojada al mar.
Fue precisamente un pescador español el que logró rescatar de las aguas la imagen mariana y la entregó al sacerdote Juan Romero de Figueroa, que la llevó a Algeciras, donde ha sido venerada en la capilla de Nuestra Señora de Europa.
La talla mide unos 60 centímetros y representa a una virgen sedente que sostiene con su mano derecha un cetro terminado en tres flores, y con su mano izquierda a un niño con los brazos abiertos, madre y niño coronados.
Pero los gibraltareños, ya pertenecientes a Reino Unido y no a España, echaban de menos a su Virgen y realizaron una copia que veneraban en la catedral católica hasta que en 1864 monseñor Juan Bautista Scandella consiguió que el Papa Pío IX autorizase el traslado de la imagen original de Nuestra Señora de Europa desde Algeciras, lugar en el que se encontraba desde que fuera mutilada por las tropas británicas. Los vecinos de Algeciras tuvieron que hacer entonces su propia copia de la talla para mantener esta devoción
Sin embargo, la imagen de Nuestra Señora de Europa no volvió a su lugar original pues el santuario no fue reconstruido hasta 1962 y la Virgen no volvió a él hasta 1968.
Fue San Juan Pablo II el que en 1979, poco después de haber sido elegido Sumo Pontífice, la nombró patrona de Gibraltar trasladando su festividad al 5 de mayo, pues hasta entonces se celebraba el día 30.
El propio Vaticano quiso reconocer a esta advocación y para ello emitió un sello en 2009 para conmemorar los 700 años de la veneración a Nuestra Señora de Europa, quedando así claro que el origen proviene de la primera conquista de Gibraltar en 1309.
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