La isla de Tenerife es la mayor del archipiélago canario. Aquí, el pueblo de Garachico, situado cerca del Puerto de Santa Cruz, destaca por su belleza natural. La población del pueblo sobrevive de la pesca y el comercio de marisco.
En una ocasión, los pescadores de Garachico encontraron una imagen de Nuestra Señora en la playa. Devotos, la llevaron en procesión a la iglesia de Santa Ana.
A partir de entonces, los portugueses buscaron la protección de la Virgen de Garachico para iniciar sus aventuras marítimas. Y a través de Nuestra Señora, iniciaron el descubrimiento de nuevas tierras.
Más tarde, la misma imagen de Nuestra Señora de Garachico, encontrada por los pescadores, fue llevada en uno de los viajes portugueses. Cuando los marineros llegaron a la isla de Fogo, la imagen desapareció milagrosamente. En el barco se declaró un gran incendio que lo consumió todo. Los marineros regresaron entonces a Tenerife y, para su sorpresa, la imagen que había desaparecido en el barco incendiado estaba siendo venerada en el Convento de San Francisco.
Oh Virgen de Guarachico,
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