Del sitio Muéstrame tu Rostro:
En el mes de febrero del año 2010, Michelino Marcovecchio, un laico de orígenes humildes y profesión de cocinero, comenzó a experimentar visiones interiores del rostro de la Virgen María durante la oración del Rosario, que recitaba diariamente junto a su familia. Estas manifestaciones, percibidas con los ojos cerrados y en un estado de recogimiento espiritual, se repitieron durante varias semanas hasta culminar el 29 de marzo de ese mismo año, cuando afirmó haber presenciado la primera aparición tangible de la Virgen en una iglesia cercana a su domicilio, justo al lado del tabernáculo. Este episodio marcó el inicio de un fenómeno espiritual que, según su testimonio, transformaría radicalmente su vida de fe y su compromiso con la oración y la penitencia.
Las apariciones continuaron en los meses posteriores, acompañadas de mensajes exhortativos atribuidos a la Virgen, que instaban a la oración por la paz y la conversión del corazón. En junio de 2011, Michelino recibió una invitación que, según él, le fue comunicada directamente por la Virgen María: organizar una Vía Crucis en el Monte Sant’Onofrio, una colina situada en las cercanías de Agnone, en la región del Molise. Para su sorpresa, al dirigirse con su familia a ese lugar, descubrieron que en la cima del monte ya existían signos de veneración: una gran cruz, un altar de piedra y una edícula con la imagen de la Virgen, construidos por devotos locales sin relación previa con Michelino. El 8 de agosto de 2011 se realizó por primera vez el ascenso al monte, durante el cual Michelino aseguró ver a la Virgen y también el alma de su difunta suegra, Livia Casciano.
Con el paso del tiempo, el monte se transformó en un lugar de peregrinación espontánea que comenzó a atraer a centenares de fieles provenientes de diversas regiones italianas. A pesar de la creciente afluencia de personas, las autoridades eclesiásticas locales, en particular la diócesis de Trivento, inicialmente recibieron el fenómeno con escepticismo y reservas. Esta actitud prudente se alineaba con las normas canónicas vigentes sobre el discernimiento de fenómenos sobrenaturales, particularmente las directrices publicadas por la Congregación para la Doctrina de la Fe el 29 de mayo de 2012. Ante la magnitud de los hechos y la persistencia del fenómeno, el obispo Claudio Palumbo decidió, en octubre de 2020, la creación de una comisión de expertos en teología, filosofía, Mariología, psicología y derecho canónico para estudiar el caso con rigor y prudencia.
Los mensajes atribuidos a la Virgen María, recogidos a lo largo de varios años a partir del 2010, se caracterizan por un lenguaje maternal, exhortativo y lleno de referencias teológicas centradas en la misericordia divina, la penitencia, la reconciliación, el perdón y la paz. De modo reiterado, la Virgen invita a la humanidad a la oración sincera, especialmente por los gobernantes y los que sufren en el cuerpo y en el alma. Una constante temática aparece en la insistencia en vaciar el corazón del pecado para permitir que el amor de su Hijo pueda habitar en él. Los mensajes, pronunciados frecuentemente en días miércoles o durante celebraciones litúrgicas, incluyen súplicas para perseverar en la fe, buscar la confesión frecuente y acudir con devoción a la Eucaristía.
Asimismo, las palabras atribuidas a la Virgen incluyen llamados a los jóvenes y a las familias para que busquen una vida conforme al Evangelio, alejándose de la superficialidad del modernismo y de los peligros que entrañan las nuevas tecnologías. Un ejemplo concreto de esta preocupación se halla en el mensaje del 24 de junio de 2018, donde se advierte sobre un aumento futuro de enfermedades mentales vinculadas al uso indiscriminado de dispositivos digitales, exhortando a padres y madres a promover una educación más natural, basada en el diálogo y el amor familiar. Los mensajes también recalcan la importancia del Santo Rosario, considerado un arma espiritual poderosa, y subrayan el valor redentor del sufrimiento aceptado con amor.
Por otra parte, ciertos mensajes incluyen visiones simbólicas de realidades escatológicas. En varias ocasiones Michelino afirma haber contemplado almas en riesgo de condenación, para luego asistir —a través de la oración ofrecida— al paso de estas almas a una luz tenue, interpretada como la entrada en el purgatorio. De igual modo, se hace frecuente referencia a la intercesión de la Virgen como mediadora de gracias y guía en el camino hacia la vida eterna. La Virgen aparece orante, serena o llorando, mostrando compasión por el estado espiritual de la humanidad. Su tono es firme pero afectuoso, exhortando a la conversión y al compromiso personal con la fe, al tiempo que se denuncia la acción divisoria del mal y la incredulidad de algunos pastores.
Uno de los aspectos que ha llamado especialmente la atención tanto de los fieles como de los estudiosos del fenómeno es la designación del Monte Sant’Onofrio como “Monte Santo”, título que se repite en numerosos mensajes. Este lugar, según la voz que se atribuye a la Virgen, ha sido elegido por voluntad de Dios Padre como un punto de encuentro entre el cielo y la tierra, dotado de significados espirituales particulares. En este contexto se inscribe también la mención a una “agua viva” surgida en la cima del monte, bendecida por el Espíritu Santo y recomendada para la curación de enfermedades, con especial referencia a los trastornos mentales. El uso de esta agua, no exento de indicaciones precisas sobre el número de gotas y la disposición espiritual requerida, ha intensificado la percepción del monte como lugar de gracia.
Otro signo significativo fue la colocación del primer ladrillo de la llamada “Casa de oración por el sufrimiento de las almas del purgatorio”, construida junto a la capilla ya existente en la cima del monte. Este hecho, acompañado de una visión de la Virgen en actitud orante y del canto de los ángeles, fue interpretado por los fieles como una confirmación celestial de la obra emprendida. El sitio web madonnadelmontesantonofrio.com recoge numerosos testimonios de oración, peregrinación y transformación espiritual vividos por quienes acuden al lugar, así como el desarrollo de una devoción creciente bajo el título “Virgen de la Cruz del Monte Sant’Onofrio”.
Finalmente, cabe destacar que esta experiencia ha sido acompañada por una progresiva apertura eclesial, que sin emitir un juicio definitivo, ha optado por la vía del discernimiento mediante una comisión especializada. Este enfoque, en fidelidad a las normas de la Iglesia, pretende verificar la autenticidad espiritual del fenómeno, discernir su origen y salvaguardar la fe de los fieles. En tanto el juicio canónico permanece abierto, el testimonio de Michelino Marcovecchio, caracterizado por su sencillez y perseverancia en la oración, continúa suscitando interés, oración y debate, en un marco en el que se entrecruzan la religiosidad popular, la teología mística y la prudencia pastoral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario