Primitivamente Nuestra Señora de París, - más conocida como Iglesia de Notre Dame - fue un templo galorromano, luego basílica cristiana y más tarde iglesia románica. La actual iglesia catedral de Nuestra Señora fue fundada por el obispo Maurice de Sully que quiso dar a la ciudad una catedral digna de su grandeza.
Su construcción se inicia en 1163 con aportaciones eclesiásticas y ofrendas reales. El pueblo participa también generosamente con sus brazos y esfuerzos: tallistas, forjadores, escultores, cristaleros trabajan dirigidos por Jean de Chelles y Pierre Montreuil, que fue también el arquitecto de la Santa Capilla de París. Los planos originales, son, por fin culminados hacia 1345.
Antes de terminarse esta catedral fue depositaria de la corona de espinas por Luis IX de Francia. Aunque Enrique IV dijo más tarde "París bien vale una misa", antes tuvo lugar en Nuestra Señora su curioso matrimonio con Margarita de Valois; ella sola en el coro y él, como hugonote, esperando a la puerta, en el exterior.
Durante la Revolución Francesa la catedral se dedicó al culto de la razón y sirvió también, en cierto modo, de almacén de piensos y de forraje para los caballos de París.
En ella fue coronado Napoleón como emperador en 1804 por el Papa Pío VII. Muy abandonada en el curso de los tiempos fue, en buena parte motivada por la popularidad de la novela de Víctor Hugo, cuyo título es Nuestra Señora de París. Se ordenó en 1814 una restauración general, bajo el gobierno de la monarquía de Julio.
Viollet-le-Duc se ocupó de la obra a hizo una restauración muy completa de estatuas, vidrieras, bóvedas, pórticos y coro y procedió incluso a la edificación de la flecha posterior (90 metros). Estos trabajos se prolongaron hasta 1864 y fueron por cierto bastante criticados en su época.
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