16 de marzo de 2022

Nuestra Señora de Araceli I

 Del sitio Real Cofradía de María Santísima de Araceli: 

Situada en la cumbre más alta del Monte Capitolino de Roma, se alza la Basílica de “Santa María in Aracoeli”. Originalmente, esta iglesia recibió el nombre de “Santa Maria in Capitolo”, por el lugar en que se encontraba; habiendo sido rebautizada el siglo XIV.

Según una leyenda medieval, el emperador Augusto, turbado por la decisión del Senado de tributarle honores divinos, pidió consejo a la Sibila Tiburtina, la cual, vaticinó que desde el cielo descendería “el Rey de los siglos”. Atento a la profecía, Augusto observó un torrente de luz deslumbrante, la Virgen con el niño Jesús en sus brazos descendió mientras una voz misteriosa proclamaba “este es el altar del Hijo de Dios”. Fue entonces cuando mandó construir en el Capitolio un altar -aracoeli- al “Hijo del Dios del Cielo”. El nacimiento de este niño tuvo lugar cuando todavía él era Emperador.

Según cuenta la tradición, estando en labores diplomáticas en Roma don Luis Fernández de Córdova y Pacheco, alcaide de los Donceles, marqués de Comares y señor de Lucena, a principios de 1562, quedó embelesado por la belleza del icono venerado en la basílica de Santa María “in Ara Coeli”, la “Madonna di Aracoeli, Copatrona de la ciudad de Roma. Tanto fue así que decidió encargar una imagen de la Virgen María bajo la advocación de Araceli, que significa Altar del Cielo. El fervoroso aracelitano y erudito lucentino Dr. D. Francisco Antonio Tenllado dejó un verdadero arsenal de datos sobre Nuestra Señora, y en él encontramos un curioso itinerario descriptivo del que recorrió la sagrada Imagen, desde el puerto de Alicante, hasta la Sierra de Aras

• Domingo 12 de Abril de 1562: desembarcó en el puerto de Alicante el Marqués de Comares trayendo de Roma el rico tesoro de la hermosísima Imagen de la Santísima Virgen de Araceli.

• Lunes 13: parece que se emplearía en preparar las caballerías y todo lo demás necesario para el viaje.

• Martes 14: salió el Sr. Marqués con su comitiva compuesta de Juan Onieva, los criados y soldados de su escolta y anduvieron de Alicante a Elche, 4 leguas; de Elche a Albatera, 2 leguas.

• Miércoles 15: de Albatera a Callosa, 2 Leguas; de Callosa a Oríhuela, 1; de Orihuela a Santomera, 1.

• Jueves 16: de Santomera a Murcia, 3; de Murcia a Lebrillo, 1; de Lebrillo a Totana, 3.

• Viernes 17: de Totana a Lorca, 4; de Lorca a Lumbreras, 4.

• Sábado 18: de Lumbreras a Vélez Rubio, 3; de Vélez Rubio a Chirivel, 3

• Domingo 19: No caminaron.

• Lunes 20: de Chirivel a Cullar-Baza 3; de Cullar-Baza a Baza, 4.

• Martes 21: de Baza a Venta del Baúl, 3; de Venta del Baúl a Guadix, 4.

• Miércoles 22: de Guadix a Purullena, 1; de Purullena a Diezma, 2; de Diezma a Molinillo, 1’5.

• Jueves 23: de Molinillo a Huétor, 3; de Huétor a Granada, 1’5; de Granada a Santa Fe, 2.

• Viernes 24: de Santa Fe a Lachar, 2; de Lachar a Loja, 4.

• Sábado 25: De Loja, a Iznájar, 3; de Iznájar a Rute, 2; de Rute a la encrucijada del camino de Lucena, donde hoy está la Cruz de Araceli, 1’5. 
 
Narran los historiadores que en el viaje de vuelta, aproximándose el cortejo del Marqués a Lucena por el viejo camino de Granada, al llegar al lugar donde hoy se halla la Primera Cruz, se desencadenó una terrible tormenta que dispersó a la comitiva, perdiéndose en la espesura de la Sierra que ya entonces se llamaba de Aras. Al día siguiente fue hallado el animal que portaba la imagen de Nuestra Señora, echado en la cumbre serrana, en el lugar donde hoy se encuentran las tres cruces, culminación de la vía sacra que se inicia en la Primera Cruz.

Todos creyeron que era indicio de que la Santísima Virgen quería que en aquel sitio se edificara un templo; así que, allí mismo se procedió a abrir la caja, apareciendo, radiante de hermosura, la que vienen venerando las generaciones de cuatro siglos y medio. De momento se improvisó una especie de tienda de campaña y quedaron dándole guardia a la sagrada Imagen los soldados que habían acompañado al Marqués y los caseros de Campo de 
Aras que acudieron, y mientras tanto se pasaba aviso a Lucena.
 
Un acta municipal de fecha 27 de abril de 1562, en la que consta el acuerdo de que se prepararan las “caxas de atambores” para «salir a recibir la Imagen de Nuestra Señora de Araceli», es el primer vestigio documental de la presencia de la Virgen de Araceli en nuestra ciudad. 
 
Así, que en la tarde de este día 27 de Abril de 1562 entraba en Lucena la Santísima Virgen de Araceli en solemne Procesión, presidida por el Sr. Marqués de Comares don Luis Fernández de Córdoba, el Ayuntamiento y acompañada de todo el pueblo que en aquel mismo día la proclamó por su Patrona y Protectora. 
 
La comitiva debió entrar por la calle Rute ya que en ella desembocaba el antiguo camino de Rute y, sea por lo avanzado de la hora o por otra circunstancia, se depositó la sagrada imagen en la Iglesia de Santiago que era la más próxima, permaneciendo allí hasta tres meses después, una vez terminada de construir la primitiva ermita en la cumbre serrana. Al siguiente año se constituyó la Cofradía, celebrando en el Santuario la fiesta de Nuestra Señora, siempre el primer domingo de mayo de cada año, fiesta que ha permanecido desde entonces.

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