23 de febrero de 2018

Nuestra Señora del Divino Llanto

Apenas comenzó el año 1924. La hermana Marcelina al borde de la muerte, recibe la visita de una ‘bella Señora’ que trae en sus brazos a un Niño que lloraba. Ésta le concedió la sanación como testimonio para que diera a conocer su ‘mensaje’.

Sor Elisabetta relató: “La Virgen me ha dicho que Jesús llora porque no es suficientemente amado, buscado, deseado, incluso por las personas que le están consagradas”… En Cernusco, la alcoba donde se produjo la aparición fue transformada en Capilla, una estatua de la Virgen, confeccionada especialmente según las indicaciones de la Vidente, recuerda a todos el mensaje del que la Virgen las ha hecho depositarias.

En Cernusco sul Naviglio, una localidad cercana a Milán, se encuentra la casa natal del Instituto Marcelino convertida en casa de reposo para monjas enfermas y ancianas.

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