En una capilla lateral de la iglesia St Jean du Grund, Rue Münster, 2160 Luxemburgo. Grund forma parte de la ciudad de Luxemburgo. La fecha de la imagen es de alrededor de 1360, de madera de nogal pintada y de 120 cm.
Como la mayoría de las Madonnas Negras, ésta también se considera una "imagen de la gracia" que obra milagros. La mayoría está de acuerdo en que debió de ser esculpida hacia 1360 por un miembro de la escuela de escultura de Colonia. Sin embargo, no existen documentos que lo demuestren, por lo que alguna crónica medieval afirma que fue traída a Luxemburgo desde Oriente Próximo durante las cruzadas, razón por la que supuestamente también se la conocía como la Madre de Dios egipcia.
Sus títulos han cambiado varias veces a lo largo de los siglos. Primero se la llamó simplemente Madre de Dios y Estrella de los Cielos. Tras la Guerra de los Treinta Años, se la invocó como Reina de la Paz. Después de que la pátina y el hollín de las velas ennegrecieran aún más la ya oscura madera y la peste se cebara con ella, fue venerada como Madre de Dios de la Emergencia Negra (schwarze Notmuttergottes), encargada de proteger a sus hijos de la peste negra. Como los fieles aprecian su oscuridad, su piel fue pintada de negro en renovaciones posteriores.
Esta Madre de Socorro solía alojarse en un monasterio franciscano cercano, pero con la Revolución Francesa la comunidad fue proscrita y sus edificios acabaron destruidos. Lo que queda de ellos es un lugar abierto en el centro, apodado el "Knuedler", por el nudo del cinturón de los franciscanos.
Durante un tiempo, la Virgen Negra estuvo oculta de los revolucionarios en el convento de Marienthal, un rico e influyente convento de monjas durante la Edad Media, donde se había educado la más alta aristocracia. En 1805, la imagen de la gracia pudo salir de nuevo a la luz y fue alojada en la iglesia parroquial de Saint-Jean-du-Grund. Desde entonces se la venera especialmente durante la Cuaresma. Con peregrinaciones cada viernes de Cuaresma, los fieles conmemoran los dolores de María y le piden consuelo para sus propias penas.
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