Del sitio Catholic net:
Pesqueira ha sido elegido por el cielo. Situado a 212 kilómetros de Recife, en el norte de Brasil, se hizo mundialmente famoso por las bendiciones de Nuestra Señora de las Gracias.
En el año de 1936, el 6 de agosto, Arthur Teixeira mandó a su hija María da Luz con María da Conceição para recolectar semillas de ricino. Obedientes fueron las dos, hablando de la época de la persecución y el peligro de los salteadores.
En algún punto, María da Conceição mirando hacia la montaña, quedó sorprendida. Parecía ver en la cima de la montaña una imagen de mujer con un niño que hacía señal de la mano.
Apuntando a la montaña, dice en voz alta: “¡Mira la imagen!”. María da Luz miró y vio también la imagen. Una bella mujer con un bebé en sus brazos. Por un momento, nadie se atrevió a pronunciar palabras, tal vez recordando la conversación y preocupación por los bandidos. Luego, sin embargo dejaron la preocupación y notaron que esta mujer era muy bella y su hijo en sus brazos aún más bello, y que las llamaba haciendo señales con la mano libre.
Consternadas, olvidando la canasta, regresaron a casa. Fatigadas, no podían decir palabra. Luego, con palabras incompletas, contaron lo que vieron. En principio su madre quedó admirada, pero después de muchas investigaciones dijo: “Es un error de ustedes, vamos a comer”.
El Sr. Arthur llegó para el almuerzo, su esposa prepara la mesa, pero las dos niñas no se sentaron. Ante su falta, Arthur preguntó por ellas y su esposa le contó las declaraciones de ambas. Las chicas estaban sentadas del lado de afuera de la casa, hablando de la aparición. “¡Qué bella era mujer y su hijo!”. ¡Como las había llamado! Y el deseo de ir allí para verlo más de cerca.
Arthur escuchando la conversación, las llamó y quería regañarlas, pero su esposa le pidió que fuera con las niñas al sitio para verificar si alguien estaba allí, tal vez oculto. Con una hoz en la espalda y seguido por ellas, fue Arthur en búsqueda de la montaña. En su parte superior comenzó a abrir un camino ante la propagación de las plantas de Xique - Xique y Macambira. Era difícil hacer un camino en las rocas, cubiertas de espinas y despeñaderos. Después de veinte minutos no había llegado aún a la cumbre, pero su sorpresa fue grande al escuchar de lo alto a las dos muchachas llamando con alegría y señalando la presencia de la imagen.
Las niñas ansiosas de ver la aparición fueron como volando al lugar, pero sin siquiera rasgar su ropa por las espinas. Después de mil dificultades, Arthur Teixeira llegó a donde las dos aún sorprendido al superar todas las dificultades sin sufrir nada.
Cuidadosamente el padre mira la cueva y la gruta de enfrente, pero no descubre la imagen de la mujer vista por las niñas. Las niñas se cansan de mostrar y describir el lugar donde la ven, pero todos los esfuerzos de Arthur fueron impotentes pues nada veía. Desengañado y convencido de que las niñas alucinaban, tuvo la idea de preguntar de quien se trataba. “¿Quién es usted?” Pregunta María da Luz, y la imagen respondió: “Yo soy la Gracia”. "¿Qué quiere Señora aquí?” pregunta de nuevo. "He venido para advertir que habrán de venir 3 castigos enviados por Dios. Dile a la gente que rece y haga penitencia.”
Sorprendidos por la aparición los tres volvieron en silencio y contaron todo, enterándose todo el barrio lo que pasó. Los vecinos fueron a ver el lugar y las dos niñas fueron diariamente a la montaña a rezar. Todas las tardes allí se rezaba el rosario y cantaba el oficio de Nuestra Señora. Muchos iban en la fe, de que había una verdadera aparición, y muchos por simple curiosidad.
Como era de esperar la noticia se extendió como el fuego en toda la región y llegaron fieles procedentes de todas partes para hacer sus solicitudes y rezar a la Virgen.
En el tercer día, con muchas personas presentes, la mayoría dijo que consideraría verdadera la Aparición sólo si la imagen daba un signo visible para todos.
Tristes las niñas pidieron que la imagen diese una señal para convencer a todos de que no mentían. “La daré”, dijo la imagen.
Al día siguiente, 10 de agosto, las niñas fueron a visitar su lugar favorito y cuando llegaron, la imagen les señaló un hilo de agua que salía de la roca en frente del lugar de la aparición. Había una pequeña cavidad en la roca, sin fisuras que se llenaba de agua y recibió esta respuesta: “Para curar enfermedades.” Triunfantes las dos pequeñas corren a su casa para decirle a su madre lo sucedido, y fue toda la familia junto con muchas personas a la colina donde estaba la presencia de agua y, en el lugar donde había estado la imagen, encontraron además, una marca blanca y al lado las huellas de los pies de una mujer y un niño pequeño. Ambos estaban grabados en la piedra.
Interrogada la aparición, respondió que unas marcas son de ella y otras de su hijo. Con la aparición de agua, se expandió aún mas la noticia y de todos lados venían fieles a ese lugar ahora llamado santo.
Interrogada la Virgen sobre los castigos que anunció que se darían, nunca los reveló, pero siempre pidió que rezaran mucho y que hicieran mucha penitencia.
Un día había un niño en ese lugar, que arrojó una piedra hacia la aparición. Las chicas dijeron que la piedra golpeó la mano de la Virgen y que salió sangre.
La fuente es para curar a los enfermos que vayan con fe. María da Luz se hizo religiosa y tuvo otras apariciones de Nuestra Señora.
Hoy Pesqueira es un lugar de peregrinación basada en la gruta en la montaña.
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