16 de agosto de 2018

Nuestra Señora del Iguazú

Del sitio AICA Antigua:
Se sabe que en este lugar, muy cerca de las Cataratas del Iguazú, existió un antiguo pueblo jesuítico, que se llamó Santa Maria del Yguazú. Esta reducción fue fundada en 1626 por los padres jesuitas Diego Boroa y Claudio Buyer.
Los caciques Taupá y Paraverá llegaron a ser sus mejores colaboradores, trabajando en la edificación del pueblo. Según el padre Techo, los guaraníes que allí acudieron para hacerse cristianos fueron unos 8.600.
No fueron pocas las dificultades que tuvieron que afrontar los misioneros, sobre todo a los comienzos, en que la pobreza era muy grande. No fue fácil convencer a los aborígenes para que abandonasen el uso de la poligamia. Pero la mayor dificultad fue la persecución de los blancos sobre todo de los mamelucos o bandeirantes, que venían de San Pablo para llevarse a los indios como esclavos.
Esta fue la razón que obligó a abandonar el primer asentamiento de la Misión, y a trasladarse más al sur, cerca del río Uruguay, donde se encuentran hasta hoy las ruinas de Santa María del Yguazú. Era el año 1633 cuando tuvo lugar este éxodo.
Cuando se intentó rescatar de la cenizas el título de Santa Maria del Yguazú, su imagen no existía más. Por esto, en un primer momento se pensó en encargar una talla, réplica de alguna de estas antiguas imágenes jesuíticas, del clásico barroco colonial. Pero parece que la Virgen no quiso que fuera así. Tal vez porque, lo que hoy pretendemos no es exactamente reeditar lo que fue, sino crear algo nuevo, aunque en la línea histórica de lo que fue.
Por esto, y de un modo providencial, aparece esta imagen, que es una creación artística, de un estilo nuevo, original, pero sobre todo autóctona de profundas raíces en la tierra, como las del tronco de este árbol misionero que se llama cancharana.
Don Rodolfo Allou lo había tallado en 1980, inspirándose en la mujer pobre y campesina, que habita nuestras picadas. Mujer sufrida con su hijito en los brazos, que acuna y estrecha contra su pecho en actitud de mucha protección. Sus manos no es que sean tan finas y femeninas, exactamente como las de la mujer del campo, que tiene que trabajar la chacra. Está parada, y tiene en sus brazos al Niño, para que todo se centre mejor en el misterio de su hijo Jesús. El rol de María será siempre llevar a Jesús. Ella, tan humilde, estuvo presente en el polideportivo el día de la creación de la Diócesis. Casi nadie se dio cuenta. Y de allí volvió otra vez al Museo de D. Allou. Hasta que llegó su día… por una serie de coincidencias providenciales.
El Obispo quiso dedicarle la fiesta aniversario, el 16 de agosto de 1987, al cumplirse el primer año de la creación de la diócesis. Fue una hermosa fiesta, precedida de una Novena sobre la Iglesia y la Santísima Virgen, que predicó el obispo en la catedral y que los sacerdotes repitieron en sus respectivas parroquias. La noche anterior hubo una solemne Vigilia de Jóvenes. El día 16 amaneció frío y lluvioso, lo que no fue obstáculo para que se pudiera tener una hermosa Celebración, en la que acompañaron al obispo diocesano, monseñor Joaquín Piña, el obispo emérito de Posadas, monseñor Jorge Kémerer y casi todos los sacerdotes y religiosas, rodeados de muchísimos devotos de la Virgen, venidos de todos los rincones de la Diócesis. Al finalizar la homilía de la misa, el pueblo reunido, a invitación del Obispo ratificó con una aclamación y un aplauso su deseo de que la Virgen, Santa Maria del Yguazú, quedase como Patrona de la diócesis. Se comprometieron también a levantarle un santuario y que todos los años se celebre su fiesta en este aniversario (o el domingo más próximo).
Al año siguiente, la imagen de la Virgen recorrió todos los pueblos y capillas de la Diócesis para darse a conocer. A su paso arrastró por todas partes un gran número de devotos, incluso de algunos de sus hijos que en un momento de debilidad se habían apartado de su Iglesia. Fueron muchísimos los que se sintieron identificados con ella.
Pronto comenzó a difundirse su imagen en numerosas réplicas e imitaciones, medallones, fotos y estampas con la oración oficial. Se hizo, en su honor, un Festival de la Canción. Algunos de estos cantos ya han entrado en el cancionero popular.
Muchas capillas, algunas escuelas y otras instituciones de la diócesis se honran en tenerla como Patrona titular. Ciertamente su protección sobre nuestra joven Iglesia se ha hecho sentir ya de múltiples maneras. No hay duda de que ella es “la madre de los pobres y de todos los que sufren”, como se dice en la oración.

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