Nuestra Señora de los Inútiles

Del sitio Ristretti Orizzonti:

Eran los años de los treinta y dos niños fueron encontrados en cubos de basura, eran los años de Italia desperdiciando la vida. Aldo Bertelle encargó al escultor paduano Giancarlo Frison que hiciera una Virgen con basura.

"Pensé en quién iría a rezarle: los voluntarios de Villa San Francesco, gente sencilla", explica Frison, "así que excluí el lenguaje de la mera recombinación de objetos encontrados". 

Cerca de un vertedero de restos de coches, el artista encuentra la raíz de un árbol arrancada por una tormenta, recoge la suela de una bota, trozos de cadena, las anillas utilizadas para mantener a las vacas en el establo, un pequeño perro de plástico, una astilla de un árbol, alguna chatarra de fundición... "Estaba entonces, y sigo estando ahora, en busca de una comunicación amable, del lenguaje de la dulzura que el hombre lleva dentro y expresa, incluso en fases históricas terribles, en la cultura y en la vida." 

"Busco un sentido posible del humanismo, en una época en que el arte no representa la figura humana si no es lacerada, violada o deformada. Cuando la violencia y la brutalidad, quizá incluso como denuncia, se convierten en tendencia cultural", afirma Frison, "el círculo se cierra y ya no hay luz".

El artista incorpora todos estos objetos "inútiles" al modelo de plastilina y éstos entran en el casting: de él sale una figura materna que se da cuenta de que hay un niño tirado en la basura y se agacha para cuidarlo.

Aldo siempre comienza la visita al Museo de los Sueños reuniendo a los visitantes en torno a la Virgen de los Inútiles: "¿De quién eres?" es la pregunta que les hace. Una pista: la respuesta correcta no es "de Dios", ni "de mis padres", sino "de mí mismo".