10 de noviembre de 2025

Nuestra Señora de Combermere


Del sitio Madonna House Apostolate:

Los visitantes de la Casa de la Virgen pronto descubren una inusual y hermosa estatua de María, Madre de Dios, escondida entre los altos pinos junto a lo que llamamos la Casa Principal. Su título oficial es Nuestra Señora de Combermere, y este lugar ha sido un lugar de peregrinación y oración, de forma silenciosa y oculta, desde 1960.

Tanto Catherine como Eddie Doherty tuvieron un profundo sentido de la presencia de María desde el comienzo mismo de su establecimiento permanente en Combermere en 1947.

Finalmente, a través de algunas circunstancias verdaderamente maravillosas y milagrosas, se estableció contacto con un escultor que pudo crear a la "Virgen en busca", que era exactamente la forma en que Nuestra Señora quería ser retratada bajo su nuevo título.

Se representa a Nuestra Señora de Combermere (también llamada la Virgen Buscadora) corriendo con los brazos extendidos para abrazar a todos sus hijos y ayudarlos en sus necesidades.

El 8 de junio de 1960, día en que la estatua fue bendecida por el Reverendísimo William J. Smith, obispo de Pembroke, fue uno de los días más importantes de nuestra historia. Nuestra Señora de Combermere llegó a ser conocida como la madre de nuestra comunidad, enviada por su Hijo para protegernos y guiar nuestro camino hacia el corazón de su Hijo.

Al aceptar desempeñar su papel único en el plan salvífico del Señor, María es un modelo para nosotros al aprender a escuchar los susurros del Espíritu Santo en nuestros corazones. Por su intercesión recibimos la gracia de convertirnos, como Ella, en un humilde instrumento en las manos de nuestro Dios amoroso. 

Oración

Oh María, 
deseas tanto ver a Jesús amado. 
Ya que me amas, 
este es el favor que te pido:
 que me alcances un gran amor personal por Jesucristo. 
 
Obtén de tu Hijo todo lo que desees; 
ruega, pues, por mí, 
para que nunca pierda la gracia de Dios, 
para que crezca en santidad y perfección día a día, 
y para que cumpla fiel y noblemente 
la gran vocación que tu Divino Hijo me ha encomendado. 
 
Por el dolor que sufriste en el Calvario 
al ver morir a Jesús en la cruz, 
consígueme una muerte feliz, 
para que, amando a Jesús y a ti, 
mi Madre, en la tierra,
 pueda compartir tu alegría al amar 
y bendecir al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo 
por siempre en el Cielo. 
 
Amén.

Nuestra Señora de Combermere, 
ruega por nosotros.


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