Del sitio Basílica Santuario Madonna della Corona:
Este lugar es ideal para aquellos que quieren combinar momentos de oración y la paz interior a las oportunidades para relajarse y disfrutar del silencio de los espectáculos que la naturaleza puede ofrecer en este precioso lugar.
El santuario se encuentra en Spiazzi en uno de los lugares más pintorescos del norte de Italia. Se levanta aferrándose en la roca de las montañas que la rodean, a 774 metros sobre el nivel del mar, con vistas al valle del Adige.
El Santuario de la Corona es un lugar de silencio y meditación, suspendido entre cielo y tierra, ocultado en el corazón de las rocas del Baldo.
Documentos medievales demuestran que ya alrededor del año Mil, en el área del Baldo vivían algunos eremitas relacionados con la Abadía de San Zeno en Verona, y que por lo menos desde la segunda mitad del 1200 existía un monasterio y una capilla dedicada a S. María de Montebaldo, a los cuales se podía acceder a través de un estrecho y peligroso sendero en medio de la roca.
Una pía tradición colocaba el nacimiento del Santuario de la Virgen de la Corona en 1522, año en el que la escultura que allí se veneraba se hubiese milagrosamente trasladado por intervención angélica, de la isla de Rodi que había sido invadida por la armada musulmana de Solimano II, pero la datación se desmiente por la existencia, en los escondites del Santuario actual, de la pintura de una Virgen con el niño, de factura del siglo XIV, que ha constituido la primera imagen venerada en la iglesia originaria, de la cual ha tomado el nombre.
Entre 1434 y 1437 S. Maria de Montebaldo, pasó a la propiedad de los Caballeros de San Juan, o del Santo Sepulcro, existentes en Verona desde 1362 como Encomienda de San Vitale y Sepulcro, que conservaron la propiedad del Santuario hasta su disolución en 1806, por disposición napoleónica. A este periodo parece remontar el grupo de la Piedad en piedra, luego venerada como Virgen de la Corona. De 70 centímetros de alto, 56 de ancho y 25 de profundidad, la estatua es de piedra local pintada. La misma se apoya sobre un pedestal donde aparece el escrito “HOC OPUS FECIT FIERI LODOVICUS D CASTROBARCO D 1432”, tradicionalmente considerado como prueba que la estatua se hizo construir y donar a la Corona en 1432, por Lodovico Castelbarco, procedente de una noble familia de Rovereto.
En los cuatro siglos de gestión, la Encomienda transformó radicalmente la Virgen de la Corona, convirtiéndola en un auténtico Santuario amplio y accesible, gracias a la colocación del puente de madera de acceso aguas abajo (1458), y a la construcción de una nueva iglesia, arriba de la preexistente, de alrededor de 18 metros por 7 (1490- 1521).
Durante los Quinientos se realizaron dos escaleras de acceso que aún hoy se pueden observar: la más amplia (de 556 escalones) que desde la fuente de Spiazzi, luego denominada “Fuente de la Independencia”, bajaba al puente del tilo, y la más angosta (de 234 escalones), obtenida en la roca a lo largo del originario y muy angosto recorrido que conducía del puente a la iglesia.
En 1625 comenzó la construcción de una nueva y mas amplia iglesia, 4 metros más arriba de la precedente, que permaneció incorporada bajo el nuevo presbiterio. Los trabajos se prolongaron por algunos decenios, llegando al techo en 1664 y terminándose definitivamente en 1685. Mientras fueron arregladas nuevamente las vías de acceso y, gracias a la contribución del comendador Tancredo, en una cavidad del monte se construyó un hospicio a causa de las necesidades de alojamiento de los peregrinos que cada vez eran más numerosos.
La disposición total de la entera área del Santuario se encuentra documentada en dos valiosos inventarios, de 1724 y 1744, y es perfectamente visible en una bellísima incisión efectuada en 1750 por Giovanni Antonio Urbani, por encargo del rector don Giancarlo Balbi.
A finales del siglo XIX y en base a proyectos del arquitecto Giuseppe Magagnotti de Verona y del ingeniero Emilio Paor de Trento, la iglesia fue ampliada y dotada de una nueva fachada en estilo gótico, adornada de mármoles; la conclusión de los trabajos fue solemnizada el 17 de septiembre de 1899 con la ceremonia de coronación de la estatua de la Adolorada.
En los años sucesivos tanto la fachada como la iglesia fueron enriquecidas con estatuas del escultor Ugo Zannoni; en 1921-1922 se construyó el campanario con aguja demochante y en 1922, en ocasión del cuarto centenario de la aparición de la estatua de la Dolorosa, fue mejorada la calle y abierta la galería de acceso al Santuario, en base a diseño del ingeniero Federici, facilitándoles el camino a los peregrinos. Después de último conflicto mundial, desde 1946 hasta 1949, en base a proyecto del ara. Banterle el rector don Sandrini en la parte del presbiterio hizo efectuar una ampliación de la iglesia.
En 1974 se encomendó al arquitecto Guido Tisado el encargo de extender un proyecto para una intervención global que previese la demolición de la iglesia existente, la conservación de las partes consideradas validas y significativa y la construcción de una estructura mas amplia. La demolición y reconstrucción del Santuario se efectuaron desde 1975 hasta 1978 y el 4 de junio de 1978 el Obispo Giuseppe Carraro pudo proceder a la consagración tanto del nuevo Santuario como del altar. En 1982 se le atribuyó al Santuario mismo el título de “basílica menor”. El 17 de abril de 1988 el Papa Juan Pablo II visita el Santuario y reza ante la Virgen de la Corona.
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