11 de diciembre de 2021

Nuestra Señora de Aradín

 Del sitio Catholic Net:

El 12 de junio de 2018 se inauguró en Nueva York el primer santuario dedicado a los “cristianos perseguidos”, precisamente en un momento de la historia en la que millones de cristianos han tenido que abandonar sus hogares, han muerto, o son discriminados por su religión. 

Este pequeño santuario, situado en la parroquia de San Miguel de la ciudad que sufrió los atentados del 11-S, está presidido por un icono de Nuestra Señora de Aradin, definida por el cardenal Dolan, arzobispo de Nueva York, como “Madre de la Iglesia Perseguida”, icono que ya se venera y ante el cual miles de cristianos ya han rezado por sus hermanos en la fe. 

El icono mariano representa a la Virgen María sosteniendo al Niño Jesús vestidos ambos con atuendos tradicionales utilizados en las bodas en Irak. Y para el cardenal estadounidense esta imagen de María es “actual y relevante”. 

Precisamente, la imagen de Nuestra Señora de Aradin que preside el santuario fue encargado a un artista que se siente muy identificado con el sentido del santuario. Se trata de Mouthana Butres, un católico siriaco natural de Qaraqosh, en Irak, que tuvo que huir con lo puesto por la llegada de Estado Islámico.

Ahora el vive exiliado en el Líbano con la esperanza de volver algún día a su casa. “La inspiración que tenía cuando estaba trabajando en Nuestra Señor de Aradin era que la Virgen María estaba protegiendo a los cristianos”, cuenta Butres en Catholic News Service

El artista católico iraquí afirma que decidió presentar a la Virgen con traje de novia tradicional del área de Aradin, en el norte del país, “para representar que la Virgen María siempre será parte de los cristianos de Irak y que ella es la protectora de los cristianos del país y de todo Oriente Medio”. 

Como cristiano perseguido, Butres ha realizado este icono como una misión, no como un encargo más. Él considera que sus iconos, como este de la Virgen, pueden ser un instrumento de oración y de intercesión. Este iraquí está convencido de que las oraciones de las personas que acuden a este santuario en Nueva York y rezan ante el icono de Nuestra Señora de Aradin se unen a las de los cristianos perseguidos. “Me baso en lo que Jesús dijo sobre que donde dos o más se reúnen en mi nombre ahí estará Él”, agrega. 

En sus iconos, Butres a menudo incorpora textos escritos a mano relacionados con la imagen. Lo hace con el objetivo de contribuir a preservar el idioma, el patrimonio y la espiritualidad siriaca. En el caso de este icono mariano, el artista ha incorporado el Ave María en siriaco. 

Este católico iraquí nunca olvidará el verano de 2014 cuando los terroristas de Estado Islámico invadieron Qaraqosh. Solamente pudo rescatar un volumen de los miles de la colección de manuscritos de su padre.

El libro, escrito a mano hace 600 años, contiene himnos siriacos y ahora inspira gran parte de la obra de Butres como pintor de iconos. Mientras trabaja, este iraquí canta los himnos que contiene este único ejemplar que pudo salvar. 

Se siente orgulloso de su pueblo y de su fe. Cuando los miembros de Estado Islámico les dieron un ultimátum, los cristianos de Irak renunciaron a sus tierras pero no a su fe. “La sangre de las personas que fueron perseguidas es un mensaje más fuerte que cualquier cosa que se pueda transmitir”, afirma. 

La introducción de Butres en la iconografía comenzó cuando tenía tan sólo 12 años. Un diacono de la iglesia en Qaraqosh le enseñó el arte antiguo así como fórmulas para producir colores y barnices con productos naturales. Así, por ejemplo, usaba huevos y vino para conseguir tonos de rojo, o cera de abejas para barnizar. 

Presume orgulloso como la oración y la formación religiosa eran parte importante de su familia, siriaca católica y muy numerosa. “Vivíamos muy cerca de la iglesia, todos los días al anochecer íbamos a rezar, y el que no participara no cenaba”. 

Este amor a la Iglesia ha propiciado también vocaciones en su familia. Una de sus hermanas en monja dominica y uno de sus hermanos varones es sacerdote que sirve actualmente en la diócesis siriaca en Estados Unidos. 

Su casa fue totalmente destruida por Estado Islámico. Y actualmente está reconstruyéndose. Y para presidir esta nueva casa, Butres pintó el icono de Nuestra Señora de Qaraqosh, para que la Virgen sea “protectora” de su familia.

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