Del sitio de la Agencia de Información Católica (AICA):
Una imagen de la Virgen María del siglo XVII emplazada en la cúspide
de una monumental columna era el símbolo central de la Plaza de la Ciudad Vieja de Praga, capital de la República Checa. El 3 de noviembre
de 1918, la imagen mariana coronada con estrellas y la columna de 16
metros de altura sobre la que estaba fueron derribadas y demolidas por
una multitud de hombres violentos anticatólicos.
La caída de la imagen fue notablemente simbólica, porque representó
la caída del catolicismo y la monarquía. En ese año comenzó la
disolución del católico Imperio Austrohúngaro.
El monumento original fue erigido como acción de gracias a Nuestra
Señora por proteger a Praga de las tropas suecas al final de la Guerra de los Treinta Años en 1648. Fue obra del emperador Maximiliano III, de
la dinastía Habsburgo.
Después del colapso del Imperio Austrohúngaro la estatua de la Virgen
María “se presentó como un símbolo político, un símbolo de la
esclavitud de la nación”. Después del establecimiento de Checoslovaquia
como república independiente en 1918, la Iglesia Católica fue asociada
con la monarquía caída y fue difamada.
A ello le siguió la Segunda Guerra Mundial y 40 años de régimen
comunista, por ello, desde entonces, los católicos y demás creyentes
cristianos han sido una minoría en la República Checa, que es un país
que tiene una mayoría atea.
El proyecto de reconstrucción, intentado sin éxito en décadas
anteriores, tuvo finalmente forma desde 1990. Aprovechando la caída del comunismo de la Unión Soviética, se constituyó la Sociedad para la
Restauración de la Columna Mariana. La iniciativa fue objetada por una
población mayoritariamente atea y de algunas comunidades protestantes.
Además, tuvo que obtener los permisos necesarios y luego realizar la
notable tarea de elaborar nuevamente el monumento.
El proyecto, que incluía la reconstrucción de la columna con una
réplica exacta de la imagen de la Santísima Virgen, se demoró 23 años en
llevarse a la práctica hasta el 4 de junio pasado en que la imagen
mariana retornó a su lugar de honor y vuelve a dominar la Plaza de la
Ciudad Vieja de Praga.
La réplica ya estaba instalada en la puerta trasera de un templo en
Tyn. De allí fue llevada hasta la plaza, donde se elevó hacia su
pedestal con ayuda de una grúa de gran tamaño. El trabajo fue
supervisado directamente por el escultor Petr Váni, quien dedicó 23 años
de esfuerzo no remunerado a la restauración del monumento.
La Columna Mariana consta de 220 piezas de piedra que pesan 118
toneladas. En la parte baja, 16 bloques de piedra representan varias
ciudades checas. La imagen de la Santísima Virgen está elaborada en
piedra arenisca y representa a la Madre de Dios con las manos en
oración, con una corona de doce estrellas y pisando al dragón infernal.
La reposición de la "columna mariana", como se lo llama al monumento,
estuvo acompañada por canciones marianas, el tañido de las campanas de
la torre de la Madre de Dios ubicada al frente y el aplauso de las
personas presentes.
Los católicos checos expresaron su alegría por la colocación de la
estatua, pero también muchos protestantes y no creyentes, que apoyaron
el proyecto por su importancia histórica y artística y por considerar
que la reconstrucción de la columna mariana representa un símbolo de
reconciliación y una oportunidad para la paz con la esperanza de un
futuro mejor.
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