La devoción a Nuestra Señora del Monte se originó en Portugal, pero se conoce en varios lugares y con diferentes nombres, como Nuestra Señora del Monte Berico, Nuestra Señora de Montserrat, Nuestra Señora del Monte Carmelo, entre otros.
La imagen de Nuestra Señora del Monte presenta a María de pie sobre las colinas o planeando sobre las nubes, con el Niño Jesús en brazos. Aunque en algunos lugares tanto María como el Niño aparecen sin corona, en la imagen portuguesa ambos están coronados.
En el siglo XII, en Lisboa, se construyó un templo en honor de Nuestra Señora tras la reconquista del territorio que estaba bajo el control de los moros. En la isla de Madeira, en 1470 se construyó una iglesia en honor de Nuestra Señora de Monte.
En Brasil, esta devoción está presente en Olinda, Pernambuco, donde los monjes benedictinos tienen una capilla de estilo barroco en su honor. Y en São Paulo, la ciudad de Salto, tiene como patrona a la Virgem do Monte.
REZAMOS:
Oh Virgen dulce y pura, manchada en la cima del monte, ruega por tus hijos e hijas para que busquemos la verdadera conversión y el cambio de vida.
Tu aparición en la montaña nos recuerda que debemos mirar siempre a lo alto, centrar nuestra atención en las cosas de arriba, en Dios.
Que así lo hagamos, Virgen Madre.
Virgen de la montaña, ruega por nosotros.
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