Del sitio Apariciones de Jesus y de María:
A partir de 1981 la Santísima Virgen se Apareció a sietes jóvenes adolescentes de Ruanda. Tres eran alumnas en el colegio de las Hermanas Benebikira (Congregación religiosa de Rwanda) y las otras cuatro de la campiña. Además de ellas, el Señor se apareció a un joven pagano de 15 años, Segatashya, a quien instruyó en la fe y le enseñó el rezo del Rosario. La Virgen María realizó allí revelaciones sobre el futuro de la humanidad.
El 28 de noviembre de 1992 los Obispos de Gikongoro, Butare y Kibungo pusieron la primera piedra del Santuario dedicado a Nuestra Señora de Los Dolores.
Dos de los videntes murieron en el genocidio de Ruanda que la Virgen profetizó en esas Apariciones y se cumplió doce años después, entre 1994 y 1995.
Ruanda es un pequeño país de África Central sin salida al mar, ubicado en la región de los Grandes Lagos. Es uno de los países más pobres del mundo, siendo su economía esencialmente agrícola. La mayor parte de sus habitantes son católicos, mientras un porcentaje de personas profesan cultos africanos y una minoría es musulmana.
Por siglos, los Tutsis, gente de altísima estatura, dominaron a los Hutus, siendo éstas las dos tribus predominantes en Ruanda. Una guerra civil terminó con el dominio de los Tutsis en 1959 y muchos de ellos salieron exiliados hacia otros lugares de África.
Cuando Jesús y María se aparecieron en Ruanda entre 1981 y 1983, la situación política era muy compleja y los conflictos étnicos entre los pueblos Hutu y Tutsi parecían aumentar, llegando a confrontaciones violentas entre las tribus dominantes. El clima que se vivía era extremadamente tenso. Además, 1981 es el mismo año en que dieron inicio las Apariciones de Medjugorje. El mundo entero estaba entonces en un momento de gran temor a una guerra nuclear, con la tensión entre el Este y el Oeste.
El 28 de noviembre de 1981 a las 12:35 pm, en el comedor del colegio de las Hermanas Benebikira, en Kibeho, Alphonsine Mumureke, de 16 años, oyó una voz que la llamaba: “¡Hija Mía…!”
Se dirigió hacia el pasillo y vio a una bella Mujer. La describe así: “Tenía un vestido blanco sin costuras y en la cabeza un velo también blanco. No sabría definir el color de su piel, pero era de una belleza incomparable. Tenía las manos juntas a la altura del pecho, con los dedos hacia el cielo.”
Alphonsine preguntó: —“¿Quién eres?”
La respuesta fue:“Ndi Nyina Wa Jambo” Es decir: “Yo soy la Madre del Verbo” —y continuó: “Vengo a tranquilizarte porque he escuchado tus oraciones. Quería que tus compañeras tuvieran fe porque no creen con suficiente fuerza.”
La experiencia se repitió al día siguiente, domingo 29 de noviembre, y durante el mes de diciembre, cada sábado, siempre en el comedor o en el patio de la escuela. La primera reacción de los profesores y alumnas fue de escepticismo. Nadie le creía. Sus compañeras afirmaban que la oían hablar en otros idiomas como francés, inglés, kinyarwanda y otros que no conocían. Muchos la ridiculizaban. Pero poco después otras jóvenes afirmaron haber tenido también Apariciones de la Santísima Virgen.
Alphonsine siguió teniendo Apariciones durante un período de varios años y dice tener un secreto, confiado a ella por la Virgen, el cual no debía revelar hasta que Ella no se lo indicara. (La última Aparición a Alphonsine tuvo lugar el 28 de noviembre de 1989, a los siete años de la primera).
En enero de 1982, Nathalie Mukamazimpaka, una joven de 18 años, muy equilibrada y tranquila, tuvo Apariciones públicas de la Virgen María y del mismo Jesús. Estas Apariciones continuaron en privado después del 02 de diciembre de 1983.
El 2 de marzo de 1982 Marie Claire Mukamgango, de 21 años comienza a tener Apariciones. Éstas terminaron el 15 de setiembre del mismo año.
Más tarde el número de videntes aumentó, llegando a ser siete. Otras cuatro jóvenes y un joven recibían Apariciones de la Virgen María y de Jesús. Ellos son: Valentine Nyiramukiza, de 9 años; Stéphanie Mukamurenzi, de 14 años; Agnès Kamagaju, de 22, y Vestine Salima, también de 22 años. Esta última era musulmana, pero en 1983 recibió el bautismo. Ella es la primera que dice haber visto a Jesús el 13 de abril de 1982, quien se le presentó como, “el Pastor de toda la Tierra”. Poco después, Emmanuel Segatashya, de 15 años, sin ningún conocimiento de la religión cristiana, aseguraba haber visto a Cristo en julio de 1982. Emmanuel relata: “Yo no sabía nada de la Iglesia ni de Jesús. La primera vez que entré en una Iglesia fue después de la Aparición. No sabía hacer la Señal de la Cruz, ni conocía el significado de la Cruz que veía en la misión.”
El 15 de Agosto de 1982 la Virgen les mostró una terrible Profecía
Las videntes vieron el Paraíso, el Purgatorio y el Infierno. En una visión que duró ocho horas, vieron imágenes aterradoras de personas matándose unas a otras, de cuerpos echados a los ríos… sin cabezas. Ellas lloraban; ese día, miles de personas estuvieron presentes en el lugar de las Apariciones. Todos salieron bajo una fuerte impresión de miedo y tristeza.
Alphonsine Mumureke contó que la Santísima Virgen lloraba. A las tres jóvenes se las veía temblar, entrechocando los dientes y cayendo a tierra como muertas. Dijeron haber visto: “Un árbol en llamas, un río de sangre, personas que se mataban entre sí, muchos cuerpos decapitados y abandonados sin nadie que les diese sepultura; un enorme abismo, un monstruo.” Esta visión fue publicada en el libro ‘La Hora Final’ (The Final Hour, Michael Brown, 1992, pg. 255) dos años antes del genocidio ruandés.
María advierte allí que si Ruanda no se convierte, esta profecía caerá sobre el pueblo; les mostró en 1982 el terrible genocidio que asolaría a Ruanda a mitad de los años noventa. Este llamado no fue tomado en serio y doce años después, entre 1994 y 1995, estalló la guerra civil en Ruanda: El enfrentamiento entre los Tutsis y los Hutus terminó en un genocidio que provocó la muerte, en un período de 4 meses, de unas 800.000 personas incluyendo 3 Obispos, 123 Sacerdotes y más de 300 religiosos, así como dos de los videntes: Marie Claire Mukangango y Emmanuel Segatashya. Ha sido uno de los más grandes genocidios de la historia. Miles de cuerpos fueron mutilados, decapitados y abandonados en el campo, otros fueron lanzados al río Kagera que parecía un “río de sangre”; una gran cantidad de cuerpos flotaban en dirección al Lago Victoria, de los cuales muchos estaban sin cabezas. Las visiones se cumplían con exactitud.
Alphonsine cuenta que la Santísima Virgen vino a Kibeho para preparar a la humanidad para la Segunda Venida de Su Hijo. Ella escuchó a María decirle: “El mundo está llegando a su fin. El regreso de Jesús está muy cercano…”
Emmanuel recibió también advertencias de nuestra Madre Celestial: “No queda mucho tiempo para prepararse para el juicio final. Deben cambiar sus vidas, renunciar al pecado. Oren y prepárense para su propia muerte y para el fin de los tiempos. Deben prepararse, mientras aún queda tiempo. Aquellos que hagan el bien, irán al Cielo. Si hacen el mal, se condenarán a sí mismos sin oportunidad de apelación alguna. No pierdan tiempo y empiecen ya mismo a orar y hacer el bien. No queda mucho tiempo, y Jesús está volviendo.”
Jesús también le dijo a Emmanuel: “Mucha gente trata a su prójimo deshonestamente. El mundo está lleno de odio. Ustedes sabrán que Mi segunda venida está cerca cuando vean el estallido de guerras religiosas. Entonces, sepan que Yo estoy en camino.”
La Virgen María también le dijo a los videntes: “Yo he venido a prepararle el camino a Mi Hijo, para vuestro bien, y ustedes no quieren comprender. El tiempo que resta es poco, y ustedes están como distraídos y ausentes. Están concentrados en las cosas de este mundo, que son pasajeras. He visto a muchos de Mis hijos perderse, y he venido a mostrarles el camino verdadero.”
La Virgen les enseñó: La importancia del Rosario / la Oración sincera / la penitencia / amar / tener una fe viva / conversión / y sobre todo un llamado a la reconciliación.
También llamó a la renuncia al pecado. Se lamentó de la idolatría / irreverencia / materialismo / hipocresía / inmoralidad sexual. La Virgen advirtió que todo esto tendría graves consecuencias. Por eso exhorta a Sus hijos a una profunda conversión. Hay que dejar de ir por dos caminos, es necesario seguir uno solo, el que lleva a Cristo.
En sus Mensajes pedía:
Un urgente llamado al arrepentimiento y a la conversión de los corazones: “¡Arrepiéntanse, arrepiéntanse, arrepiéntanse!” “Conviértanse cuando todavía están a tiempo.”
Un diagnóstico del estado moral del mundo: “El mundo está muy mal” (Ngo isi imeze nabi cyane). “El mundo corre a su pérdida, corre peligro de caer en un precipicio” (Ngo isi igiye kugwa mu rwobo); es decir: “Ser inmerso en desgracias innumerables e incesantes”. “El mundo está en rebelión contra Dios” (ubu isi yarigometse); “se cometen demasiados pecados. No hay amor ni paz.” “Si no se arrepienten y no se convierten sus corazones van caer todos en un precipicio.”
La profunda tristeza de la Virgen: Las videntes dicen haber sido fuertemente sorprendidas al verla llorar el 15 de Agosto de 1982. La Madre del Verbo está muy afligida a causa de la incredulidad y la impenitencia de los hombres. Se queja de nuestra mala conducta, caracterizada por una disolución de las costumbres, las disensiones, la complacencia por el mal, la desobediencia continua a los Mandamientos de Dios.
“La fe y la incredulidad vendrán sin que se perciba.” (Ngo ukwemera no ubuhakanyi bizaza mu mayeri). Son unas Palabras misteriosas, dichas más de una vez por la Virgen a Alphonsine al principio de las Apariciones, con encargo de repetírselas a los hombres.
El sufrimiento salvífico: Este tema es uno de los más importantes en la historia de las Apariciones de Kibeho. Sobre todo, con respecto a Nathalie Mukamazimpaka. Para un cristiano, el sufrimiento, por otro lado inevitable en la vida de aquí abajo, es un camino obligado para alcanzar la gloria celestial. La Virgen les dijo a Sus videntes, particularmente a Nathalie, el 15 de mayo de 1982: “Nadie llega al Cielo sin sufrir.” Más aún: “El Hijo de María no se separa del sufrimiento.” Pero el sufrimiento es también un medio de expiar el pecado del mundo, y de participar en los sufrimientos de Jesús y de María para la salvación del mundo. Los videntes fueron invitados a vivir este Mensaje de un modo concreto, a aceptar el sufrimiento en la fe y en la alegría, a mortificarse (“kwibabaza”) y a renunciar a los placeres (kwigomwa) para la conversión del mundo. Kibeho es así un recordatorio del lugar de la Cruz en la vida del cristiano y de la Iglesia.
Rezar sin parar y sin hipocresía: Los hombres no rezan; y hasta entre los que rezan, muchos no rezan como es debido. La Virgen les pide a las videntes rezar mucho por el mundo, enseñar a otros a rezar, y rezar por los que no rezan. La Virgen nos pide poner más celo al rezar.
Devoción a María, concretada particularmente por una recitación regular y sincera del Santo Rosario.
El Rosario de Los Dolores de la Virgen María: La vidente Marie Claire Mukangango dijo haber recibido estas revelaciones. A la Virgen le gusta este Rosario. Conocido en otro tiempo, había caído en el olvido. Nuestra Señora de Kibeho desea que sea devuelto en honor y difundido en la Iglesia. Pero el Rosario de los Dolores no suplanta al Santo Rosario.
La Virgen desea que se le construya una Capilla como recuerdo de Su Aparición en Kibeho. Este tema se remonta a la Aparición del 16 de enero de 1982 a Alphonsine y se repite varias veces en el curso de aquel año, sobre todo en casa de Nathalie con nuevas explicaciones.
Rezar sin descanso por la Iglesia, por las grandes tribulaciones que le esperan en los tiempos que vienen. Así se lo dijo la Virgen a Alphonsine, el 15 agosto de 1983, y luego el 28 de noviembre de 1983.
El 15 de Agosto de 1988, el Obispo de la diócesis de Butare, Monseñor Jean Baptiste Gahamanyi, aprobó la devoción pública, mediante la dedicación del Santuario de Kibeho a “Nuestra Señora de Los Dolores”. Siendo aprobadas definitivamente por la Santa Sede, en Junio del 2001. En la “Declaración vaticana”, acerca del juicio definitivo sobre las Apariciones de Kibeho, dada a conocer el 29 de Junio del 2001, por la Sala de Prensa de la Santa Sede, el Obispo de Gikongoro, Augustin Misago, declara: “¡Sí! La Santísima Virgen María se ha Aparecido en Kibeho, el 28 de noviembre 1981 y en los meses siguientes. Hay más razones para creerlo que para negarlo.”
Desde el inicio de las Apariciones se produjeron conversiones, grupos de oración, casos de curación, peregrinaciones y fenómenos sobrenaturales. En 1982, el Obispo nombró una comisión médica y luego una teológica, reconociendo el carácter sobrenatural y veracidad de los hechos. Y tras un intensivo y profundo estudio, pero… tomándose en consideración sólo las Apariciones públicas, en presencia de testigos; fueron aprobadas definitivamente por el Vaticano, como auténticas, las visiones y los Mensajes de la Santísima Virgen dados a tres de las videntes: Alphonsine Mumureke, de 16 años, Nathalie Mukamazimpaka, de 17 años y Marie Claire Mukangango, de 21 años.
El Santuario de la Virgen de Kibeho, en Ruanda, ya es considerado por muchos como el Lourdes Africano. Sumergido en el corazón de los Grandes Lagos, se ha convertido en los últimos 25 años, en un gran centro de espiritualidad y Devoción Mariana, al que acuden cada vez más peregrinos procedentes, no sólo de Ruanda, sino de toda África y del resto del mundo.
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