11 de noviembre de 2025

Las apariciones desde el siglo XIX de Nuestra Señora en Ucrania

 

Traducido y adaptado del sitio 1000 razones para creer:

En 1806, una epidemia de cólera azota parte de Ucrania. Stephen Chapowskyj, un hombre muy devoto, habitante del pueblo de Hrushiv, pinta un ícono de la Virgen que los aldeanos colocan inmediatamente en el tronco de un sauce. Unos días más tarde, Stephen, mientras rezaba junto a su ícono, vio cómo la imagen pintada se convertía en una mujer viva que no tardó en revelarle su identidad: la bendita Madre de Dios. En los días siguientes, numerosos peregrinos acudieron a rezar. Los enfermos contagiados por el cólera se curaron de forma extraordinaria y la epidemia finalmente se detuvo milagrosamente.

En 1856, Ucrania se ve nuevamente afectada por el cólera. Una mujer ve entonces a la Virgen en un sueño, que le dice: "Hija mía, te pido que limpies el pozo profanado. Celebra allí la misa y la muerte cesará en el pueblo". Ella se apresura a hacerlo. La epidemia cesa bruscamente. Se construye una capilla dedicada a la Santísima Trinidad sobre el pozo.

El 12 de mayo de 1914, María vuelve a aparecer en el pueblo. Advierte a los habitantes de que "desgracias" se abatirán sobre el país. Se ve una luz magnífica cerca de la capilla de la Santísima Trinidad, junto al pozo comunitario. Al día siguiente y al otro, veintidós personas ven a la Virgen al mismo tiempo.

Nuestra Señora anuncia que los creyentes tendrán que sufrir, que los ucranianos serán perseguidos y que algunos vivirán lo suficiente para ver "tres guerras", tras las cuales el país será libre (lo que ocurrió en 1989).

El 26 de abril de 1986, los medios de comunicación de todo el mundo difunden la noticia de la catástrofe de la central nuclear de Chernóbil. Un año después, día por día, una niña de diez años, María Kyzin, ve a su vez a la Virgen. La aparición advierte que el horror de Chernóbil es una señal del peligro que amenaza al mundo y a los cristianos.

 El 13 de mayo de 1987, aniversario de las apariciones de Fátima, la televisión local, controlada por la KGB, transmitió en vivo un programa sobre las apariciones para burlarse de los creyentes y peregrinos. Un número increíble de telespectadores ven a la Virgen aparecer en sus pantallas envuelta en una hermosa luz, "flotando sobre la iglesia" y sosteniendo "al Niño Jesús en sus brazos", mientras que ningún técnico de televisión ve nada. 

Del 9 al 12 de mayo siguiente, Josyp Terelya, ucraniano nacido en 1943, preso político desde hacía veintitrés años por las autoridades soviéticas, ve a su vez a la Virgen seis veces seguidas. Ya había recibido la visita de María en 1972, en su celda.

Decenas de miles de personas, católicas y ortodoxas, ucranianas y extranjeras, acuden en masa a Hrushiv a pesar de las múltiples medidas coercitivas adoptadas por las autoridades soviéticas para acabar con la peregrinación, considerada ilegal a los ojos de Moscú, y a pesar de que la Iglesia uniate permaneció en la clandestinidad hasta 1989. Hombres y mujeres son detenidos y juzgados por "actividad católica ucraniana". El clero católico, reducido a una vida "clandestina" o adherido a la ortodoxia, no puede llevar a cabo una investigación real sobre las apariciones. Sin embargo, nadie en el clero ha expresado jamás la más mínima duda, y la peregrinación ha perdurado.

Más allá de las apariciones —experiencias visionarias coherentes y documentadas, que dieron frutos variados y duraderos a todos los niveles— y de la calidad evangélica de los mensajes, los acontecimientos de Hrushiv revelaron la increíble piedad de los habitantes, su confianza en la palabra de Dios, a pesar de las persecuciones de las que son víctimas, y su fidelidad a Jesús y a su Madre desde hace más de dos siglos.

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