26 de abril de 2022

Nuestra Señora del Buen Parto (Valencia, España)

 Del sitio Valencia Bonita:

 En la Catedral de Valencia, en un altar que hay en la girola, se venera a una imagen mariana para una curiosa petición. En la actualidad, y desde hace bastantes años, son muchas las futuras madres que cumplen con esta antigua tradición de dar nueve vueltas por el interior de la Catedral, durante el embarazo, mientras se encomiendan a la Virgen para tener un buen parto. A ella acuden tanto creyentes practicantes, no practicantes o, incluso, agnósticas o laicas, siguiendo así una tradición popular valenciana muy curiosa, en muchos casos familiar, que indistintamente se ha seguido sin importar la fe que se profese.

A los visitantes de la Catedral les resultará curioso encontrarse con mujeres embarazadas dando vueltas por el interior del recinto en sus últimas semanas de embarazo, donde, a la vez que caminan, se les puede ver hablando ellas solas, aunque, en realidad, están hablando con Dios para pedir un buen parto.

Esta tradición, que se inicia en el pasado siglo XX cuando un piadoso médico valenciano propició la costumbre de dar nueve vueltas a la Catedral, una por cada mes de gestación, se vincula al buen parto y al inicio de la maternidad con una imagen que se sitúa en el interior de la Catedral: Ntra. Sra. Del Buen Parto, y anteriormente, como la Virgen del Coro o “de la Cadira”, ésta última por el trono.

La imagen mariana, del siglo XV y de estilo gótico tardío, se encuentra en la girola de la Seo (en el ábside del templo) desde 1940-1942, justo después de la finalización de la Guerra Civil Española, ya que, tras ésta, el coro fue trasladado al ábside.

 La Virgen del Coro se le atribuye al orfebre José Castellnou, autor de desaparecida custodia gótica de la Catedral de Valencia fundida en Mallorca en 1812 para sufragar la guerra contra Napoleón. Está realizada en piedra alabastrina policromada, el mismo material o “piedra de luz” de los ventanales góticos, en el año 1465 (S. XV). Se sabe dicha fecha por la documentación que se encuentra en el Archivo Catedralicio, el cual confirma que en el año 1465 se efectuaron ciertos pagos, tanto a los “piquapedrers” que elaboraron el trono, en origen también realizado en alabastro, como a Castellnou por la imagen mariana y su corona original.

Entre los «piquapedrers» pueden citarse a Francesc Ferrer, Andreu de León o Joan de Cabeço, y otros siete canteros y manobres, los salarios de los cuales se anotan en el “Quern de la despesa de la cadira de la Verge Maria damunt lo portal del Cor, d´alabaust”. A Joan de Castellnou se le pagaron 70 florines de Aragón tal y como se puede ver en la lectura del cuaderno, todo firmado ante el notario Joan Esteve el día 6 de septiembre de 1465, una vez ya acabada.

Los trabajos de la realización de la imagen mariana, su corona original y el trono, se llevaron a cabo entre el 16 de mayo y el 14 de agosto de 1465, siendo colocada, finalmente y al parecer, unos días antes donde se le darían las ultimaciones (el 10 de agosto) según “Dietari del Capella” donde se observa “fonc mesa la Verge Maria sobre lo portal del Cor”.

Cabe decir que, la actual corona y aureola del Niño Jesús nada tienen que ver con la de origen. La primera corona de la Virgen, de material cobre sobredorado con perlas y otras incrustaciones de plata, al igual que los raigs del Iesus, era del mismo Joan de Castellnou, siendo sustituida en 1631 por la costeada por Francisca Fababuix.

En un principio la imagen fue colocada sobre la puerta de la entrada al coro, por la parte posterior del mismo (Trascoro), tanto el cuatrocentista en la capilla del Santo Cáliz, como el que vino a sustituirlo tras el acuerdo del Capítulo de 17 de julio de 1777, teniendo, a ambos lados, ángeles en adoración. Fue debida a la situación en este lugar el motivo por el que se la conoció como Virgen del Coro. Según José Sanchis Sivera, durante las obras en el Trascoro, se procedió a la sustitución del trono pétreo por otro de madera, decorado en oro, y la talla de dos ángeles mancebos arrodillados que flanqueaban a la Virgen, siendo ubicada nuevamente en su lugar el 13 de marzo de 1779, donde también se insertaron durante ésta época de renovación neoclásica los paneles florentinos en la estructura de mármol y jaspes.

El lugar concreto de la Virgen en la actualidad lo situamos detrás del Altar Mayor de la Catedral, enfrente de la capilla donde se conserva el brazo izquierdo de San Vicente Mártir y sobre un pedestal de mármol, adosada al muro que divide la capilla del Cristo del Perdón (o de la Buena Muerte) y la de San Jaime. Junto a esta imagen tan venerada por embarazadas, veremos en ella si nos acercamos, seguramente, ramos de flores y ofrendas de madres y padres agradecidos (un servidor pudo ver, incluso, a una mujer de rodillas dando las gracias a la virgen en señal de agradecimiento). 

En la sacristía, la tienda y el acceso al Miguelete se puede pedir la estampa con la oración para estos casos, además de que os informaran de cómo tenéis que realizar el recorrido y los pasos a seguir, donde os darán el kit completo (estampita, vela, plano del recorrido y explicación para realizar la oración correctamente).

La tradición cristiana dice que se debe rezar en cada vuelta (las 9) un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria, y frente a la figura de la Virgen, al empezar y terminar cada vuelta, la oración a Nuestra Señora del Buen Parto:

Dios y Padre nuestro:
que preparaste a la bienaventurada Virgen María
para que fuese digna morada de tu Hijo,
concebido por obra del Espíritu Santo.
 
Por el parto virginal de María,
convertiste en gozo los dolores de las mujeres que creen en ti,
por el nacimiento de nuestro Redentor,
entregaste a la Humanidad los bienes de la salvación.
 
Mira con bondad a esta hija tuya,
a quien has otorgado también el don de la maternidad;
y, por intersección de la Madre de tu Hijo,
concédele desarrollar, con salud,
el fruto que le diste concebir,
llegar a un feliz alumbramiento
y emplear la vida entera en tu santo servicio,
el Reino de los cielos.
 
Por Jesucristo nuestro Señor. 
Amén.

A pesar de lo mencionado, también se dice que la única oración imprescindible es la del Buen Parto, al menos una vez, al encontrarla en la primera vuelta, tras la cual se encenderá una vela y se continuará el recorrido hasta completar las nueve, pudiendo sumar también la tradición de ir a tomarse una taza de chocolate caliente al terminar el recorrido con las personas que te han acompañado, tal y como atestiguan aquellas personas que han seguido esta tradición popular valenciana.

  Fuente de la imagen: © Valenciabonita.es

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