31 de enero de 2018

Nuestra Señora de la Esperanza

Del sitio Where We Walked:

La devoción a Nuestra Señora de la Esperanza en Brasil data de su descubrimiento: Pedro Álvares Cabral emprendió su viaje a las Indias, que culminó en el descubrimiento de Brasil, llevando en su nave una imagen de Nuestra Señora de la Esperanza.  

El padre Vaz Caminha, en una de sus cartas al rey portugués Don Manuel I, relató que las primeras misas católicas se dijeron en suelo brasileño, el 26 de abril y el 1 de mayo de 1500, en presencia de una gran cruz y bajo la mirada maternal de la Madre de la Esperanza. Esta imagen regresó a Brasil en 1955 para el Congreso Eucarístico Internacional en Río de Janeiro. 

Una réplica se encuentra en la Catedral de Brasilia, y cuando Cidade da Esperança se estableció, otras 11 parroquias brasileñas la reclamaron como patrona. 

 Inaugurada el 31 de enero de 1966, Cidade da Esperança (Ciudad de la Esperanza) fue el primer desarrollo de vivienda pública en el país, un modelo para aquellos en otros estados. Cuando la comunidad estaba siendo planeada, las mujeres católicas decidieron la idea de construir una iglesia para Nuestra Señora de la Esperanza. La parroquia celebra su fiesta patronal en la fecha de fundación de la comunidad

30 de enero de 2018

Nuestra Señora de Tinos o Panagia Evangelistra

Del sitio Foros de la Virgen:
Un humilde campesino llamado Ioannis Kiouzi, muy piadoso, desde una edad temprana había oído a los ancianos contar que en un lugar llamado Site situado en el campo de un tal Doxara, hubo una vez una gran princesa que había revivido.
Para la mayoría de las personas era una leyenda sin sentido.
Posteriormente, un tal Michael Polyzoi tuvo un sueño: En febrero de 1821, a los 80 años, vio a una mujer de gran belleza que le decía con dulzura: “Vaya a mi campo, el de Antonio Doxara, excave y recupere mi santo icono”.
El anciano se despertó y, no sin vacilaciones, se decidió a hablar con algunos de sus amigos.
Después de mucha investigación resultó inútil, informó a su párroco, que lo condujo al Metropolita Gabriel. Este se mostró indeciso en espera de otros eventos.
En Julio 9 de 1822, en el Monasterio de la conocida “Madre de Dios de los Santos Ángeles”, una monja piadosa, Pelagia, también tuvo un sueño.
Fue alcanzada por un olor a flores muy fuerte, vio la puerta de su celda abrirse y una señora con un paso imponente, rodeada por una gran luz, entra y se acerca a la cama, diciendo: “Levántate y ve a buscar rápidamente a un hombre llamado Stampatello Caldani. Dile de mi parte que no puedo soportar mas el lugar donde estoy desde hace tantos años; que excave en la finca de Antonio Doxara y construya una gran casa nueva…”.
Dicho esto, la mujer se volvió invisible. Pelagia se levantó y todas las campanas tocaban a maitines. Sin embargo, se negó a revelar su sueño, por temor a que fuera una ilusión.
Una semana más tarde, en la noche entre el sábado y el domingo, el 16 de julio, la misma mujer, rodeada de luz, se apareció de nuevo a la monja y le reiteró con insistencia su deseo.
Pelagia, indecisa, se preguntó qué hacer, qué diría la gente, y si este sueño en realidad venía de Dios.
El tercer domingo, 23 de julio, antes de Maitines, la mujer desconocida se le apareció y le dijo con severidad: “¿Por qué no has seguido mi orden y estas dudosa? ¿Por qué no tienes fe?”.
Ante estas palabras la monja Pelagia comenzó a temblar y se despertó presa de miedo. Ya despierta ve a la señora que de pronto levanta la mano y le dice: “Escucha por última vez, Pelagia: si no haces lo que he pedido, borraré tu nombre del libro de la vida”.
La monja, más asustada que nunca, sólo tuvo el coraje de preguntarle: “¿Pero usted quien es que me da órdenes para hacer estas cosas y esta tan enojada conmigo?”.
Entonces la señora con gran gracia señala con el dedo todo el mundo y dijo en voz muy baja: “Tierra, anuncia una gran alegría …”.
La monja Pelagia cayó de rodillas, y tuvo sólo fuerza para continuar el “Megalinario” Himno de la IX Oda del Canon de la Fiesta de la Anunciación: “Celebran, los cielos, la gloria de Dios”.
Después de misa, le dijo sobre la visión a la abadesa y al capellán. Estos, sin saber qué hacer, la envían al Metropolita Gabriel.
El obispo de Tinos, que ya había tenido otros dos signos, escuchó a la monja con gran interés ahora convencido de que en el campo de Doxara estaba ubicada una antigua iglesia con un icono de la Virgen, y decidió hacer todo lo posible para encontrarla y para construir una nueva iglesia, según lo solicitado por la Madre de Dios.
Después de sonar las campanas, en presencia de todo el clero, el alcalde y todos los vecinos, hizo un sermón y llamó a todo el pueblo de Tinos a reconocer el milagro y recuperar el icono.
Las excavaciones comenzaron en septiembre de 1822 y continuaron durante dos meses sin interrupción, hasta que salieron a luz las ruinas de una antigua iglesia y los restos de un pozo seco, pero no el icono.
La búsqueda se paralizó, pero inmediatamente cayó sobre la ciudad una peste que fue interpretada como un aviso de que debían seguir buscando. La búsqueda continuó hasta que el 30 de enero de 1823, un trabajador de nombre Vlassi con su azadón chocó con algo que se partió en dos: era el icono.
Una vez que se limpia y se recompone, se dan cuenta que era un icono de la La Anunciación de la Madre de Dios como dio a entender María, que permaneció escondido en el suelo durante casi ochocientos años.
La noticia corrió por toda la isla de Tinos, las campanas empezaron a sonar y la gente entusiasmada se reunió en el campo de Doxara donde el Metropolita Gabriel, de rodillas y con lágrimas, abrazaba el icono y cantaba junto con los fieles Himno de la Anunciación de la siguiente manera: “Hoy es el comienzo de nuestra salvación y la manifestación del misterio escondido desde los siglos: el Hijo de Dios se convierte en el Hijo de la Virgen, y Gabriel trajo la buena nueva de la gracia. Con él, aclamamos a la Virgen … “.
El Icono de la Madonna Evangelistria, es decir, de la Anunciación, también es llamado por el pueblo Megalocharis, es decir, la “gran gracia” o “llena de gracia”.

29 de enero de 2018

Nuestra Señora de la Concepción de los Capuchinos

Del sitio ofical de la Iglesia Capuchina:
La Iglesia fue construida por el cardenal Antonio Barberini, un capuchino. Su hermano, el Papa Urbano VIII Barberini, bendijo la primera piedra el 4 de octubre, siendo la fiesta de San Francisco, en 1626 y celebró la primera misa el 8 de septiembre de 1630. El diseño de la iglesia es del arquitecto papal Michele da Bergamo (+1641), fraile capuchino, quien también dirigió las obras y dejó un Memorando detallado.Es la primera iglesia romana dedicada "A Dios en honor a la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María". Y "a cargo de los Hermanos Menores Capuchinos", ese grupo de franciscanos que viven en el convento adyacente reconstruido 1928-33, después de que fue derribado en 1631, para abrir la actual Via Vittorio Veneto, y para construir el Ministerio de Corporaciones, como fue llamado entonces.
Se ingresa por una escalera de tijera, sobre la que se alza la fachada de ladrillo, con pilastras de piedra blanca, divididas en dos órdenes superpuestas. En la inferior se abre la puerta, coronada por un tímpano triangular y dos ventanas pequeñas; en la superior hay una gran ventana con arquitrabe curvilíneo, coronada por un tímpano con una ventana oval.Como todas las iglesias de los Capuchinos, es de una sola nave con capillas laterales levantadas y cerrada con puertas de madera. Solo el altar central fue construido en mármol, por voluntad del Urbano VIII Barberini, cuyo escudo de armas se puede ver en la base de las dos columnas. Una pared divide el presbiterio del coro detrás de él, que tiene tres órdenes de asientos con los contadores de 1739.Lavuelta de la Iglesia está en el barril con la Asunción de Liborio Coccetti (+1728) en el medio. A los dos lados del arco del presbiterio las pinturas con San Francisco y Santa Clara, pintadas por la Plaza de los Capuchinos Paolo (Cosmo da Castelfranco Veneto, +1620).En el lado capillas están enterrados: el primer santo capuchino, Félix de Cantalicio (1587) y muchos hermanos muertos en la fama de santidad, entre ellos, en la primera capilla a la derecha, el popular fraile de la TV, el padre Mariano de Turín (1972 ), de los cuales la causa de la beatificación está en progreso.
El suelo está cubierto con las piedras sepulcrales, la primera en el centro, cerca de los principales escalones del altar, es el cardenal Antonio Barberini, el fundador de la iglesia y el convento, que dictaba las palabras para su lápida: Hic iacet cinis pulvis et nihil (Aquí yace el polvo, las cenizas y nada). La única tumba de cierto relieve monumental es la del príncipe Alexander Sobieski (+1714), hijo de Juan III, el ganador de los turcos en Viena, por Camillo Rusconi (+1728).

28 de enero de 2018

Nuestra Señora del Buen Socorro

Del sitio Puntadas Marianas
La Basílica de Notre-Dame de Bonsecours  está cerca de Ruán, en el lugar de peregrinación dedicado a la Virgen en Rouen. Fue diseñada por el arquitecto Jacques-Eugène Bartolomé.
Su origen se remonta a la Edad Media y su historia se narra en una placa de mármol en la pared del porche.
La Basílica ha tenido dos denominaciones: la Capilla Blosville (el pueblo la convirtió en "Blosville - Bonsecours" y luego "Bonsecours" en 1959), cerca del castillo mencionado que existía. Ella pertenecía a los señores de Pavilly que la cedieron a los monjes de Saint- Lô en 1186. Esta capilla fue sustituida en 1332 por una iglesia parroquial destruida en 1473 por las tropas de Carlos el Temerario y reconstruida antes de que fuera sustituida por el actual edificio por la iniciativa del Padre Godfrey, nombrado en 1838.
Sin embargo, conserva la antigua iglesia, que fuera arruinada por la Revolución Francesa, la parte más importante que es la imagen más venerada de Notre -Dame de Bonsecours , policromada del siglo XVI.
La primera piedra del nuevo edificio se colocó el 4 de marzo de 1840. La basílica fue diseñada por el arquitecto Eugène Jacques Barthélemy en el estilo neogóticosiendo éste es también el primer ejemplo de este estilo en Francia. Tiene una nave flanqueada por naves laterales, sin crucero y una torre coronada por un capitel encima del portal occidental. La construcción terminó en 1844 , la bendición tuvo lugar en octubre de este año .
 El Papa Pío IX honró al santuario de Notre -Dame de Bonsecours con el privilegio de coronación el 15 de julio 1870 . El cardenal arzobispo de Rouen Obispo Bonnechose coronó a la Virgen el 24 de mayo 1880 . El 18 de mayo 1980 tuvo lugar la celebración del centenario de la coronación .
El interior de la basílica tiene la particularidad de ser totalmente pintado, siguiendo el ejemplo de la Sainte- Chapelle.
Los órganos de Aristide Cavaillé -Coll fue inaugurado por Lefebure - Wely 20 de noviembre 1857 . Ahora tienen 3 teclados , pedales, 32 juegos. El buffet es de estilo gótico .
El altar mayor , de estilo gótico , fue esculpido por Victor Fulconis .
La puerta de hierro forjado de la capilla de la Virgen fue terminado en 1850 por el arte herrero Pierre Boulanger autor bisagras notables del portal central de la catedral Notre-Dame Paris2 .
La basílica tiene una amplia colección de vidrieras cristalería Gsell Choisy -le- Roi (1844 ), incluyendo la pila bautismal más cercano, el Hermano Philip Bransiet, Superior General de los Hermanos de las Escuelas Cristianas vidrieras, ofrecido para conmemorar el paso Bonsecours Juan Bautista de La Salle.

27 de enero de 2018

Nuestra Señora del Pilar de Castenaso

Del sitio Foros de la Virgen:
El 27 de enero 1699 ocurrió un hecho que llamó la atención de los pobladores de Castenaso : la Virgen le habla a una joven llamada María Magdalena Azzaroni y este acontecimiento marca un antes y un despúes.
Habiendo transcurrido cuatro años de la aparición, el santuario fue construido y es el que actualmente se encuentra en Castenaso, en sustitución del oratorio más pequeño y de menor envergadura, el cual es de estilo barroco.
La torre del campanario, se construyó en 1933 y fue diseñada por Gulli.
La joven a la que le habla María vivía junto a su familia, eran campesinos, Giambattista Azzaroni con su mujer Isabella Mazzoli y cinco hijos.
Esta joven era la mayor de los hijos del matrimonio Azzaroni, se llamaba María Magdalena.
Ella acostumbraba pasar por la iglesia solitaria para honrar a la Virgen con su plegaria día a día.
Ese martes 27 de enero, cuando su madre le dice que vaya a casa de su tía por una medida de aceto, en ese transcurso, María Magdalena, pasa por la imagen de Nuestra Señora para darle un saludo, y al irse, le parece escuchar una voz que la llama por su nombre.
Mira pero al no ver a nadie prosigue su camino, retira lo que fue a buscar a la casa de su tía y retorna a su casa, pasando de nuevo delante de la iglesia.
Allí oye nuevamente la voz dulce que muy claramente dice: “¿María Magdalena, no continúas más con tu devoción a la Madonna?”.
La joven extrañada por el hecho se dispone pronto a orar cuando ve que la Virgen como saliendo del cuadro le toma de la mano dulcemente y le encomienda ser siempre su devota.
Pese a la incredulidad de sus padres y ante la persistencia y convencimiento de la joven, las autoridades eclesiásticas examinaron su persona y su caso, dándole el necesario respaldo.
Tras aquel episodio la joven Magdalena profesó como religiosa, el párroco sacerdote era en ese momento Don Sebastiano Bianconcini quien la interroga y el Vicario General de la Diócesis de Bologna comienza un proceso canónico para investigar el hecho acaecido.
La bendecida vidente Maria Magdalena Azzaroni, el 21 diciembre de 1702 se consagra al Señor en el Convento de Santa Cristina en Senigallia. Dedica toda su vida a la devoción de la Virgen, y en 1744 nace a la vida celestial.
Cuando culmina la segunda guerra mundial, en el momento de la retirada, los alemanes colocaron explosivos en el campanario para destruir la iglesia, pero por milagro no pudo destruir esta obra de Dios.

26 de enero de 2018

Nuestra Señora de la Vida

Del sitio María de Nazareth:
Nuestra Señora de la Vida es un santuario de la región de Aviñón, en Venasque, Francia, donde la Virgen María es venerada desde el Siglo VI. ¡Ella atrajo al padre Marie-Eugène! (Beato desde el 19 de enero de 2016)
De hecho, en el año 1931, el padre Marie-Eugène descubre el antiguo santuario de Nuestra Señora de la Vida, y reconoce una presencia viva que no ha cesado de acompañarlo. Descubre también una fuente poderosa de gracia.
De ahí que va a fundar el Instituto secular Notre Dame de Vie. Pertenecer a Notre Dame de Vie significa estar profundamente marcado por la presencia de la Virgen María en su propia existencia.
"Desde que estamos aquí, hemos asistido al magnífico espectáculo de la fecundidad de la Virgen María. Ella escogió este lugar para alumbrar aquí sus hijos, para llevar almas y llenarlas de su luz y de su vida (…) Lo importante no es el hecho que estemos aquí, que hayamos visto tal o cual cosa; no, el hecho que domina todo es la resurgencia de la vida, del seno, del alma de Nuestra Señora de la Vida” escribe el padre Marie-Eugène en La Vierge Marie toute Mère (pág. 177-178).

25 de enero de 2018

Nuestra Señora de la Victoria del Prado

Del sitio Expomaría:

Pueblo agrícola y minero, su situación estratégica en la autopista que va de Barquisimeto a Valencia y Caracas, Venezuela, hace de Nirgua un centro poblado pujante y con muchas posibilidades de desarrollo comercial y turístico.

Lo primero que llama la atención a la entrada, es la gran estatua de la Virgen de la Victoria del Prado de Talavera, patrona de Nirgua. Esta Virgen, originalmente del pueblo de Talavera de la Reina (Toledo) España, la cual a su vez fue traída a España desde Tierra Santa llevada al pueblo de Talavera en el año 602 por el rey visigodo Liuva II, con la idea de cristianizar el templo pagano de la diosa Ceres, al oriente de dicho centro urbano. 
 
Se le hizo una ermita en un lugar llamado El Prado. Se dice que los indígenas de la zona, los nívar, tenían una diosa de la naturaleza llamada Yara (podría ser que Yaracuy significara "lugar de Yara"), y que al llegar los españoles, la cristianizaron con el nombre de Nuestra Señora María de la Onza del Prado de Talavera de Nivar que con el tiempo llegó a llamarse María de la Onza y finalmente María Lionza.

24 de enero de 2018

Nuestra Señora de la Paz

Del sitio Catholic.net
El 18 de diciembre del año 645, pasada la medianoche, terminado el IX Concilio de Toledo, su arzobispo San Ildefonso, ferviente devoto de la Virgen María, en compañía de algunos colaboradores, se dirigió a la Catedral para cantar los maitines. Al entrar, se produjo en el altar un resplandor fuerte e irresistible a los ojos corporales. Los acompañantes del arzobispo huyeron asustados, pero él avanzó resueltamente y vio a la Santísima Virgen, que había descendido del cielo y estaba sentada en su cátedra episcopal. La Madre de Dios habló con dulces palabras a su fiel servidor y promotor de la fe en su Inmaculada Concepción, le entregó una casulla, que se conserva allí, y después desapareció. Por este particular beneficio, a su muerte ocurrida el 23 de enero de 667, la Iglesia de Toledo decretó que el 24 de enero se celebrase solemnemente en todo el arzobispado, el memorable descenso de la Virgen María a la Iglesia Catedral.
Sin embargo, el nombre y la advocación de Nuestra Señora de la Paz le es dado a fines del siglo XI, a raíz de un singular acontecimiento histórico.
En efecto, en el año 1085, Alfonso VI, rey de Castilla (España), reconquistó la ciudad de Toledo tomada por los moros (musulmanes). Una de las condiciones estipuladas en el Tratado de Paz, fue que el Templo principal de la ciudad quedase para los moriscos como mezquita. El rey Alfonso firmó el Tratado y enseguida se ausentó de Toledo, dejando a su esposa, la reina Constanza, como gobernadora de la plaza.
Pero los cristianos consideraron cosa indigna que, si nuevamente eran dueños de la ciudad, no lo fuesen de la Iglesia Metropolitana consagrada a la Santísima Virgen. En consecuencia, fueron a presentar sus quejas ante el arzobispo Rodrigo y ante la reina Constanza, quienes compartieron su horror de que la Catedral sirviese para los cultos a Mahoma y apoyaron sus peticiones. Alentados por aquella tácita autorización, los cristianos trataron de apoderarse de la Catedral con gente armada, sin tener en cuenta el compromiso del rey ni el peligro a que se exponían en aquella ciudad donde era mayor el número de infieles.
Los moros, ante el ataque, tomaron las armas y, juzgando que el rey quebrantaba el Tratado, se lanzaron contra los cristianos para vengar la injuria. El combate se entabló frente a la Catedral y no cesó hasta que la reina y el arzobispo se presentaron en el campo de batalla para aclarar que el ataque se había lanzado sin saberlo el rey.
Enseguida, los moros enviaron embajadores al rey para denunciar el atentado, y Alfonso volvió rápidamente a Toledo, con el firme propósito de hacer un escarmiento a la reina, el arzobispo y los cristianos por haber quebrantado su real palabra.
Cuando los cristianos de la ciudad tuvieron noticia del enojo del rey, salieron a su encuentro en procesión, encabezada por el arzobispo, la reina y su hija única. Pero ni las súplicas de aquellos personajes, ni los ruegos del pueblo para que los perdonase, atento al motivo que los animó al ataque y que no era otro que el de tributar culto al verdadero Dios en la gran iglesia de Toledo, consiguieron que el monarca accediese a faltar a su honor y a la palabra que había empeñado. Don Alfonso anunció a los solicitantes que la Catedral quedaría en poder de los infieles, como lo había prometido.
Pero en ese momento se produjo un acontecimiento extraordinario, que todos tomaron como una señal de que Dios había escuchado sus plegarias. Los moros consideraron el peligro a que se exponían si mantenían el culto a Mahoma en la Iglesia principal de aquella ciudad cristiana y enviaron al encuentro del rey una comitiva de sus jefes. Los embajadores salieron de Toledo y, postrados ante Don Alfonso, le suplicaron que perdonase a los cristianos y prometieron devolverle la Catedral.
Grande fue el regocijo del rey y el de su pueblo, que vieron en aquella solución inesperada una obra de la Divina Providencia. El monarca ordenó, con el beneplácito del arzobispo y de todos los fieles que, al día siguiente, justo un 24 de enero, se tomase posesión de la Catedral y se hiciesen festividades especiales en honor de la Virgen María de la Iglesia Metropolitana, a la que, por haber restablecido la paz en la fecha de su fiesta, se la veneraría en adelante con el nombre de Nuestra Señora de la Paz.
Y desde aquel 24 de enero de 1085 hasta hoy, se realizan en Toledo magníficas celebraciones y espléndidas procesiones en su honor.
De Toledo se extendió su devoción a toda España y otras ciudades de Europa.
Desde el siglo XII en el templo de San Nicolás en Bruselas (Bélgica), se venera una imagen de la “Reina de la Paz”. En el templo de las religiosas del Sagrado Corazón de Picpus en París, se venera otra imagen con mismo título y maravillosa historia, originariamente pertenencia de la familia de los Príncipes de Joyeuse y de ahí pasó a Hawai donde es venerada. El Papa Sixto IV (1471-1484) hizo erigir en el centro de Roma un templo a “Santa María de la Paz”, cumpliendo el voto por la paz entre los estados de la península.
En América, todas las naciones evangelizadas por España, profesaron una veneración especial a Nuestra Señora de la Paz, que tiene un santuario en cada una de las grandes ciudades latinoamericanas y es la patrona principal de El Salvador.
En el siglo XVII, también en Francia, se estableció esta fiesta para ser celebrada el 9 de julio, con motivo del cese de la “Guerra de los treinta años”.
El Papa Benedicto XV (1914-1922), víctima de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), favoreció esta devoción y el 5 de mayo de 1917, prescribió para toda la Iglesia incluir en las Letanías del Rosario la invocación “Reina de la Paz”.
En Argentina, en la Catedral de Buenos Aires se venera una imagen traída de Perú en 1750; a ella se recurrió en los momentos históricos difíciles de esta nación.

23 de enero de 2018

Boda de María y José

Del sitio Catholic Church:
El evangelio de Lucas, al presentar a María como virgen, añade que estaba "desposada con un hombre llamado José, de la casa de David" (Lc. 1, 27). Estas informaciones parecen, a primera vista, contradictorias.
Hay que notar que el término griego utilizado en este pasaje no indica la situación de una mujer que ha contraído el matrimonio y por tanto vive en el estado matrimonial, sino la del noviazgo. Pero, a diferencia de cuanto ocurre en las culturas modernas, en la costumbre judaica antigua la institución del noviazgo preveía un contrato y tenía normalmente valor definitivo: efectivamente, introducía a los novios en el estado matrimonial, si bien el matrimonio se cumplía plenamente cuando el joven conducía a la muchacha a su casa.
En el momento de la Anunciación, María se halla, pues, en la situación de esposa prometida. Nos podemos preguntar por qué había aceptado el noviazgo, desde el momento en que tenía el propósito de permanecer virgen para siempre. Lucas es consciente de esta dificultad, pero se limita a registrar la situación sin aportar explicaciones. El hecho de que el evangelista, aun poniendo de relieve el propósito de virginidad de María, la presente igualmente como esposa de José constituye un signo de que ambas noticias son históricamente dignas de crédito.
Se puede suponer que entre José y María, en el momento de comprometerse, existiese un entendimiento sobre el proyecto de vida virginal. Por lo demás, el Espíritu Santo, que había inspirado en María la opción de la virginidad con miras al misterio de la Encarnación y quería que ésta acaeciese en un contexto familiar idóneo para el crecimiento del Niño, pudo muy bien suscitar también en José el ideal de la virginidad.
El ángel del Señor, apareciéndosele en sueños, le dice: "José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo" (Mt. 1, 20). De esta forma recibe la confirmación de estar llamado a vivir de modo totalmente especial el camino del matrimonio. A través de la comunión virginal con la mujer predestinada para dar a luz a Jesús, Dios lo llama a cooperar en la realización de su designio de salvación.
El tipo de matrimonio hacia el que el Espíritu Santo orienta a María y a José es comprensible sólo en el contexto del plan salvífico y en el ámbito de una elevada espiritualidad. La realización concreta del misterio de la Encarnación exigía un nacimiento virginal que pusiese de relieve la filiación divina y, al mismo tiempo, una familia que pudiese asegurar el desarrollo normal de la personalidad del Niño.
José y María, precisamente en vista de su contribución al misterio de la Encarnación del Verbo, recibieron la gracia de vivir juntos el carisma de la virginidad y el don del matrimonio. La comunión de amor virginal de María y José, aun constituyendo un caso especialísimo, vinculado a la realización concreta del misterio de la Encarnación, sin embargo fue un verdadero matrimonio (cf. exhortación apostólica Redemptoris custos,
La dificultad de acercarse al misterio sublime de su comunión esponsal ha inducido a algunos, ya desde el siglo II, a atribuir a José una edad avanzada y a considerarlo el custodio de María, más que su esposo. Es el caso de suponer, en cambio, que no fuese entonces un hombre anciano, sino que su perfección interior, fruto de la gracia, lo llevase a vivir con afecto virginal la relación esponsal con María.
La cooperación de José en el misterio de la Encarnación comprende también el ejercicio del papel paterno respecto de Jesús. Dicha función le es reconocida por el ángel que, apareciéndosele en sueños le invita a poner el nombre al Niño: "Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt. 1, 21).
Aun excluyendo la generación física, la paternidad de José fue una paternidad real, no aparente. Distinguiendo entre padre y progenitor, una antigua monografía sobre la virginidad de María -el De Margarita (siglo IV)- afirma que "los compromisos adquiridos por la Virgen y José como esposos hicieron que él pudiese ser llamado con este nombre (de padre); un padre, sin embargo, que no ha engendrado". José, pues, ejerció en relación con Jesús la función de padre, gozando de una autoridad a la que el Redentor libremente se "sometió" (Lc. 2, 51), contribuyendo a su educación y transmitiéndole el oficio de carpintero.
Los cristianos han reconocido siempre en José a aquel que vivió una comunión íntima con María y Jesús, deduciendo que también en la muerte gozó de su presencia consoladora y afectuosa. De esta constante tradición cristiana se ha desarrollado en muchos lugares una especial devoción a la santa Familia y en ella a san José. Custodio del Redentor. El Papa León XIII, como es sabido, le encomendó el patrocinio de toda la Iglesia.

21 de enero de 2018

Nuestra Señora de Altagracia

Del sitio Advocaciones Marianas:

Protectora y Reina del corazón de la Republica Dominicana, su festividad se celebra el 21 de enero.

La República Dominicana, donde comenzó la evangelización del Nuevo Mundo, vive bajo el amparo de dos advocaciones marianas: Nuestra Señora de la Merced, que es la patrona principal, proclamada en 1616, durante el dominio colonial español, y la Virgen de la Altagracia, Protectora y Reina del corazón de los dominicanos.

La Isla de Santo Domingo, antigua Española, había sido llamada por sus habitantes taínos, Haití o tierra alta, Quisqueya, o Madre de la Tierra, Babeque o Bohío, Tierra de oro.

Cuando llegó a sus costas Cristóbal Colón, hace ya más de cinco siglos, el 5 de diciembre de 1492, comienza en ella a brillar el nombre de la Virgen María, aunque ya el 15 de octubre había llamado a otra isla "Santa María de la Concepción".

Existen documentos históricos que prueban que en el año de 1502, en la Isla de Santo Domingo, ya se daba culto a la Virgen Santísima bajo la advocación de Nuestra Señora de la Altagracia, cuyo cuadro pintado al óleo fue traído de España por los hermanos Alfonso y Antonio Trejo, que eran del grupo de los primeros pobladores europeos de la isla. Al mudarse estos hermanos a la ciudad de Higüey llevaron consigo esta imagen y más tarde la ofrecieron a la parroquia para que todos pudieran venerarla. En el 1572 se terminó el primer santuario altagraciano y en el 1971 se consagró la actual basílica.

Según la tradición, Nuestra Señora de Altagracia, fue vista en sueños por una joven en Higüey, Santo Domingo (así lo narra monseñor Juan Pepen en su libro "Dónde floreció el naranjo").
La piedad del pueblo cuenta que la devota hija de un rico mercader pidió a éste que le trajese de Santo Domingo un cuadro de Nuestra Señora de la Altagracia. El padre trató inútilmente de conseguirlo por todas partes; ni clérigos ni negociantes, nadie había oído hablar de esa advocación mariana.

Ya de vuelta a Higüey, el comerciante decidió pasar la noche en una casa amiga. En la sobremesa, apenado por la frustración que seguramente sentiría su hija cuando le viera llegar con las manos vacías, compartió su tristeza con los presentes relatándoles su infructuosa búsqueda. Mientras hablaba, un hombre de edad avanzada y largas barbas, que también iba de paso, sacó de su alforja un pequeño lienzo enrollado y se lo entregó al mercader diciéndole: "Esto es lo que usted busca". Era la Virgen de la Altagracia. Al amanecer el anciano había desaparecido envuelto en el misterio.

Cuenta la tradición que, el 21 de enero la hija del mercader acompañada de varias personas, recibió a su padre en el mismo lugar donde hoy se encuentra el Santuario de Higüey, y que, lleno de alborozo en sus salutaciones, entregó aquél a su hija el tan esperado regalo. Desde ese momento, quedó establecido el venerado culto de la Virgen de Altagracia, confundida en sus principios con el nombre de la "Virgen de la Niña". 

El cuadro de Nuestra Señora de la Altagracia tiene 33 centímetros de ancho por 45 de alto y según la opinión de los expertos es una obra primitiva de la escuela española pintada a finales del siglo XV o muy al principio del XVI. El lienzo, que muestra una escena de la Natividad, fue exitosamente restaurado en España en 1978, pudiéndose apreciar ahora toda su belleza y su colorido original, pues el tiempo, con sus inclemencias, el humo de las velas y el roce de las manos de los devotos, habían alterado notablemente la superficie del cuadro hasta hacerlo casi irreconocible.

Sobre una delgada tela aparece pintada la escena del nacimiento de Jesús; la Virgen, hermosa y serena ocupa el centro del cuadro y su mirada llena de dulzura se dirige al niño casi desnudo que descansa sobre las pajas del pesebre. La cubre un manto azul salpicado de estrellas y un blanco escapulario cierra por delante sus vestidos. María de la Altagracia lleva los colores de la bandera dominicana anticipando así la identidad nacional. Su cabeza, enmarcada por un resplandor y por doce estrellas, sostiene una corona dorada colocada delicadamente, añadida a la pintura original. Un poco retirado haca atrás, San José observa humildemente, mirando por encima del hombro derecho de su esposa; y al otro lado la estrella de Belén brilla tímida y discretamente.

El marco que sostiene el cuadro es posiblemente la expresión más refinada de la orfebrería dominicana. Un desconocido artista del siglo XVIII construyó esta maravilla de oro, piedras preciosas y esmaltes, probablemente empleando para ello algunas de las joyas que los devotos han ofrecido a la Virgen como testimonio de gratitud. 

La imagen de Nuestra Señora de la Altagracia tuvo el privilegio especial de haber sido coronada dos veces; el 15 de agosto de 1922, en el pontificado de Pío Xl y el 25 de enero de 1979 por el Papa Juan Pablo II, durante su visita a la Isla de Santo Domingo, coronó personalmente a la imagen con una diadema de plata sobredorada, regalo personal suyo a la Virgen, primera evangelizadora de las Américas.

Cabe mencionar que la República Dominicana tiene dos advocaciones marianas principales: la Virgen de las Mercedes, proclamada como Patrona de la Republica Dominicana en el siglo XVII; y la Virgen de la Altagracia, proclamada como Reina y Protectora del Pueblo Dominicano.

17 de enero de 2018

Nuestra Señora de la Esperanza de Pontmain

Del sitio de Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María:

Desde el 19 de Julio de 1870, Francia y Prusia, actual Alemania, entran en guerra. Anteriormente el Kaiser Wilhelm I (Guillermo I) había hecho la guerra contra Dinamarca (1865) y Austria (1866). El ejército prusiano avanzaba, victoria tras victoria. La situación era tan mala que el ejército francés comenzó a reclutar jóvenes sin experiencia militar de la zona cercana a la línea de defensa. Antes que los jóvenes de Pontmain se fuesen, el párroco los confesó, celebró la santa misa y recibieron la comunión.

A mediados de enero del 1871 el ejército prusiano dominaba dos terceras partes de Francia y estaba a pocas millas de la villa de Pontmain (unos 500 habitantes). En la zona se desató una epidemia. El 17 de enero, a eso de las 12:30, hubo un terremoto en Pontmain. Todo iba mal. La gente escondía sus pertenencias para evitar que cayesen en manos del enemigo. Decían desesperados: "Para qué rezar. Dios no nos oye".

El Padre Guerin, que había sido el párroco por 35 años y había reconstruido la iglesia destruida por la Revolución Francesa, pidió a los niños que oren a la Virgen por protección. Entre esos niños había dos hermanos muy piadosos. Ellos comenzaron el martes, 17 de enero, sirviendo de monaguillos en la Misa, recitando el Rosario y haciendo las estaciones de la cruz por las intenciones del hermano mayor que había sido reclutado por el ejército francés.

Esa misma noche uno de los hermanos, Eugenio Barbadette, de 12 años de edad, salía del establo de su familia cuando vio en el cielo una hermosa señora, en el aire, unos 20 pies por encima de los techos. La señora tenía un vestido azul oscuro cubierto de estrellas doradas, un velo negro y una corona de oro. Sus brazos extendidos como en la Medalla Milagrosa pero sin los rayos. Eugenio se quedó mirándola con asombro por unos 15 minutos. Cuando su padre y su hermano de 10 años, José, salieron del establo, Eugenio grito: "¡Miren allí! ¡Encima de la casa! ¿Qué ven?" José describió a la Señora tal cual como lo hizo Eugenio. Pero el padre no la vio y les ordenó con severidad que regresen al establo a preparar el alimento de los caballos. Sin embargo, un poco después, el padre les dijo que salgan y miren de nuevo. Otra vez la vieron. José repetía: "¡Qué bella es!, ¡Qué bella es!" La madre de los niños, Victoria Barbadette, vino entonces y le dijo a José que se callara porque estaba llamando la atención de los vecinos. Sabiendo que los niños eran honestos y no mentían, ella dijo: "Es quizás la Virgen Santísima quien se os aparece. Ya que la ven, recemos cinco padrenuestros y cinco avemarías en su honor".

Después de recitar las oraciones en el establo, para no llamar la atención, la Señora Barbadette preguntó a sus hijos si todavía veían a la Señora. Cuando dijeron que sí, ella fue a buscar sus lentes y regresó con su hermana Louise, pero ninguna de las dos vio a la Señora. Entonces la Sra. Barbadette acusó a sus hijos de mentirosos.

La Sra. Barbadette llamó a las hermanas religiosas y le advirtió a sus hijos: "Las hermanas son mejores que ustedes. Si ustedes ven, ellas ciertamente también verán." La hermana Vitaline no pudo ver a la Virgen pero ella sabía que los niños eran honestos. Entonces fue a la casa de un vecino y le pidió a dos niñas pequeñas, Francoise Richer (11 años) y Jeanne-Marie Lebosse (9) que fueran con ella. Las niñas vieron a la Virgen y la describieron igual que los niños.

Llega entonces la Hermana Marie Edouard y al escuchar lo que decían las niñas, fue a buscar al Padre Guerin y a otro niño, Eugenio Friteau (6 años y medio). Eugenio también vio a la Virgen. Para entonces había unas 50 personas reunidas. Agustín Boitin, un niño de sólo 25 meses quiso alcanzar la Virgen y dijo: "¡El Jesús! ¡El Jesús!" Sólo estos seis niños podían ver a la Virgen. Los adultos no podían ver a la Virgen pero sí las tres estrellas que aparecieron junto a la Virgen.

Un halo se formó alrededor de la Virgen. Cuatro velas aparecieron, 2 a la altura del hombro y dos a la altura de la rodilla. Una pequeña cruz roja, del tamaño de un dedo apareció sobre el corazón de la Virgen.

La Virgen se puso triste porque la gente no creía a los niños y en vez estaban discutiendo. Entonces el padre Guerin les pidió que se callaran y rezaran. Dijo: "Si solo los niños la ven es porque ellos son mas dignos que nosotros" La gente se arrodilló y rezaron el rosario. La expresión de la Virgen demostraba que ella estaba atenta a las oraciones. Gradualmente esto causó que la Virgen apareciera mas alta y bella.

Rezaron el rosario y el Magnificat. Gradualmente apareció bajo los pies de la Virgen un mensaje en letras doradas que los niños deletrearon en voz alta: "MAIS PRIEZ MES ENFANTS" ("Pero, Recen mis hijos")

La Hermana Marie Edouard entonces dirigió a los presentes en el canto de las letanías de la Santísima Virgen. El mensaje continuó: "DIEU VOUS EXAUCERA EN PEU DE TEMPS" ("Dios pronto os concederá lo que piden")

Llegó la noticia de que el ejército enemigo estaba en Laval, muy cerca de Pontmain. El mensaje del cielo continuó: "MONS FILS SE LAISSE TOUCHER" ("Mi Hijo se deja conmover")

Cuando los niños anunciaron este mensaje, el Padre Guerin le pidió a todos que cantaran un himno de alabanza. La Hermana Marie Edouard dijo, "¡Madre de Esperanza, tan dulce nombre, protege nuestro país, ruega por nosotros, ruega por nosotros!" Los niños exclamaban: "¡Que bella es!!"

Al final del himno, el mensaje desapareció. La gente entonces cantó un himno de arrepentimiento y reparación a Jesús.

Entonces lo niños exclamaron: "¡Miren, se está poniendo triste otra vez!"

Frente a la Virgen apareció un crucifijo color de sangre. Encima de este, una inscripción en letras mayúsculas y rojas con un fondo blanco: "JESUCRISTO". La Virgen miraba a la Cruz y sus labios temblaban de emoción. José recordó ese momento toda su vida y escribió: "Unos meses mas tarde vi a mi propia madre sobrecogida de dolor por la muerte de mi padre". Uno sabe cuanto esa escena puede afectar el corazón de un niño. Sin embargo, recuerdo que pensé que la angustia de mi madre no era nada en comparación con la de la Virgen María.

Mientras rezaban llegó un carretero con la noticia de que los prusianos habían tomado la cercana ciudad de Laval. La gente respondió, "Aun si (los prusianos) estuviesen a la entrada del pueblo, ya no debemos temer!"

A las 8:30 p.m., la gente cantó, "Ave, Maris Stella," y el crucifijo desapareció. Ella de nuevo sonrió y dos pequeñas cruces aparecieron sobre sus hombros. Ella bajó sus manos y un velo blanco la fue cubriendo desde los pies hasta la corona. Alrededor de las 8:45 p.m., los niños dijeron: "ha terminado".

Durante el tiempo preciso de la aparición, el general prusiano Von Schmidt, que estaba listo para arrasar con el pueblo de Laval en dirección a Pontmain, recibió órdenes del alto mando de no tomar la ciudad. La invasión de la Bretaña nunca se efectuó ya que el 28 de enero, 11 días después de la aparición, se firmó el armisticio entre Francia y Prusia. La intercesión milagrosa de la Madre trajo la paz. Los 38 soldados de Pontmain regresaron sin un rasguño.

Los dos niños, Eugenio, 12, y José, 10, se hicieron sacerdotes; una de las niñas Jean-Mary Lebossé se hizo monja, y la otra, Francisca, maestra. Los niños sufrieron agravios. El 10 de marzo de 1871 el general Charette fue a ver a Jeanne-Marie, desenvainó su espada y, presionándola contra el cuerpo de la niña, le dijo: "Si mientes, hija, te voy a matar. Tu no viste nada". Ella respondió: "Pero no puedo decir que no vi nada". Mas tarde un monseñor amenazó a los videntes y los impresionó haciéndoles creer que eran culpables de un sacrilegio. Pero la Iglesia reconoció la aparición.

En la fiesta de la Purificación, 2 de febrero, 1872, el obispo Wicart de la diócesis de Laval, publicó una carta pastoral otorgando aprobación canónica a la aparición.

El Papa Pío XI concedió la misa y el oficio en honor a Nuestra Señora de la Esperanza de Pontmain.

La Virgen fue coronada solemnemente por el Cardenal Verdier, Arzobispo de París el 24 julio de 1934.

En la actualidad hay una Basílica de Nuestra Señora de la Esperanza en Pontmain.

Esta aparición demuestra el poder de la oración de intercesión hecha con la humildad y sencillez de los niños.

16 de enero de 2018

Nuestra Señora de las Victorias, Refugio de los Pecadores

Del sitio de Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y de María:
En Diciembre de 1629 fue puesta la primera piedra de la iglesia conventual de los padres Agustinos, llamados "Los Padrecitos", a la cual Luis XIII, que financiaba los trabajos, le puso el nombre de "Nuestra Señora de las Victorias", en reconocimiento a la Virgen por sus recientes victorias que garantizaron la unidad de su reino.
Uno de los hermanos legos del convento, el hermano Fiacre, oraba ante Nuestra Señora por el nacimiento del heredero al trono, esperado hacía 15 años: Louis Diedonné, futuro Luis XIV.
Pero Dios tenía mayores designios y se valió de aquello para demostrar a los hombres otras victorias mucho mas importantes y definitivas para toda la humanidad que se lograrán por intercesión de su madre. La Virgen quería aquel lugar para atraer hacia Dios a sus hijos dispersos por el pecado y sus consecuencias, que son las guerras y el ateismo. El mismo hermano Fiacre, a su regreso de una peregrinación a Savona (Italia), comenzó a invocar a Nuestra Señora de las Victorias bajo el vocablo "Refugio de los Pecadores". 
Durante la Revolución Francesa, cuando se extendió el terror por toda Francia, los padres Agustinos fueron expulsados de su convento y en su iglesia instalaron la bolsa de valores. Las cosas cambiaron cuando Napoleón quiso, por intereses políticos, aparentar ser amigo de la Iglesia, de modo que entre 1800 y 1809 la iglesia pudo ser erigida en parroquia. Pero, como estaba en un barrio de negocios y la revolución había causado un gran abandono de la fe, habían muy pocos feligreses. Los esfuerzos humanos no lograban mejorar las cosas. Había una iglesia abierta pero los corazones estaban muy lejos de Dios. 
Así eran las cosas cuando el 27 de agosto de 1832, el Padre Carlos Eléonor des Genettes fue instalado como párroco de Nuestra Señora de la Victorias. La Iglesia estaba abandonada y pobre. El estado espiritual de la parroquia era tan decadente que el domingo siguiente a su asignación como párroco, el sacerdote pudo contar como asistencia solamente a 4 personas además del coro, y durante todo el año de 1835, solamente 720 comuniones fueron distribuidas.
Por cuatro años y medio, el párroco soportó la tortura espiritual de ver todos sus esfuerzos y trabajos no dar fruto. Empezó a deprimirse por la esterilidad de su ministerio y por la aparente desesperanza de su situación. Así se encontraba el sacerdote cuando el 3 de diciembre de 1836, mientras celebraba la Santa Misa en el altar de la iglesia de Nuestra Señora, hizo las oraciones de la liturgia de la época. Pronunció las palabras: ¨Judica me¨, sintió una gran conmoción interior. ¨¡Júzgame, oh Señor!"
Si el Señor fuera a juzgarlo, ¿cómo lo encontraría? ¿Quizás como un fracasado?. "¿Ha habido un sacerdote tan estéril en su ministerio como yo?" -Se preguntó interiormente.
Este pensamiento, que muchas veces vino a su mente, en ese momento se convirtió como en una espada que traspasaba su corazón. No podía pensar en nada mas que en esto, hasta el punto que no pudo concentrarse en las restantes oraciones de la Misa. Concluyó que lo mejor era presentar su renuncia como párroco.
Cuando comenzó la Oración Eucarística, hizo un esfuerzo supremo para recogerse y concentrarse en el momento sublime de la Consagración. Sin embargo, se sintió mas perturbado que nunca. Suplicó al Señor que lo librara de las distracciones para ofrecer el Santo Sacrificio en un estado digno. Fue entonces cuando escuchó muy claramente unas palabras que se le pronunciaron con gran solemnidad: "Consagra tu parroquia al Santísimo e Inmaculado Corazón de María".
Estas palabras resonaron en su corazón, e inmediatamente experimentó una gran paz interior, desapareciendo la obsesión de pensamiento que había tenido unos minutos antes. En la conclusión de la Misa y durante el tiempo de acción de gracias, repasaba en su mente todo lo que había ocurrido. Se dijo a si mismo que todo había sido una fantasía, producto de su imaginación. Pero cuando se iba a levantar de su silla para terminar la celebración de la Santa Misa, volvió a escuchar las palabras que antes oyó: "Consagra tu parroquia al Santísimo e Inmaculado Corazón de María". Cayó de rodillas ante esas palabras que ya había escuchado previamente. Pero todavía tenía temor de aceptarlas como auténticas, pues pensó que fueran el resultado de una ilusión. Trató de ignorarlas, de olvidarse de ellas, pero seguían viniendo a su mente con mas intensidad. Finalmente, para alcanzar su paz interior mas que por creer que habría algún resultado para su parroquia, decidió responder a la petición que había escuchado dos veces.
Ya que había resuelto obedecer a la voz, el pastor decidió entrar de lleno en el espíritu de esa petición. Era evidente que el propósito de dicha consagración de su parroquia al Inmaculado Corazón era motivar a los parroquianos a orar al Inmaculado Corazón y frecuentemente recurrir a la protección y cuidado maternal de la Santísima Virgen. Pensó que la mejor forma de llevar esto a cabo era establecer una asociación religiosa con oraciones específicas, reuniones y normas.
En ocho días el Padre Genettes tenía escritos y aprobados por el Arzobispo de París los estatutos para la asociación. El domingo 11 de diciembre anunció desde el púlpito que empezarían esa misma tarde unas devociones y oraciones para pedir al Señor, a través de la intercesión del Inmaculado Corazón de María, la conversión de los pecadores.
Ya que solo diez hombres habían asistido a la Misa y oído el anuncio, el sacerdote no esperaba que llegaran muchas personas esa tarde. Sin embargo, la Virgen María empezó a mostrar su plan cuando, después de la Misa, dos hombres que casi nunca asistían a Misa, se acercaron al P. Genettes y pidieron el sacramento de la confesión. A las siete de la tarde, la hora anunciada para empezar las devociones al Inmaculado Corazón, de cuatrocientas a quinientas personas se hicieron presente en la iglesia. Todos estaban estupefactos, no podían creer el gran número de personas que habían asistido.... por años no se había visto en esa parroquia mas de diez personas.
Al principio del servicio de oración, estaban un poco indiferentes, pero mientras avanzaban las devociones, sus corazones se fueron gradualmente derritiendo bajo el calor maternal del Corazón de María. Ya para el final, todos unían sus voces en el canto de las Letanías de Nuestra Señora y las Alabanzas Divinas ante el Santísimo Sacramento. Salieron decididos a volver a la iglesia y participar de estas devociones que habían reanimado su fe y devuelto la paz y el gozo.
El párroco, P. Genettes, estaba sobrecogido de emoción, sin embargo, no estaba plenamente convencido que este camino, trazado por el mismo Señor que lo dirigía hacia el Corazón de María, tendría todo el resultado esperado. El padre pidió a la Virgen Santísima una señal, la conversión del señor Joly, quien había sido el último ministro de Luis XVI. En su juventud este hombre había aceptado doctrinas anticlericales y prejuicios contra la Iglesia. Ahora tenía ochenta años, estaba ciego y muy enfermo y por mucho tiempo había renunciado a practicar ninguna religión. El padre había tratado muchas veces de acercarse al señor Joly sin éxito.
El 12 de diciembre, el Padre des Genettes regresó a casa del señor Joly y tocó la puerta. Los empleados no querían dejarle pasar, pero éste insistió de nuevo y por fin pudo llegar donde el anciano. No habían cruzado mas que unas cuantas palabras corteses cuando el señor Joly pidió al padre que lo bendijera. Movido profundamente, el sacerdote lo bendijo, y en ese momento el anciano exclamó: "¡Su visita me está haciendo tanto bien, padre! No le puedo ver, pero siento su presencia. Desde que entró a mi cuarto sentí una paz, calma interior y felicidad que nunca antes había experimentado". Entonces el padre, al ver la disposición tan extraordinaria que tenía el señor Joly, le preguntó si quería confesarse, a lo cual contestó inmediatamente que sí.
El Padre des Genettes había pedido una señal y la había recibido claramente. Ahora, ya estaba convencido de que estaba haciendo la voluntad de Dios y que tenía una misión auténtica que cumplir. Encontraría muchos obstáculos, como todas las obras de Dios, pero la Asociación inmediatamente, floreció. En diez días, 214 personas se hicieron miembros.
La Asociación continuó gradualmente creciendo y se extendió por toda la ciudad de París, luego por toda Francia y mas tarde por el mundo entero. Para la primavera de 1838, la extraordinaria historia de la Asociación la cual había sido muy instrumental en obtener conversiones grandes, milagros e innumerables gracias, llegó a la atención del Supremo Pontífice. Impresionado por la idea de la Asociación y del maravilloso éxito que había adquirido, Gregorio XVI emitió un informe erigiendo perpetuamente en la Iglesia de Nuestra Señora de las Victorias, la Archicofradía del Santísimo e Inmaculado Corazón de María, para la conversión de los pecadores. La humilde y pequeña asociación, que comenzó como el medio para levantar una parroquia pobre, se convirtió en una organización espiritual mundial, reconocida oficialmente y con sede en París. Pronto tendría miembros afiliados por todo el mundo.
Al igual que la Medalla Milagrosa, a través de la aprobación Papal, Nuestra Señora de las Victorias con la fundación oficial de su Archicofradía, alcanzó un empuje global que la convirtió en la gran precursora de Fátima, aparición que sería un foco luminoso para promover la devoción al Inmaculado Corazón por todo el mundo.
Ya que los grandes éxitos de esta organización son ante todo espirituales, es muy difícil tener una cuenta exacta de ellos. Sin embargo son evidentes los frutos que se dieron en la parroquia donde la Consagración y la Archicofradía se iniciaron. Solamente en dos años las comuniones que se distribuyeron crecieron de 720 en 1835 a 8,550 en 1837, y 12,500 en 1838. Para este mismo año, la Archicofradía tenía 7,892 miembros.
La conversión tan extraordinaria que hubo en la Parroquia de Nuestra Señora de las Victorias a través de la Consagración al Inmaculado Corazón, y el rápido crecimiento de la Archicofradía del Santísimo e Inmaculado Corazón de María para la conversión de los pecadores, fue la segunda manifestación mariana después de Rue du Bac, dentro de todo un plan divino para promover la devoción al Inmaculado Corazón de María que continuaría desarrollándose a través de los años.

15 de enero de 2018

Nuestra Señora María Santísima de la Rosa Mísitica

Traducido del sitio Viaggi Spiritual
El Santuario de María Santísima Rosa Mistica se encuentra en la plaza central de la ciudad de Cormons, entre Gorizia y Udine, Italia. El nombre de Rosa Mistica se debe a una pequeña estatua milagrosa de María, entronada como una piedra preciosa en el gran altar de la iglesia.En 1710 el escultor Francisco Regola, un artista no muy destacado pero un hombre de espíritu, construyó en madera y papel maché una estatua de María encargada por el noble Orsola de Grotta para sus alumnos de catecismo. La hija del noble se quejó porque la estatua no estaba bien realizada y el escultor, dispuesto a disculparse, le dijo que "esté tranquila, señorita, usted verá que mi estatua, con todos los defectos que quiera encontrar va a hacer maravillas."El 15 de enero 1737 la pequeña estatua de Rosa Mistica comenzó a transpirar y continuó haciéndolo durante más de 15 días. Hermanas y sacerdotes secaban el rocío precioso con lienzos que aún se conservan como reliquias. Esa misma tarde lNuestra Señora devolvió la salud a Leonardo Cochar,  un hombre de 79 años, dejando para siempre a los pies de la Virgen sus muletas. A continuación, una mendigo puso un centavo de una limosna que le entregara una señora, su inmenso gesto fue seguido por todos los presentes. A partir de ese momento las ofrendas de agradecimiento continuaron por siempre.
El 21 de marzo de ese mismo año hubo otra señal milagrosa. La protagonista era una niña de nueve años muy devota de la Virgen María, Mariannina Cipriani. Ante ella se iluminó estatua, conviertiendose la cara en el más espléndido sol y los ojos como destellos de luz brillante. La niña estaba impregnada del esplendor de la Virgen que la miró y le sonrió dos veces. Cuando ese esplendor acabó la estatua volvió a su estado original.En 1866, San Luis Scrossoppi llevó a las Hermanas de la Providencia, congregación fundada por él, para custodiar hasta el día de hoy el santuario con la venerada imagen.

14 de enero de 2018

Nuestra Señora de la Divina Pastora


Del sitio Santuario de las Mercedes:

La imagen de la Divina Pastora, Patrona Celestial del estado Lara, se encuentra en el templo de Santa Rosa, pueblo cercano a Barquisimeto. Los venezolanos y en especial los larenses, la veneran con especial cariño y devoción, regalándole sombreros y trajes de telas preciosas, algunos de ellos encargados a los modistos más afamados del mundo, motivo por el cual muchas personas comentan que no hay mujer en Venezuela, que tenga un vestuario más lujoso que el de la imagen de la Divina Pastora de Barquisimeto.

El comienzo de la veneración por la Divina Pastora se remonta al año de 1736, fecha en que el párroco de Santa Rosa encargó a un famoso escultor que le hiciera una estatua de la “Inmaculada Concepción”. No obstante, por una extraña equivocación, en lugar de la Inmaculada, llegó al pueblo la imagen de la Divina Pastora. De inmediato el párroco quiso devolverla, pero por mucho que lo intentaron, no pudieron levantar el cajón donde habían colocado la imagen.

A partir de este momento, la población interpretó este raro acontecimiento, como señal de que la Divina Pastora quería quedarse entre ellos. Posteriormente, durante los sucesos del terremoto de 1812, el templo donde se veneraba la Divina Pastora fue destruido, pero su imagen quedó milagrosamente intacta, hecho que reforzó la creencia de los fieles de Santa Rosa, de que la Virgen quería quedarse siempre entre ellos para protegerlos.

A mediados del siglo XIX venezolano, tuvo lugar un acontecimiento que contribuiría a la consolidación definitiva de la Divina Pastora como Patrona del estado Lara. En 1855, se desató en Venezuela una terrible epidemia de cólera. Muchas familias de Barquisimeto fueron diezmadas por el terrible mal, ante lo cual fueron completamente inútiles medicinas, lamentos y plegarias. Desesperados y como último remedio, los pobladores decidieron sacar en procesión por las calles de Barquisimeto la imagen de la Divina Pastora para implorar su misericordia, especialmente, un sacerdote llamado Macario Yépez, el párroco de la Iglesia la Concepción; afectado por la enfermedad, pidió a la Divina Pastora ser el último que muriera de Cólera, petición que fue concedida, porque a partir de ese mismo día, cesó la epidemia de cólera.

Es por esto que, en recuerdo de ese hecho, todos los 14 de enero se traslada, en una procesión multitudinaria y fervorosa, la Divina Pastora a Barquisimeto, desde su iglesia de Santa Rosa.

Hoy en día, se estima en tres millones aproximadamente, la cantidad de devotos y peregrinos que acuden todos los años, procedentes de distintas partes de Venezuela y del mundo, para acompañar a la Divina Pastora en su camino desde el poblado de Santa Rosa a la Ciudad de Barquisimeto en el estado Lara, tal multitud de personas reunidas en procesión, ha hecho que sea considerada como la segunda procesión multitudinaria de toda Latinoamérica, y la tercera gran procesión mariana del mundo, después de las realizadas a la Virgen de Guadalupe en México y la de la Virgen de Fátima en Portugal.

La Divina Pastora es uno de los íconos religiosos más importantes y queridos de Venezuela, junto a la Virgen de Coromoto, la Virgen de Chiquinquirá y la Virgen del Valle.

13 de enero de 2018

Nuestra Señora Gaucha del Mate


Del sitio Foros de la Virgen María:
Esta Advocación de María sirviendo y tomando el tradicional mate, que se celebra el segundo viernes de enero, surgió en Argentina, y en 1993 tuvo la bendición apostólica de Juan Pablo II, existiendo además un movimiento que quiere transformarla en la Patrona del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).
No tiene su origen en una aparición o un hecho milagroso, sino que nació para cristalizar el amor que los argentinos sienten por esta bebida que permite compartir charlas y buenos momentos.
No es estrictamente una nueva advocación de la Santísima Virgen, si bien tiene la aprobación y bendición del Santo Padre y de varios Señores Obispos. Es una nueva forma o manera de acercarla a nuestra vida diaria.
El mate es una infusión realizada con las hojas del árbol de yerba mate, que se consume ampliamente en Argentina, Paraguay, Uruguay y el sur de Brasil. Cada zona tiene sus particularidades a la hora de cebar y tomar mate, pero siempre es un medio para celebrar la amistad o crear nuevos vínculos. En el gesto de tomar el mate, se expresa el símbolo de familia, amistad, unidad, encuentro, compartir, lo mismo entre hermanos y amigos, un gesto muy lleno de contenido humano, cristiano. ¿Por qué entonces no compartirlo también con nuestra Madre y Ella con nosotros, sus hijos, acercándola y poniéndola muy dentro del hogar, en la cocina, con el mate entre sus manos como bendiciendo a la vez y santificando todo lo humano nuestro?
La imagen de "Nuestra Señora Gaucha del Mate" a la que se hace referencia fue creada por la pintora María Inés Rosñiski y representa a la Virgen como una pequeña y joven campesina, con sus ropas típicas, trenzas en su pelo, sentada a la sombra de un árbol en medio de un campo abierto. Tiene un brasero a su lado y el mate entre las manos, ofreciéndolo. El mensaje que se desprende de la imagen de la Virgen "tomando mate" de nuestra tierra es de unidad, es de familia, de fraternidad, de amistad, de encuentro... Es una evangelización que infunde alegría, esperanza transformando el mismo ambiente de la vida de familia y social. Nuestra Señora Gaucha del Mate es hoy de plena actualidad y se hace portadora de ansias y deseos de solidaridad y paz que tenemos todos los hombres...
Varios religiosos, entre los que se encuentran el padre Mamerto Menapace, Monseñor Estanislao Esteban Karlic y Monseñor Lucas Donnelly, han destacado la importancia de la Virgen Gaucha del Mate como reflejo de la cultura de este rincón de América. El presbítero Domingo Lancellotti, uno de los promotores de esta idea, dijo: "esta nueva imagen de la Virgen, de ropas comunes y simples, con el cotidiano gesto de servir un mate al lado del brasero... se instala a primera vista en el corazón de cualquier cristiano de estas tierras, que entiende como nadie la solidaridad y la comunión que el mismo encierra... y es inmediato el afecto que la gente siente ante la bella y querible imagen de la Virgen Gaucha del Mate...".
Cuando Juan Pablo II visitó la Argentina le obsequiaron numerosos mates, desde simples calabazas hasta mates de plata y oro, y se le convidó esta maravillosa infusión. En un escrito que el Papa entregó a Monseñor Lino Zanini el 1º de Mayo de 1993, puede leerse: "De todo corazón otorgamos la implorada bendición apostólica, bajo los auspicios de Nuestra Señora del Mate".
Colocó a la Virgen junto en nuestras vidas,sin tantos lujos de ropas, sin collares y colgaduras, cosas que no llevan normalmente nuestras mamás y, si Ella es nuestra madre, así la queremos hoy, humildemente sencilla, y no por eso dejará de ser menos maravillosa como bendita entre todas las mujeres y Madre de Dios.

11 de enero de 2018

Nuestra Señora consagrada en Cosmedín

De Wikipedia:
La iglesia se construyó en el siglo VI sobre los restos del Templum Herculis Pompeiani en el Foro Boario y de las Statio annonae, uno de los centros de distribución de comida de la antigua Roma (otro se encontraba en el teatro de Balbo). Un diaconado era un lugar donde las distribuciones de caridad se entregaban a los pobres, y parece que semejante institución se habría construido cerca de la annona romana.
Puesto que se encontraba ubicada cerca de muchas estructuras bizantinas, en el siglo VII esta iglesia recibió el nombre de de Schola Graeca, y una calle cercana aún se llama della Greca. Los monjes griegos que escapaban de las persecuciones iconoclastas decoraron la iglesia alrededor del año 782, cuando el papa Adriano I promovió su reconstrucción; la iglesia se construyó con tres naves y un pórtico Debido a su belleza, la iglesia recibió el adjetivo cosmedin (del griego kosmidion), bello. Una sacristía y un oratorio dedicados a San Nicolás se añadieron en el siglo IX, por orden del papa Nicolás I, quien también construyó una residencia papal, pero fueron trasladados en 1085 por las tropas normandas de Roberto Guiscardo.
Era en Santa Maria in Cosmedin donde se elegió a los papas Gelasio II (quien había sido cardenal diácono del Titulus S. Mariae in Cosmedin), Celestino III, y el antipapa Benedicto XIII (Cardenal diácono de esta iglesia).
Una restauración sustancial se llevó a cabo en 1118 - 1124 con Alfano, camerarius del papa Calixto II. Después de ser adquirida por los benedictinos y un periodo de decadencia, en 1718 la iglesia fue remozada en estilo barroco, expresado principalmente en una nueva fachada, de Giuseppe Sardi en 1718. Los añadidos barrocos, no obstante, se retiraron en la restauración de 1894-1899 junto con el blasón del papa Clemente XI.Entre los anteriores titulares diáconos de la iglesia está el cardenal Reginald Pole, el último arzobispo católico de Canterbury.

10 de enero de 2018

Nuestra Señora de las Lágrimas

El 10 de enero de 1546, dos hombres peleaban cerca de la mezquita de la calle de la Virgen del Pórtico de Ottavia d', en el Arco de Cenci cerca del gueto romano. Uno rogó al otro a dejar de pelear por amor a la Virgen María, pero fue apuñalado en la espalda cuando logró el perdón. La imagen de la Virgen lloró tres días. El fresco del siglo 15 fue trasladado a la cercana iglesia de San Salvatore de Cacabariis.

En 1612 se inició la reconstrucción de la Iglesia, y en 1616 la imagen fue reinstalada y la iglesia dedicada a la Virgen que llora. Madre e hijo fueron coronados 20 de mayo 1643. La imagen parece ser una representación un tanto abstracta de María amamantando al Niño.
 
Información de Daniela Silverio,  
Madonne Miracolose di Roma,  
Editori Fratelli Palombi, 2000. 
Imagen de "Roma leggendaria,
Roma Virtuale