10 de enero de 2024

Nuestra Señora de Kebelska

Del sitio Religión en Libertad:

En Wawolnica, Polonia, miles de peregrinos acuden cada año al santuario de la Virgen Kebelska, de Keblo, o Keble. Se trata de una talla del s.XIII a la que se atribuyen milagros, favores y sanaciones. En el Santuario de Wawolnica toman nota de esas curaciones y favores, incluyendo las recientes, del siglo XXI, bajo la mirada asombrada de los médicos.

Wawolnica es un asentamiento fundado en el s.XI. La Virgen llegó más tarde y de otro lugar.

La historia tradicional explica que la imagen "apareció" en los bosques de Keblo, no muy lejos. Los tártaros que invadían y saqueaban Polonia en 1278 pusieron la imagen sobre una roca, para burlarse de ella delante de una multitud de prisioneros cristianos. Pero tuvo lugar una gran batalla en la que los cristianos derrotaron a los tártaros. Aquel grupo, presa del pánico, trataba de recoger botín y esclavos para huir a toda prisa.

Entonces, dicen las crónicas, "sobre la Santa Madre de Dios apareció un resplandor y ella comenzó a elevarse unos cientos de pasos y se paró sobre un tilo. Los tártaros aterrorizados escaparon dejando botín y prisioneros. Tras su fuga, la estatua de la Santísima Madre de Dios se colocó sobre una piedra".

Los prisioneros contaron el milagro, y se construyó allí una iglesia, que atrajo peregrinos. Años después, la imagen se trasladó a la cercana iglesia de San Adalberto en Wawolnica. El lugar actual en el que está es el mismo donde se colocó en el año 1700.

Los expertos en arte detallan que la imagen está hecha con madera de tilo, tiene 85 cm de alto y fue tallada en algún taller de Silesia o Pomerania, dentro de la tradición llamada de "Bellas Vírgenes" que imitan a la Bella Virgen de Vimperk.

Aunque siempre tuvo fama de milagrosa intercesora, se avivó en el siglo XIX, cuando el fundador de la actual capilla, Franciszek Klempiński, recuperó la vista en 1840. También Clemente Figiel, un carpintero de Klementowice, afectado por la parálisis, se arrastró hasta la imagen orando, recuperó la movilidad.

La principal peregrinación en Wawolnica tiene lugar en septiembre, cuando llegan miles de peregrinos. Cuando alguno recibe curaciones, suele dar testimonio de ello y se anota en el libro del santuario. El diario Gosc de Lublin cuenta algunos casos recientes.

El señor Jerzy, un funcionario bien conocido, y su esposa, llegaron a Wawolnica porque les llevó su párroco, el padre Stanislaw Sapilewski. Participaron en la misa ante la imagen milagrosa y volvieron a su casa. En los días siguientes el paciente mejoró completamente para asombro de los médicos, sin medicina alguna. En 2002 el párroco lo explicaba en Wawolnica y lo apuntaba en su libro de favores.

Justyna Korczyńska vive en Lublin. El 26 de julio de 2008 agonizaba en el hospital, por leucemia mieloide aguda (99% de células cancerosas). Sin tratamiento posible ya, sus parientes acudieron a Wawolnica a orar ante la Virgen. Justyna ni siquiera lo sabía. Ese sábado, a 20.30, sintió que le abandonaba la debilidad, se sentó, se levantó sin problemas, cenó, fue sola al baño… Era la misma tarde que sus parientes rezaban por ella en misa ante la Virgen. Los médicos ya no encontraron células cancerosas en su cuerpo.

En 1996, el padre Stanislaw Kultys, sacerdote de la archidiócesis de Lublin, sufría de esclerosis múltiple desde hacía 40 años. Ya no podía levantarse solo de la cama. Pidió ser llevado ante la Virgen en Wawolnica. Allí apenas podía sentarse, pero rezó ante la Virgen y volvió a casa. Cuando despertó al día siguiente, sintió que podía volver a controlar sus manos, y constató, lleno de alegría, que podía sentarse solo, y que incluso podía caminar solo por la habitación. Su médico de muchos años quedó absolutamente asombrado. Otro médico que le examinó en Varsovia se negó a aceptar que el paciente jamás hubiera tenido esclerosis múltiple.

El 16 de marzo de 2000, el padre Jan Peziol, cuidador entonces del santuario de Wawolnica, ofreció misa por una señora de Canadá llamada Susan, por petición de un amigo suyo, Boleslaw Lipczewski, cura polaco en Detroit. La mujer no podía tener hijos, según habían decretado sus médicos. Un año después de esa misa la mujer ya tenía su bebé.

Otro caso de infertilidad que se curó fue el de Beata y Piotr, un matrimonio de médicos que llevaban 20 años casados sin tener hijos. En otoño de 2002 acudieron a misa a Wawolnica, rezaron a la Virgen y antes de un año tenían hijos gemelos.

Recientemente, el P. Jerzy, párroco de Wawolnica, constató más casos de familias que podían tener hijos pese a que sus médicos habían descartado que pudieran.

En Wolica vivía Jakub Skowronek, que era un niño de cinco años cuando el 6 de mayo de 2000 fue atropellado por un coche. Lo llevaron a la clínica de la calle Chodźki en Lublin, donde quedó inmóvil. El 13 de mayo, los médicos dijeron a los padres que el niño pronto moriría, que el cerebro del niño estaba solo parcialmente activo. Los padres acudieron llorando a Wawolnica y participaron en la misa ante la estatua milagrosa ese mismo 13 de mayo a las 8 de la tarde. Volvieron a casa a las nueve, llamaron a la clínica y el médico le dijo que el niño acababa de abrir los ojos y estaba completamente consciente. Le dieron de alta sin restos de lesiones de ningún tipo.

La señora Ewa, que vive en Varsovia, sufría cáncer de ovario con metástasis en el hígado, dos tumores de 4 centímetros de diámetro. Le operaron los ovarios y se comprobó que era un tumor maligno. Los médicos no le dieron esperanzas de recuperación. En Wawolnica se confesó y al comulgar oró con fervor por su recuperación. En su chequeo mensual, en septiembre de 2006, tras un minucioso examen y una tomografía, resultó que los tumores metastásicos habían desaparecido, ella estaba completamente sana y no había células cancerosas en su cuerpo.

Son estos algunos de los favores que la gente ha declarado en el santuario en las dos últimas décadas. La última gracia registrada en el libro oficial es del 30 de agosto de 2023. La Virgen atrae así a miles de peregrinos año tras año.

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