Del sitio María de Nazareth:
En la carretera SS 16 entre Ferrara y Rávena, en las inmediaciones de la antigua ciudad de Argenta, y cerca de la orilla del río Reno, se alza el Santuario della Celletta, que destaca entre el verde de la campiña, solemne y armonioso en sus líneas arquitectónicas clásicas de planta elíptica.
Digno de admiración y cariño por parte de todos los argentanos, el santuario debe su nombre a la primera "celletta" que encerraba el fresco de la imagen de la Virgen con el Niño.
El canónigo argentano Don Francesco Leopoldo Bertoldi, en su Storia della Madonna della Celletta, cuenta que Giampaolo dei Fanti, conocido como Dainese, que vivía en San Biagio, se precipitó con su calesa al río durante una tormenta cuando volvía a casa con su mujer en 1490. Viéndose en peligro de muerte, invocaron la protección de la Virgen María, prometiendo construir una capilla en su honor. Salvados, cumplieron su voto y la capilla recibió inmediatamente el nombre de "celletta" por parte del pueblo. En 1580, los Representantes Públicos de Argenta hicieron ampliar la capilla debido al gran número de fieles, y el pintor Francesco Balestri recibió el encargo de restaurar la imagen porque unos maleantes habían desfigurado su rostro; en esa ocasión se añadieron los santos patronos Giacomo y Nicolò. En 1605, otro pintor de Argenta, Nicolò Balestri, añadió dos ángeles en el acto de sostener una corona real sobre la cabeza de la Virgen.
Una prodigiosa aparición que tuvo lugar el 5 de junio de 1606 a la campesina Sigismonda Conti, esposa de Lorenzo Valdagni, abrió una inmensa y continua peregrinación de fieles, atraídos también por la promesa que la Virgen hizo a la mujer: "Dirás y harás decir en todas partes que quien ayune tres sábados y pida gracias las obtendrá si es digno". Y ya en 1619 se contaban 150.000 exvotos en oro y plata.
La fama del Santuario creció, y el 21 de noviembre de 1606 el cardenal Aldobrandini vino en peregrinación a la Celletta hasta el 1 de febrero de 1607, cuando el arzobispo de Rávena nombró capellán a Don G. Battista Beccari para que pudiera celebrar el culto divino en el pequeño lugar, siempre abarrotado.
Entonces los Representantes Públicos decidieron erigir un templo más digno en honor de la Virgen con las ofrendas del pueblo de Argenta y de los numerosos peregrinos llegados de todas partes. La tarea se encomendó al arquitecto Marco Nicolò Balestri, y la primera piedra se colocó el 13 de febrero de 1607. A la muerte de Balestri, el arquitecto Gianbattista Aleotti, también argentano, le sucedió en la tarea y completó la construcción del santuario.
La devoción de los fieles creció especialmente tras el terremoto que destruyó Argenta y los pueblos cercanos de San Biagio, Boccaleone y Bando el 16 de marzo del mismo año. Su furia pareció detenerse ante el Santuario, que permaneció ileso. A pesar de tantas ruinas y de la destrucción de murallas, torres y casas, hubo muy pocas víctimas, por lo que los habitantes y las autoridades públicas, tanto civiles como religiosas, acudieron en procesión a la Celletta, agradeciendo a la Virgen María y a San José el haberles salvado y jurando acudir allí todos los años el mismo día, como atestigua la placa de mármol que aún se conserva a la entrada del Santuario, en el muro izquierdo, fechada el 12 de mayo de 1669. El 7 de mayo de ese mismo año, el templo fue consagrado por el mensajero arzobispal, monseñor Cocacio, y el 7 de octubre, con gran afluencia de público y festejos, la imagen fue trasladada con el muro de la antigua celda al nuevo templo. Esta fue la fecha elegida para la conmemoración anual de la festividad de la Santísima Virgen del Rosario
No hay comentarios:
Publicar un comentario