Del sitio María de Nazareth:Entre 1588 y 1634, en Quito, capital de Ecuador, la madre Mariana de Jesús Torres y Berriochoa, fue favorecida por varias apariciones de la Virgen María. La vidente ofreció su vida para reparar las herejías que aparecerían más adelante, las blasfemias y la impiedad del siglo XX. Se observará que muchas de estas apariciones anuncian la acción de los masones. Una capilla y un convento fueron erigidos en el lugar después de estas apariciones, bajo el título de María Santísima del Buen Socorro.
La vidente de Quito, Mariana de Jesús Torres, fue mencionada en los anales de la historia a fines del siglo XX. Por eso la aparición que recibió permaneció oculta durante más de 300 años. En 1991 la capilla fue declarada santuario mariano de la Arquidiócesis de Quito. Por tanto, solo las generaciones contemporáneas de la vidente pudieron tomar nota de las palabras pronunciadas por la Madre de Dios en 1634: “cuando parezca que la victoria del mal es inevitable, esa será para ti la señal de que ha llegado mi hora. Y entonces expulsaré a Satanás del trono, imbuido de orgullo y condenado para siempre, hiriéndolo con mi pie y encadenándolo al abismo del infierno”.
Estas palabras de la Virgen María parecen haber sido proféticas precisamente para el tiempo que vivimos hoy, en estas primeras décadas del siglo XXI. ¡La Santísima Virgen nos da una perspectiva de esperanza muy reconfortante para el futuro!
¿Cómo podría ser de otra manera?: el Señor no puede abandonar a sus hijos, Él ha vencido a Satanás.
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