Del sitio Aleteia:Mosul es un auténtico polvorín. En Mosul, el ISIS va perdiendo terreno pero los bombardeos de la coalición están produciendo muchas víctimas civiles.
La situación es dramática y el Papa Francisco volvió a hacer un llamamiento a lo que ha denominado “sangriento conflicto”.
“Los invito a rezar para que Irak encuentre en la reconciliacióm y en la armonía entre sus diversos componentes étnicos y religiosos, la paz, la unidad y la prosperidad”.
"Mi pensamiento va a los pueblos civiles atrapados en los barrios occidentales de Mosul y a los refugiados por culpa de la guerra, a quienes me siento unido en el sufrimiento, a través de la oración y la cercanía espiritual”.
"Expreso mi profundo dolor por las víctimas del sanguinario conflicto, renuevo mi llamamiento al compromiso con todas las fuerzas en la protección de los civiles, como obligación imperativa y urgente”.
Conforme se van liberando las ciudades comienzan a conocerse algunos macabros detalles del horror que el ISIS infundió en el territorio ocupado. Así, por ejemplo, se dieron a conocer las 14 “reglas de conducta” que los milicianos del auto-proclamado Estado Islámico (Daesh) habían escrito en las columnas y las paredes de la iglesia caldea dedicada a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en Mosul.
Según muestra la Agencia Fides en ellas se mostraría sanciones para los que fuman y los que beben, la prohibición a las mujeres de salir de casa si no es necesario o la pena de muerte para quienes blasfeman.
Los yihadistas utilizaban la iglesia como base de operaciones. Al ser rescatada los soldados vieron que no habían dejado ningún vestigio cristiano en el edificio.
No ocurrió lo mismo en la Iglesia de Qaraqosh. Allí los yihadistas destruyeron todo pero dejaron una imagen: la Virgen María y el Niño Jesús.
“Al ver esta imagen extrañamente intacta no podía más que pensar en su protección constante hacia nosotros. Protección que los cristianos perseguidos conocen y proclaman con insistencia” asegura a Alfa y Omega el padre Luis Montes, misionero del Instituto del Verbo Encarnado en Irak y testigo de los hechos.
“No conocemos por qué el Isis la respetó, pero es como un símbolo de su amor de madre que al oído nos susurra: “¡no te preocupes que aquí estoy yo!””, afirma el misionero.
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