Del sitio Santa Virgen María:
El origen se debe a San Isidoro de Sevilla. En en el año 1681 ingresó en la Orden Capuchina y se ordenó sacerdote en 1687, dedicándose a la predicación. Fue el primer propagador de la devoción del rosario por las calles.
La noche del 15 de agosto de 1703, estando en oración, la Santísima Virgen se le apareció con traje y aspecto de pastora, mandándole predicar la devoción a Ella bajo este título. Al día siguiente de esta aparición, Isidoro se entrevistó con el famoso pintor Alonso de Tobar, al que describió lo que había visto y le encargó que lo pintara.
Este fue la primera representación de la Divina Pastora en un cuadro tal como la pensó el San Isidoro: “Un rostro lo más bello que pudiera pintar, sentada en una piedra sobre un montecillo, rodeada de árboles y blancas ovejas que portaban en la boca una rosa cada una, que le ofrecían como tributo de veneración y cariño. Tendría la mano derecha sobre la cabeza de un cordero, que representa a su Divino Hijo, según lo vio San Juan en el Apocalipsis. La Virgen vestiría una túnica talar ceñida a la cintura y sobre la misma una zamarra como acostumbraban a llevar los pastores, el manto recogido en el brazo derecho, un sombrero caído hacia la espalda y cubriendo su cabeza un finísimo velo. Separada de la imagen, una oveja portaría en su boca un cartel que diría AVE MARIA y tras una roca un dragón acechándola, mientras un ángel, vendría volando raudo espada en mano”.
El 8 de septiembre de 1703 fue presentado el retrato de Santa María, Divina Pastora, por las calles de Sevilla. San Isidoro cantaba: “Oh, Tú, la más hermosa entre las mujeres, sal, fuera y sigue las huellas del rebaño y apacienta a los cabritos junto a las cañadas de los pastores”.
En 1729 el rey Felipe V visitó el convento los capuchinos en Sevilla y con este motivo el P. Isidoro le dio a conocer la nueva devoción fundada por él.
El Beato Diego José de Cádiz, después de muerto de Isidoro, en 1750 será también capuchino, quien popularizará y difundirá por toda la geografía española esta devoción mariana.
Posteriormente el Papa Pío VI aprobó para los capuchinos la devoción y el culto, señalando para el rezo y fiesta, el segundo domingo después de Pascua.En 1863, muchos Cardenales, Obispos y Superiores de otras órdenes religiosas pidieron a Pío IX poder celebrar la fiesta de la Divina Pastora, en todas las diócesis que lo desearan.
Actualmente se le conoce con la denominación de Madre del Divino Pastor, patrona titular de la Congregación de Hermanas Capuchinas de la Madre del Divino Pastor, fundadas por el Venerable sacerdote catalán José Tous y Soler.
La Virgen María recibe el nombre pastora porque su hijo es llamado el buen pastor y porque ademas de eso ella se preocupa de las ovejas del rebaño en general y cada una de ellas particularmente sean miembros de la iglesia de Cristo o no. María ademas es pastora porque realiza muchas de las funciones del pastor, sobre todo defender su rebaño de los lobos que andan sueltos. El monje Pedro, obispo de Argos decia: «María sé la compañera de nuestro viaje de quien está en camino y sé navegante para quien está en el mar».
Cuando invocamos a María como madre de los desamparados y/o refugio de los pecadores, la preocupación de María es la de ir en busca de la oveja perdida. Ella nos llama con su voz maternal para que regresemos al rebaño y podamos escuchar y seguir la voz del Pastor. Ella es la pastora que toma en sus brazos a las ovejas necesitadas.
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