10 de octubre de 2021

Nuestra Señora Reina de Baltimore:


Del sitio Where are Walked

La chispa de un cigarro en una tienda de productos secos provocó el incendio de Baltimore de 1904, que destruyó más de mil edificios en sus 30 horas de desenfreno. 

Al principio, los bomberos se dieron cuenta de que no podían detener la conflagración con los medios habituales, así que probaron a dinamitar los edificios a su paso. 

Mientras las llamas se dirigían a otra tienda de productos secos, el propietario Thomas O'Neill se negó a que volaran su local. Se cuenta que acudió a un convento carmelita en busca de ayuda divina y, después de que las monjas rezaran, el viento cambió de dirección justo cuando las llamas lamían la pared sur de su tienda. Su negocio se salvó. Mientras tanto, la dinamita no hizo más que empeorar la situación, haciendo arder más edificios mientras el fuego seguía. 

Cuando O'Neill murió como un hombre rico en 1919, dejó la mayor parte de su fortuna a la Diócesis Católica de Baltimore para la construcción de una nueva catedral. Sin embargo, la cimentación no se realizó hasta el 10 de octubre de 1954, un día antes de que el Papa Pío XII instituyera la nueva fiesta de la Santísima Virgen María, Reina. 

Ese día, el 31 de mayo de 1955, el arzobispo Francis Keough presidió la colocación de la primera piedra de la catedral. La nueva Catedral de María Nuestra Reina fue finalmente dedicada en 1959.

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