30 de noviembre de 2017
Nuestra Señora de San Juan de los Lagos
29 de noviembre de 2017
Nuestra Señora del Corazón de Oro
Del sitio María de Nazareth:
El martes 29 de Noviembre de 1932, en Beauraing (diócesis de Namur), en la tarde, Fernanda Voisin (15 años) y su hermano Alberto (11 años), acompañados de Degeimbre Andrée (14 años) y de Gilberta (9 años), se dirigen al internado de las Hermanas de la Doctrina Cristiana para recoger a su hermana Gilberta Voisin (13 años). Alberto se adelantó un poco para sonar a la puerta del convento cuando de pronto exclamó: ¡La Virgen se está paseando por el puente, véanla! Se trataba de un viaducto situado a proximidad del convento, por donde pasaba el ferrocarril, en la ruta de Beauraing hacia Foçant. Fernanda le responde que es el resplandor de los faros de los coches. Alberto insiste, las chicas se vuelven y ellas también la ven. Se lo dicen a la Hermana portera que llega a abrirles, pero ésta responde que deben ser las ramas del árbol que mece el viento.
Miércoles, 30 de noviembre 1932. (...) En la tarde los niños van de nuevo solos al convento a buscar a Gilberta y otra vez ven en el mismo lugar ven a la Virgen con las manos juntas y paseándose por el espacio.
Jueves, 1 de diciembre 1932. (...) Antes de entrar en el convento los niños ven a la Virgen y cuando salen con Gilberta la ven otras dos veces. Más tarde, Fernanda, Andrée y Alberto acompañados de sus madres, la ven por cuarta vez. Esa tarde, no se pasea en el espacio sino casi a ras del suelo. Los niños en su descripción darán más detalles: tiene los ojos azules, miraba hacia el cielo, llevaba las manos juntas, sonreía dulcemente, múltiples rayos dorados alrededor de su cabeza forman como una diadema de luz y cuando desaparece alza los brazos.
Viernes, 2 de diciembre de 1932. Madre Teófila, la Superiora del convento, para calmar la efervescencia que comienza a crecer en la casa, les prohíbe a los alumnos que hablen de estos hechos. Además, amonesta severamente a los dos mayores y les pide no volver. En la tarde, hacia las cinco, manda a su casa a Gilberta, cierra las puertas del convento y suelta dos perros en el jardín. Sin embargo, esa tarde el Sr. Voisin decide que los niños no vayan al convento sino hasta las ocho de la noche, acompañados de algunos amigos. Esa noche los niños tienen tres veces la misma visión. Por primera vez, los niños caen arrodillados frente a la visión de la Virgen, quienes la interrogan y escuchan sus respuestas. -¿Es usted la Virgen Inmaculada? Ella responde afirmativamente con un movimiento de cabeza. -¿Qué desea pedirnos? -Que seáis cautos. Ante esta segunda pregunta reiterada durante la segunda visita, la Virgen respondería: ¿Es cierto que seréis muy cautos? Y los niños dirán: Sí, lo seremos siempre. (...)
Sábado, 3 de diciembre de 1932. Los niños obedeciendo a la solicitud de la superiora del convento no se presentaron al lugar donde habían visto a la Virgen, así que no la vieron. Pero fue ese el día en que, ante las preguntas de la Superiora, los niños explicaron con detalles su visión de la Santa Virgen.
El domingo 4 de diciembre de 1932 en la tarde, la Virgen se aparece dos veces: primero a todos los niños y luego sólo a Alberto. Durante la primera aparición, Alberto le hace varias preguntas, en relación con el milagro que va a realizar. Ella no dice mayor cosa. En la segunda, le pide que Paulette Dereppe sea curada, la Virgen sonríe. En ambas apariciones la Virgen les da cita a los niños para el día de la Inmaculada Concepción.
Entre el 5 y el 7 de diciembre los niños la ven cinco veces. El jueves 8 llega una enorme multitud al lugar. La visión dura el tiempo del rosario pero ella no dice nada.
Los días siguientes, entre el 9 y el 12 de diciembre, siempre de 1932, los niños van al sitio donde se aparece, rezan el rosario pero no tienen ninguna visión.
Martes, 13 diciembre, 1932. Los niños ven a la Virgen durante el rezo de 15 Avemarías. Fernanda cayó de rodillas. Los niños no dicen el Gloria porque tienen la impresión que la Virgen quiere marcharse y entonces para retenerla sólo rezan los "Aves"
Miércoles, 14 diciembre. Los niños la ven, pero la Virgen no responde a las preguntas que le hacen. Jueves, 15 - Viernes, 16 diciembre. Los niños van a rezar al lugar y no ven nada.
Sábado, 17 diciembre. Gilberta Voisin interroga a la Virgen: « A solicitud del cura, queremos saber lo que desea ».Ella les responde: « Una capilla ».
Domingo, 18 diciembre, 1932. Rezan el Rosario pero Ella no viene.
Lunes, 19 diciembre: Oración. Nada de particular. Martes, 20: Aparición durante el rosario.
El miércoles 21se le aparece a todos los niños. Andrea, Fernanda y Gilberta le preguntan que quién es. Ella responde: «Soy la Virgen Inmaculada ».Pero no todos los niños escuchan claramente su respuesta o de la misma manera.
Jueves, 22 diciembre 1932. Sólo las niñas la ven. Viernes, 23 diciembre. Esa tarde Alberto no ve nada. Fernanda le pregunta: ¿Por qué viene usted a este lugar? Y sólo ella escucha su respuesta: « Para que vengan aquí en peregrinación ».
Sábado, 24 diciembre: todos los niños la ven al mismo tiempo. Gilberta y Andrea le piden un signo. Sólo Alberto dice haber escuchado su respuesta: « ¡Sí! ».
Domingo, 25 (Navidad) y lunes 26 de diciembre de 1932. Oraciones. Ninguna aparición.
Martes, 27 diciembre 1932. No ocurre nada. Al día siguiente miércoles 28, los niños oyen a la Virgen decirles que « pronto será la última aparición »
El jueves 29, la ven de nuevo pero sólo Fernanda cuenta que en el momento de abrir los brazos para marcharse, ella le vio en medio del pecho un corazón dorado. El viernes 30 Gilberta y Andrea afirman que ellas también se lo vieron, pero Gilberta Degeimbre, no. Ese día sólo Fernanda Voisin oyó a la Virgen decir: « Rezad, rezad mucho».
Sábado 31 diciembre se dan tres breves apariciones, los cinco niños ven el corazón cada vez que la Virgen abre los brazos para marcharse. A pesar de la invitación de los niños, Ella no habla.
Domingo 1° de enero, 1933. Gilberta cuenta que le vuelve a pedir: «¡Rezad siempre!» Fernanda dijo que la Virgen quiso hablar, pero ella no la quiso escuchar, temiendo que sería otra vez la única en oírla.
Lunes, 2 de enero se le aparece a todos los niños pero solamente Fernanda la escucha: "Mañana os diré a cada uno algo en particular".
Martes 3 de enero, Gilberta Degeimbre afirma que les dijo: "¡Adiós!" y que le confió un secreto. Lo mismo le ocurre a Albert Voisin. En cambio a Gilberta Voisin la Virgen le dijo: "Yo convertiré a los pecadores." y luego "¡Adiós!". A Andrea: "Yo soy la Madre de Dios, la Reina de los Cielos. Orad siempre. ¡Adiós!". Fernanda Voisin cuando los otros niños ya se habían marchado ella se quedó rezando y entonces vio a la Virgen salir de una bola de fuego y entonces ella le preguntó "¿Amas tú a mi Hijo?" Ella le respondió que sí. "Y a mí, ¿me amas?" La misma respuesta: "Sí ". "Entonces, sacrificaos por mí. ¡Adiós!".
Y así terminaron las apariciones de Beauraing.
28 de noviembre de 2017
Nuestra Señora de Kibeho
Del sitio Apariciones de Jesus y de María:
A partir de 1981 la Santísima Virgen se Apareció a sietes jóvenes adolescentes de Ruanda. Tres eran alumnas en el colegio de las Hermanas Benebikira (Congregación religiosa de Rwanda) y las otras cuatro de la campiña. Además de ellas, el Señor se apareció a un joven pagano de 15 años, Segatashya, a quien instruyó en la fe y le enseñó el rezo del Rosario. La Virgen María realizó allí revelaciones sobre el futuro de la humanidad.
El 28 de noviembre de 1992 los Obispos de Gikongoro, Butare y Kibungo pusieron la primera piedra del Santuario dedicado a Nuestra Señora de Los Dolores.
Dos de los videntes murieron en el genocidio de Ruanda que la Virgen profetizó en esas Apariciones y se cumplió doce años después, entre 1994 y 1995.
Ruanda es un pequeño país de África Central sin salida al mar, ubicado en la región de los Grandes Lagos. Es uno de los países más pobres del mundo, siendo su economía esencialmente agrícola. La mayor parte de sus habitantes son católicos, mientras un porcentaje de personas profesan cultos africanos y una minoría es musulmana.
Por siglos, los Tutsis, gente de altísima estatura, dominaron a los Hutus, siendo éstas las dos tribus predominantes en Ruanda. Una guerra civil terminó con el dominio de los Tutsis en 1959 y muchos de ellos salieron exiliados hacia otros lugares de África.
Cuando Jesús y María se aparecieron en Ruanda entre 1981 y 1983, la situación política era muy compleja y los conflictos étnicos entre los pueblos Hutu y Tutsi parecían aumentar, llegando a confrontaciones violentas entre las tribus dominantes. El clima que se vivía era extremadamente tenso. Además, 1981 es el mismo año en que dieron inicio las Apariciones de Medjugorje. El mundo entero estaba entonces en un momento de gran temor a una guerra nuclear, con la tensión entre el Este y el Oeste.
El 28 de noviembre de 1981 a las 12:35 pm, en el comedor del colegio de las Hermanas Benebikira, en Kibeho, Alphonsine Mumureke, de 16 años, oyó una voz que la llamaba: “¡Hija Mía…!”
Se dirigió hacia el pasillo y vio a una bella Mujer. La describe así: “Tenía un vestido blanco sin costuras y en la cabeza un velo también blanco. No sabría definir el color de su piel, pero era de una belleza incomparable. Tenía las manos juntas a la altura del pecho, con los dedos hacia el cielo.”
Alphonsine preguntó: —“¿Quién eres?”
La respuesta fue:“Ndi Nyina Wa Jambo” Es decir: “Yo soy la Madre del Verbo” —y continuó: “Vengo a tranquilizarte porque he escuchado tus oraciones. Quería que tus compañeras tuvieran fe porque no creen con suficiente fuerza.”
La experiencia se repitió al día siguiente, domingo 29 de noviembre, y durante el mes de diciembre, cada sábado, siempre en el comedor o en el patio de la escuela. La primera reacción de los profesores y alumnas fue de escepticismo. Nadie le creía. Sus compañeras afirmaban que la oían hablar en otros idiomas como francés, inglés, kinyarwanda y otros que no conocían. Muchos la ridiculizaban. Pero poco después otras jóvenes afirmaron haber tenido también Apariciones de la Santísima Virgen.
Alphonsine siguió teniendo Apariciones durante un período de varios años y dice tener un secreto, confiado a ella por la Virgen, el cual no debía revelar hasta que Ella no se lo indicara. (La última Aparición a Alphonsine tuvo lugar el 28 de noviembre de 1989, a los siete años de la primera).
En enero de 1982, Nathalie Mukamazimpaka, una joven de 18 años, muy equilibrada y tranquila, tuvo Apariciones públicas de la Virgen María y del mismo Jesús. Estas Apariciones continuaron en privado después del 02 de diciembre de 1983.
El 2 de marzo de 1982 Marie Claire Mukamgango, de 21 años comienza a tener Apariciones. Éstas terminaron el 15 de setiembre del mismo año.
Más tarde el número de videntes aumentó, llegando a ser siete. Otras cuatro jóvenes y un joven recibían Apariciones de la Virgen María y de Jesús. Ellos son: Valentine Nyiramukiza, de 9 años; Stéphanie Mukamurenzi, de 14 años; Agnès Kamagaju, de 22, y Vestine Salima, también de 22 años. Esta última era musulmana, pero en 1983 recibió el bautismo. Ella es la primera que dice haber visto a Jesús el 13 de abril de 1982, quien se le presentó como, “el Pastor de toda la Tierra”. Poco después, Emmanuel Segatashya, de 15 años, sin ningún conocimiento de la religión cristiana, aseguraba haber visto a Cristo en julio de 1982. Emmanuel relata: “Yo no sabía nada de la Iglesia ni de Jesús. La primera vez que entré en una Iglesia fue después de la Aparición. No sabía hacer la Señal de la Cruz, ni conocía el significado de la Cruz que veía en la misión.”
El 15 de Agosto de 1982 la Virgen les mostró una terrible Profecía
Las videntes vieron el Paraíso, el Purgatorio y el Infierno. En una visión que duró ocho horas, vieron imágenes aterradoras de personas matándose unas a otras, de cuerpos echados a los ríos… sin cabezas. Ellas lloraban; ese día, miles de personas estuvieron presentes en el lugar de las Apariciones. Todos salieron bajo una fuerte impresión de miedo y tristeza.
Alphonsine Mumureke contó que la Santísima Virgen lloraba. A las tres jóvenes se las veía temblar, entrechocando los dientes y cayendo a tierra como muertas. Dijeron haber visto: “Un árbol en llamas, un río de sangre, personas que se mataban entre sí, muchos cuerpos decapitados y abandonados sin nadie que les diese sepultura; un enorme abismo, un monstruo.” Esta visión fue publicada en el libro ‘La Hora Final’ (The Final Hour, Michael Brown, 1992, pg. 255) dos años antes del genocidio ruandés.
María advierte allí que si Ruanda no se convierte, esta profecía caerá sobre el pueblo; les mostró en 1982 el terrible genocidio que asolaría a Ruanda a mitad de los años noventa. Este llamado no fue tomado en serio y doce años después, entre 1994 y 1995, estalló la guerra civil en Ruanda: El enfrentamiento entre los Tutsis y los Hutus terminó en un genocidio que provocó la muerte, en un período de 4 meses, de unas 800.000 personas incluyendo 3 Obispos, 123 Sacerdotes y más de 300 religiosos, así como dos de los videntes: Marie Claire Mukangango y Emmanuel Segatashya. Ha sido uno de los más grandes genocidios de la historia. Miles de cuerpos fueron mutilados, decapitados y abandonados en el campo, otros fueron lanzados al río Kagera que parecía un “río de sangre”; una gran cantidad de cuerpos flotaban en dirección al Lago Victoria, de los cuales muchos estaban sin cabezas. Las visiones se cumplían con exactitud.
Alphonsine cuenta que la Santísima Virgen vino a Kibeho para preparar a la humanidad para la Segunda Venida de Su Hijo. Ella escuchó a María decirle: “El mundo está llegando a su fin. El regreso de Jesús está muy cercano…”
Emmanuel recibió también advertencias de nuestra Madre Celestial: “No queda mucho tiempo para prepararse para el juicio final. Deben cambiar sus vidas, renunciar al pecado. Oren y prepárense para su propia muerte y para el fin de los tiempos. Deben prepararse, mientras aún queda tiempo. Aquellos que hagan el bien, irán al Cielo. Si hacen el mal, se condenarán a sí mismos sin oportunidad de apelación alguna. No pierdan tiempo y empiecen ya mismo a orar y hacer el bien. No queda mucho tiempo, y Jesús está volviendo.”
Jesús también le dijo a Emmanuel: “Mucha gente trata a su prójimo deshonestamente. El mundo está lleno de odio. Ustedes sabrán que Mi segunda venida está cerca cuando vean el estallido de guerras religiosas. Entonces, sepan que Yo estoy en camino.”
La Virgen María también le dijo a los videntes: “Yo he venido a prepararle el camino a Mi Hijo, para vuestro bien, y ustedes no quieren comprender. El tiempo que resta es poco, y ustedes están como distraídos y ausentes. Están concentrados en las cosas de este mundo, que son pasajeras. He visto a muchos de Mis hijos perderse, y he venido a mostrarles el camino verdadero.”
La Virgen les enseñó: La importancia del Rosario / la Oración sincera / la penitencia / amar / tener una fe viva / conversión / y sobre todo un llamado a la reconciliación.
También llamó a la renuncia al pecado. Se lamentó de la idolatría / irreverencia / materialismo / hipocresía / inmoralidad sexual. La Virgen advirtió que todo esto tendría graves consecuencias. Por eso exhorta a Sus hijos a una profunda conversión. Hay que dejar de ir por dos caminos, es necesario seguir uno solo, el que lleva a Cristo.
En sus Mensajes pedía:
Un urgente llamado al arrepentimiento y a la conversión de los corazones: “¡Arrepiéntanse, arrepiéntanse, arrepiéntanse!” “Conviértanse cuando todavía están a tiempo.”
Un diagnóstico del estado moral del mundo: “El mundo está muy mal” (Ngo isi imeze nabi cyane). “El mundo corre a su pérdida, corre peligro de caer en un precipicio” (Ngo isi igiye kugwa mu rwobo); es decir: “Ser inmerso en desgracias innumerables e incesantes”. “El mundo está en rebelión contra Dios” (ubu isi yarigometse); “se cometen demasiados pecados. No hay amor ni paz.” “Si no se arrepienten y no se convierten sus corazones van caer todos en un precipicio.”
La profunda tristeza de la Virgen: Las videntes dicen haber sido fuertemente sorprendidas al verla llorar el 15 de Agosto de 1982. La Madre del Verbo está muy afligida a causa de la incredulidad y la impenitencia de los hombres. Se queja de nuestra mala conducta, caracterizada por una disolución de las costumbres, las disensiones, la complacencia por el mal, la desobediencia continua a los Mandamientos de Dios.
“La fe y la incredulidad vendrán sin que se perciba.” (Ngo ukwemera no ubuhakanyi bizaza mu mayeri). Son unas Palabras misteriosas, dichas más de una vez por la Virgen a Alphonsine al principio de las Apariciones, con encargo de repetírselas a los hombres.
El sufrimiento salvífico: Este tema es uno de los más importantes en la historia de las Apariciones de Kibeho. Sobre todo, con respecto a Nathalie Mukamazimpaka. Para un cristiano, el sufrimiento, por otro lado inevitable en la vida de aquí abajo, es un camino obligado para alcanzar la gloria celestial. La Virgen les dijo a Sus videntes, particularmente a Nathalie, el 15 de mayo de 1982: “Nadie llega al Cielo sin sufrir.” Más aún: “El Hijo de María no se separa del sufrimiento.” Pero el sufrimiento es también un medio de expiar el pecado del mundo, y de participar en los sufrimientos de Jesús y de María para la salvación del mundo. Los videntes fueron invitados a vivir este Mensaje de un modo concreto, a aceptar el sufrimiento en la fe y en la alegría, a mortificarse (“kwibabaza”) y a renunciar a los placeres (kwigomwa) para la conversión del mundo. Kibeho es así un recordatorio del lugar de la Cruz en la vida del cristiano y de la Iglesia.
Rezar sin parar y sin hipocresía: Los hombres no rezan; y hasta entre los que rezan, muchos no rezan como es debido. La Virgen les pide a las videntes rezar mucho por el mundo, enseñar a otros a rezar, y rezar por los que no rezan. La Virgen nos pide poner más celo al rezar.
Devoción a María, concretada particularmente por una recitación regular y sincera del Santo Rosario.
El Rosario de Los Dolores de la Virgen María: La vidente Marie Claire Mukangango dijo haber recibido estas revelaciones. A la Virgen le gusta este Rosario. Conocido en otro tiempo, había caído en el olvido. Nuestra Señora de Kibeho desea que sea devuelto en honor y difundido en la Iglesia. Pero el Rosario de los Dolores no suplanta al Santo Rosario.
La Virgen desea que se le construya una Capilla como recuerdo de Su Aparición en Kibeho. Este tema se remonta a la Aparición del 16 de enero de 1982 a Alphonsine y se repite varias veces en el curso de aquel año, sobre todo en casa de Nathalie con nuevas explicaciones.
Rezar sin descanso por la Iglesia, por las grandes tribulaciones que le esperan en los tiempos que vienen. Así se lo dijo la Virgen a Alphonsine, el 15 agosto de 1983, y luego el 28 de noviembre de 1983.
El 15 de Agosto de 1988, el Obispo de la diócesis de Butare, Monseñor Jean Baptiste Gahamanyi, aprobó la devoción pública, mediante la dedicación del Santuario de Kibeho a “Nuestra Señora de Los Dolores”. Siendo aprobadas definitivamente por la Santa Sede, en Junio del 2001. En la “Declaración vaticana”, acerca del juicio definitivo sobre las Apariciones de Kibeho, dada a conocer el 29 de Junio del 2001, por la Sala de Prensa de la Santa Sede, el Obispo de Gikongoro, Augustin Misago, declara: “¡Sí! La Santísima Virgen María se ha Aparecido en Kibeho, el 28 de noviembre 1981 y en los meses siguientes. Hay más razones para creerlo que para negarlo.”
Desde el inicio de las Apariciones se produjeron conversiones, grupos de oración, casos de curación, peregrinaciones y fenómenos sobrenaturales. En 1982, el Obispo nombró una comisión médica y luego una teológica, reconociendo el carácter sobrenatural y veracidad de los hechos. Y tras un intensivo y profundo estudio, pero… tomándose en consideración sólo las Apariciones públicas, en presencia de testigos; fueron aprobadas definitivamente por el Vaticano, como auténticas, las visiones y los Mensajes de la Santísima Virgen dados a tres de las videntes: Alphonsine Mumureke, de 16 años, Nathalie Mukamazimpaka, de 17 años y Marie Claire Mukangango, de 21 años.
El Santuario de la Virgen de Kibeho, en Ruanda, ya es considerado por muchos como el Lourdes Africano. Sumergido en el corazón de los Grandes Lagos, se ha convertido en los últimos 25 años, en un gran centro de espiritualidad y Devoción Mariana, al que acuden cada vez más peregrinos procedentes, no sólo de Ruanda, sino de toda África y del resto del mundo.
27 de noviembre de 2017
Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
La devoción comúnmente conocida como la de la Medalla Milagrosa debe su origen a Zoé Labouré, un miembro de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, conocida en religión como Hermana Catalina Labouré, a quien la Santa Virgen María se le apareció tres veces en el año 1830, en la casa madre de la comunidad en París. (Santa Catalina Labouré fue canonizada en 1947 por el Papa Pío XII)
La primera de estas apariciones ocurrió el 18 de julio, la segunda el 27 de noviembre y la tercera poco tiempo después. En la segunda ocasión, la hermana Catalina registra que la Bendita Virgen se le apareció como parada sobre un globo, y llevando un globo en sus manos. De sus dedos emanaban rayos de luz que parecían salir de anillos fijados con perlas preciosas. Éstos, dijo ella, eran símbolos de las gracias que se le concederían a todos los que las pidieran. La hermana Catalina añade que alrededor de la figura apareció un óvalo que llevaba en letras doradas las palabras “Oh, María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti”; en la parte de atrás aparecía la letra M coronada con una Cruz y con un travesaño debajo, y debajo los Sagrados Corazones de Jesús y María, el primero rodeado por una corona de espinas, y el segundo atravesado por una espada.
En las segunda y tercera de estas visiones se le dio una orden de que mandase a acuñar una medalla según el modelo revelado, y se le hizo la promesa de que se concederían grandes gracias a los que la usaran después de bendecida. Después de una investigación cuidadosa, M. Aladel, el director espiritual de la Hna. Catalina, obtuvo la aprobación de Monseñor de Quelen, arzobispo de París, y el 30 de junio de 1832 se hicieron las primeras medallas y con su distribución la devoción se extendió rápidamente.
Uno de los hechos más notables registrados en conexión con la Medalla Milagrosa es la conversión de un judío, Maria Alfonso Ratisbonne de Estrasburgo, quien se había resistido a las insistencias de un amigo para que entrara a la Iglesia.
M. Ratisbona consintió algo renuente de usar la medalla, y estando en Roma, entró por casualidad a la iglesia de Sant’ Andrea delle Fratte y tuvo una visión de la Santísima Virgen exactamente como está representada en la medalla, tras lo cual ocurrió inmediatamente su conversión. Este hecho recibió sanción eclesiástica y está registrado en el Oficio de la fiesta de la Medalla Milagrosa.
En 1847, M. Etienne, superior general de la Congregación de Sacerdotes de la Misión obtuvo del Papa Pío IX el privilegio de establecer en las escuelas de las Hermanas de la Caridad una confraternidad bajo el título de Inmaculada Concepción, con todas las indulgencias anexas a una sociedad similar establecida para sus estudiantes en Roma por la Compañía de Jesús. Esta confraternidad adoptó la Medalla Milagrosa como su emblema, y los miembros, conocidos como Hijos de María, la usan colgada de una cinta azul.
El 23 de julio de 1894, el Papa León XIII, luego de que la Sagrada Congregación de Ritos, hiciera un examen minucioso de los hechos, instituyó una fiesta con un Oficio y Misa especiales, de la Manifestación de la Inmaculada Virgen bajo el título de Medalla Milagrosa, para que los sacerdotes de la Congregación de la Misión la celebraran anualmente el día 27 de noviembre, con un rito de doble de segunda clase. Para las comunidades de ordinarios y religiosos que pidieran el privilegio de celebrar la festividad, su rango sería de fiesta mayor doble. Un decreto posterior, datado 7 de septiembre de 1894, permite que cualquier sacerdote diga una Misa propia a la fiesta en cualquier capilla unida a una casa de las Hermanas de la Caridad.
26 de noviembre de 2017
Nuestra Señora de los Remedios (Filipinas)
La imagen actual de los Remedios es una réplica de la imagen original más pequeña que se dice que vino de España a través de un fraile agustino. La imagen original era de marfil y también estaba destinada a ser adorada. Sin embargo, esta imagen de marfil fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial. La nueva estatua se hizo lo más parecida posible a la original.
25 de noviembre de 2017
Nuestra Señora, madre de Kykkos
La isla de Chipre acogió el cristianismo en los tiempos del apóstol Pablo y de San Bernabé, a los cuales se considera fundadores de aquella comunidad cristiana.
Muchas han sido las vicisitudes que ha conocido Chipre a lo largo de su historia, pasando sucesivamente a manos de musulmanes árabes, bizantinos, latinos de Lusignano, genoveses y venecianos. En 1571 fue dominada por los turcos musulmanes hasta 1878 en que pasó a depender de la administración inglesa hasta 1974 en que quedó dividida entre turcos y griegos, situación que aún perdura.
Artísticamente está relacionada con el arte bizantino tanto para la arquitectura como para la pintura.
Según algunas leyendas, la Virgen María acudió antes de su muerte a visitar a los cristianos de la isla, lo que explica que toda la isla sea como un gran santuario mariano por la cantidad de monasterios e iglesias dedicados a la Virgen, que puede formar con sus advocaciones una verdadera letanía.
El título de Panaguía, que significa Toda-santa, es uno de los más queridos entre los ortodoxos, junto con el de Theotokos, o Madre de Dios.
El monasterio de Kykko ha sido siempre un faro de luz por la santidad y la ciencia de los monjes que allí han vivido. En los tiempos recientes es conocido el abad Makarios, monje antes de ser obispo y posteriormente Jefe de Estado, cuyos cuerpo descansa en dicho monasterio.
La fama de dicho monasterio también le viene por ser custodio del icono que nos ocupa, en Panaguía de Kykko. Dicho icono tiene su origen en Egipto de donde pasó a Chipre por donación del emperador Alejandro I Comneno .
Apenas llegó el icono de la Panaguía a Chipre comenzaron a atribuírsele prodigios convirtiendo al monasterio de Kykko en meta de peregrinaciones.
Actualmente el icono está recubierto de un revestimiento de plata y oro que lo oculta casi
completamente.
Es del estilo de la Virgen de la ternura, en que manifiesta el afecto entre Madre e Hijo, pero con
algunas particularidades: María, vestida con el kiton (túnica) y el maforion (manto), se inclina sobre el Niño, el cual, apoyando su espalda sobre el costado de María se gira hacia los fieles; María con una mano sostiene al Niño, mientras con la otra, levemente elevada, sostiene la mano del Niño como para ayudarlo a soportar el rollo abierto.
El Niño, vestido de rojo, parece atender más al espectador que a su Madre. El rollo, abierto, contra lo que suele ser habitual, lleva la siguiente escritura de Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí; me ha ungido, me ha enviado a anunciar la Buena Nueva a los pobres... (Isaías 61, 1-2; Lucas 4, 18)
Algunos santos Padres de la Iglesia deducen de este texto algunas afinidades marianas. San Juan Damasceno, (+749) por ejemplo, hablando de la natividad de María, dice: "De ella, el Rey de la gloria, revestido de la púrpura de la carne, proclamará la liberación de los prisioneros con los que vino a vivir".
En nuestros días, Kiko Argüello, animador del Camino Neocatecumenal, desconociendo la historia de este icono se ha inspirado en la Virgen de Kykko y ha pintado la Virgen del Camino, que hoy es, según algunos, una de las más difundidas.
Video de Nuestra Señora de Kykkos
24 de noviembre de 2017
Nuestra Señora Stella Maris
estrella esplendorosa de los mares,
que derramas el fulgor inagotable de tu gracia
sobre la inmensa soledad marina
que dominas el viento y el oleaje
y señales su al navegante,
protégenos piadosa
en las tempestades del alma
y en los embates del mar.
A la Prefectura Naval Argentina y
A la Marina Mercante
haciéndolas fuertes en la paz,
valerosas en la guerra
y generosas en la victoria.
misión de amistad y de concordia
en todas las latitudes del mundo,
Y en los extremos de nuestro país.
desde las férreas naves y desde el aire
custodian sobre el mar,
los ríos y los lagos
el honor de nuestra Patria
y de nuestra Bandera.
y a todos los que, por su ,
componen la gran naval argentina.
Bendice a los seres amados del
sobre los que imploramos
tu protección celestial.
aliento en la esperanza
alivio en los pesares,
constancia en la virtud.
el cumplimiento integral de nuestro deber.
Oh Madre y Señora Nuestra, Stella Maris,
escucha las plegarias de nuestros corazones.
Te suplicamos que nos orientes y nos conduzcas
al puerto de la bienaventuranza eterna
concediéndonos en la vida y en la muerte
la misericordia dulzura de la paz. Amén.
Nuestra Señora de Iver
El primer icono de IVER (Iver o Iveria) que ahora se conserva en un monasterio en el Monte Athos, Grecia, fue pintado, según dice la tradición, por el Apóstol y Evangelista Lucas. En el Siglo 9 el icono estaba en casa de una viuda que vivía cerca de Nicea. Esta ciudad de Asia Menor que no existe hoy en día, se hizo famosa debido a los dos Concilios Ecuménicos que se llevaron a cabo allí. Entre otras cosas, en el último Concilio (séptimo en orden numérico y segundo celebrado en esa ciudad), después de luchar largo tiempo contra los iconoclastas, se logró restablecer la veneración a los iconos.
Durante el reinado de Teófilo, Emperador de Bizancio, quien estaba en contra de los iconos, cierta vez los soldados entraron en casa de la viuda para confiscar todos los iconos. Entre ellos estaba el de la Virgen María, pintado por el Apóstol Lucas, que ocupaba un lugar preponderante.
Uno de los soldados asestó un golpe al icono con su espada y al instante salió sangre de la mejilla de la Virgen María de ese lugar. Profundamente conmovido por este milagro, el soldado se arrepintió de haber cometido ese sacrilegio, dejó de apoyar la herejía que iba contra los iconos y al poco tiempo se recluyó en un monasterio, donde posteriormente se hizo monje. Siguiendo los consejos del soldado arrepentido, la viuda decidió ocultar el icono de la Virgen María para protegerlo contra posibles ultrajes posteriores y después de orar, lo colocó sobre las aguas del mar, alegrándose mucho cuando el icono se paró en forma vertical y comenzó a desplazarse hacia el oeste por las aguas.
Escapándose de la herejía de los iconoclastas el hijo de la viuda dejó Nicea y se instaló en Athos, donde pasó el resto de su vida como monje. Precisamente de él los monjes de Athos escucharon hablar sobre ese icono, que su madre había dejado ir por las aguas del mar. Los monjes de Athos conservaron durante mucho tiempo esa leyenda sobre el milagroso icono.
Muchos años más tarde el icono apareció de repente, como dice la tradición de Athos, rodeado de fuego en las cercanías del monasterio de Iver. Por aquel entonces en el monasterio de Iver vivía el Santo monje Gabriel, quien era de procedencia georgiana. La Virgen María se le presentó en sueños y le indicó que le dijera al abad y a los hermanos del monasterio que Ella deseaba darles Su icono como ayuda y protección, y solicitó a Gabriel que se dirigiera sin temor, caminando por el agua, hacia el icono y que lo tomase en sus manos. Cumpliendo las indicaciones de la Madre de Dios, dice la tradición, Gabriel caminó por el agua, como sí lo hiciera por tierra firme tomó el icono y lo llevo a la orilla. El icono fue llevado al monasterio y colocado en el altar. Al día siguiente los monjes no lo hallaron en el mismo lugar; lo encontraron en la pared sobre el portón de entrada del monasterio. Volvieron a colocar el icono en el altar, pero al día siguiente otra vez volvió a estar arriba del portón de entrada. Esto se repitió varias veces, hasta que la Virgen María le reveló a Gabriel en sueños que no deseaba ser protegida por los iconos, sino que quería ser Ella la Protectora del Monasterio.
Consecuentemente, se edificó una iglesia en el lugar del portón principal, donde se conserva el icono hasta hoy en día. Por estar en el Monasterio de Iver, el icono también fue denominado Virgen María de Iver y por su ubicación, "Portaitisa," cuidadora del portal.
Los peregrinos al Monte Athos llevaron a Rusia noticias sobre el icono ortodoxo de Iver. En el siglo 17 un Archimandrite del monasterio de Novosspassky en Moscú, Nikon (el futuro Patriarca), se dirigió al abad del monasterio de Iver, solicitándose que envíe a Rusia una copia del milagroso icono de Iver, lo que fue hecho. Antes de la revolución (1917) este icono se encontraba en una capilla edificada cerca de los muros del Krem1in; pero esta capilla fue posteriormente destruida por la revolución.
23 de noviembre de 2017
Nuestra Señora de los Angeles (Costa Rica)
22 de noviembre de 2017
Nuestra Señora de la Presentación del Quinche
La imagen de Nuestra Señora de la Presentación del Quinche, patrona de Ecuador, es una hermosa escultura en madera, tallada en el siglo XVI por Don Diego de Robles, extraordinario artista al que se deben otras imágenes de María de gran popularidad y veneración.
Según algunos testimonios, la Virgen se apareció a los indios en una cueva prometiéndoles librarlos de los peligrosos osos que devoraban a los niños. Por otra parte, los que habían encargado la confección de la imagen a Don Diego, no le pagaron por ella, por lo que decidió entonces dársela a los indios oyacachis a cambio de unos tablones de fino cedro que este necesitaba para sus trabajos. Los caciques quedaron admirados cuando vieron llegar a Diego Robles con la imagen de la Virgen a cuestas y reconocieron en ella los mismos rasgos de la Señora que se les había aparecido y les había hablado en la cueva. Sin duda, la Virgen quiso visitar primero a sus hijos mas pobres para atraerlos al Señor de los Señores quien ella lleva en sus brazos.
Quince años permaneció la imagen al cuidado de los indios hasta que en 1604, el obispo del lugar ordenó su traslado al poblado del Quinche, de donde finalmente tomó su nombre. La imagen, que es una fina talla en madera de cedro de unos 62 cm. de alto, está revestida por un amplio y hermoso ropaje de brocado cubierto de gemas, y bordado con hilos de oro y plata que sólo dejan ver su rostro moreno y apacible. La Virgen lleva un cetro en la mano derecha y con la izquierda sostiene el Niño en actitud de bendecir, mientras sostiene una esfera de oro coronada por una cruz. A los pies de la imagen, la peana y la gran media luna, ambas de plata pura, y las pesadas coronas imperiales de oro y piedras preciosas, manifiestan la generosidad del pueblo ecuatoriano que gusta ver a su patrona resplandeciente, vestida siempre con las mejores galas. El rostro de Jesús evoca las facciones de los niños mestizos de aquellas sierras. Mestizo es el color de la Madre, síntesis del alma del inca y del español. Su fina nariz está enmarcada por un delicado rostro ovalado de labios delgados y boca pequeña; sus ojos achinados y su mirada triste con los párpados entrecerrados o caídos le confieren una dulzura única. Por eso esta advocación es tan popular en Ecuador, especialmente entre los indios que llaman con afecto "la Pequeñita" a su protectora del cielo.
Es de admirar la variedad de cantos que se entonan en honor de la Virgen del Quinche, con textos en quechua, en jíbaro y en otros diversos dialectos de la región y también en castellano; muchos de ellos se cantan desde hace cuatro siglos. La imagen fue coronada en 1943. El templo actual fue declarado Santuario Nacional en 1985.
21 de noviembre de 2017
Nuestra Señora de la Escalera
La llamaron primero de Corredoura, nombre de la antiquísima ermita gótica al norte del Rocío..
Y luego en el reinado de D. Afonso II, Nuestra Señora de la Concepción de la Escalera, en forma abreviada, Nuestra Señora de la Escalera.
De dónde se explica que cada vez que se decidía llevar a cabo las procesiones para celebrar tal o cual victoria, o pedir protección en contra de este o aquel flagelo, eran las procesiones de la Capilla de Nuestra Señora de la Escalera de las más populares.
Con el tiempo, comenzaron a llegar a la capilla personas de lugares distantes para cumplir promesas y votos, y agradecer los favores recibidos.
En una determinada época se realizaba una procesión con antorchas, posiblemente en la noche, bajando por el río para llegar a la capilla dedicada a Nuestra Señora de la Escalera.
La procesión más importante era la que conmemoraba la victoria de los portugueses en Aljubarrota, en el año 1385.
Las tropas portuguesas, dirigidas por el Venerable Nun’Alvares Pereira, lucharon no sólo para defender la independencia del país, sino sobre todo para no caer en el cisma que amenazaba con dividir al cristianismo ya que el rey de Castilla en ese momento apoyaba a un antipapa.
Después de librar la lucha en condiciones de inferioridad numérica, los portugueses obtuvieron una victoria memorable.
Desde la más alta nobleza que comandaba el ejército destinado a África o Asia, hasta los mas humildes servidores.