La primera representación de esta advocación, surge a partir de una visión que tuvo en 1937 el Padre Reginaldo Farías, – Conocido con el nombre scout “Rey del Bosque” -, Capellán del Grupo Scout “Cadetes de San Martín” de la Provincia de Mendoza, Argentina.
El cuadro original fue pintado al óleo en agosto de 1943 por la Hermana Margarita Toro Aguirre, maestra mendocina de arte clásico perteneciente a la congregación “Compañía de María”.
En la década del 50 muchos grupos scouts católicos difundieron esta imagen y se la entregaban como obsequio a los jóvenes que formulaban su Promesa Scout.
En 1980 la Revista Siempre Listo, órgano oficial de difusión de la Unión Scouts Católicos Argentinos, reprodujo un póster con la imagen central del cuadro, allí aparece el scout apoyado en el árbol mirando la imagen de María y el Niño rodeada de scouts, en ese mismo año los scouts católicos de Argentina se consagraron a Nuestra Señora de los Scouts.
Durante mucho tiempo el original estuvo extraviado. En 2003 fue recuperado y, del 4 al 12 de octubre, se lo pudo venerar brevemente en la Catedral de Olivos.
Finalmente el 12 de Enero de 2008 el cuadro original fue entronizado en la basílica de Nuestra Señora de Luján, junto al de la patrona nacional de Argentina, con ocasión del Centenario del escultismo.
Una réplica se encuentra entronizada en el Santuario de El Challao, Mendoza.
Desde el 29 de junio de 2009 también un cuadro con la imagen de Nuestra Señora de los Scouts se encuentra en la sede del Movimiento Scout Católico (MSC) de España en la ciudad de Barcelona.
Desde el 2 de agosto de 2009 como cierre del Seminario Interamericano de la Conferencia Internacional Católica de Escultismo (CICE) Región América realizado en la ciudad de Luke, (Paraguay) se le entregó a la Asociación de Scouts del Paraguay un cuadro con la imagen de Nuestra Señora de los Scouts.
El 26 de enero de 2010 como conclusión del Cruce de la Cordillera de los Andes con motivo del Bicentenario de la Independencia de Argentina y Chile fue entronizado un cuadro con la imagen de Nuestra Señora de los Scouts en la ciudad de Quillota, V Región de Valparaíso, (Chile) en la Capilla del colegio de los Hermanos Maristas.
El cuadro se divide en dos espacios. En la mitad superior se representa el mundo sobrenatural, el mundo espiritual. Allí se destaca Nuestra Señora de los Scouts rodeada de jóvenes y debajo de ella un lago en calma y la barca que simboliza a la Iglesia. En la mitad inferior: La creación, la naturaleza como obra de Dios confiada a los hombres y el campamento. Podemos ver en la pintura hermosos signos que nos llevan a una profunda reflexión. Todo está envuelto por la noche de campamento. No una noche oscura sino iluminada por la fuerte luz de la Luna. La noche simboliza la quietud, la paz y la tranquilidad luego de una jornada de campamento agitada. Al mismo tiempo la noche es el final del día y el surgimiento de nuevos sonidos, el aire fresco, el rocío, es el momento del descanso, la oración y el momento en que el hombre reflexiona lo realizado en la jornada, pero también la noche trae consigo las sombras, las tinieblas y los miedos de la oscuridad en un lugar desconocido y algunas malas intenciones. Es por ese motivo que junto al campamento vemos tres signos importantes:
El Fuego: Simboliza la presencia del Espíritu Santo, que no duerme, que es la luz y el calor.
La lucha contra el dragón: esta lucha contra el mal, que evoca la leyenda de San Jorge, patrono mundial de los Scouts, Se libra sobre el campamento pues es en la vida diaria donde se da el combate. Como se puede observar el scout lucha con todas sus armas: el pañuelo, el estandarte que lleva dibujada la flor de lis y su bordón.
El Guía de Patrulla: que vela como un “buen pastor” por las ovejas de su Patrulla que el mismo Dios le ha encomendado. Es aquí donde los espacios de la imagen se unen formando un todo. Por un lado el Guía de Patrulla que se ofrece a la Virgen María y entrega en su oración nocturna a los jóvenes scouts que él acompaña.
También podemos contemplar a la Virgen rodeada de los jóvenes y debajo de ella un lago pacífico y la barca símbolo de la Iglesia.
Por último, los árboles del cuadro representan diferentes regiones geográficas, desde la selva (a la izquierda) hasta la cordillera. Este signo destaca la presencia de los scouts en todos los puntos cardinales del globo.
Nuestra Señora de los Scouts:
A ti venimos esta noche, junto al Fuego de la Ley, para confiar en tus manos nuestras armas espirituales, nuestra mística y nuestros símbolos.
Queremos que estén primero en tus manos antes de llevarlas nosotros como prueba de nuestra Promesa. Oh Virgen madre y esposa, toda armonía con la Ley Divina.
Oh Madre del amor hermoso, de la Sabiduría, de la Vida y de la Santa Esperanza.
Abre nuestro corazón al don de la promesa. Graba en nuestro corazón la Ley noble de los Scouts, como tu grabaste toda palabra meditándola en tu corazón, y te dejaste llevar por el Espíritu Santo a obedecer al Misterio y encarnarlo en tu seno.
Concédenos hoy, intercediendo por nosotros, imitar tu confianza y tu lealtad a la promesa de Dios. Esa Promesa hecha por Dios a nuestros padres, esa Promesa a la que Dios mismo es leal, y que se llama Jesús, tu hijo y hermano nuestro, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Así sea
A ti venimos esta noche, junto al Fuego de la Ley, para confiar en tus manos nuestras armas espirituales, nuestra mística y nuestros símbolos.
Queremos que estén primero en tus manos antes de llevarlas nosotros como prueba de nuestra Promesa. Oh Virgen madre y esposa, toda armonía con la Ley Divina.
Oh Madre del amor hermoso, de la Sabiduría, de la Vida y de la Santa Esperanza.
Abre nuestro corazón al don de la promesa. Graba en nuestro corazón la Ley noble de los Scouts, como tu grabaste toda palabra meditándola en tu corazón, y te dejaste llevar por el Espíritu Santo a obedecer al Misterio y encarnarlo en tu seno.
Concédenos hoy, intercediendo por nosotros, imitar tu confianza y tu lealtad a la promesa de Dios. Esa Promesa hecha por Dios a nuestros padres, esa Promesa a la que Dios mismo es leal, y que se llama Jesús, tu hijo y hermano nuestro, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Así sea
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