Dedicado a María Santísima y a sus distintas advocaciones en el mundo, para que todos conozcan la historia de cada una de las Fiestas de Nuestra Reina del Cielo
9 de mayo de 2021
Nuestra Señora de la Revelación
Del sitio de las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María:
Bruno Cornacchiola nace el 9 de mayo de 1913, en Porta Metronia, Roma. El ambiente en que vivía con sus padres y cuatro hermanos era de muy mal ejemplo y de una pobreza miserable. Su padre era alcohólico y pasaba temporadas en la cárcel. Su madre lavaba ropa para sostener su familia, pero algunas veces seguía la misma conducta que su esposo.
Bruno tuvo muy poca instrucción académica, únicamente la enseñanza elemental. A los catorce años hizo su primera comunión, pero luego de recibirla cayó por muy mal camino. Años mas tarde, el 7 de mayo de 1936, contrajo matrimonio con Yolanda Lo Gatto, por la Iglesia Católica. Poco después de su boda, estando ya en el partido de acción izquierda, sus amigos le convencieron que fuese a luchar en la guerra civil de España (1936-1939) al lado de los rojos (comunistas). Atrás quedó su esposa Yolanda que estaba próxima a dar a luz.
Bruno fue a parar a Zaragoza, España. Los rojos estaban encendidos de odio contra la Iglesia y la perseguían brutalmente. Allí conoció a un alemán protestante quien empezó a instruirle. Este lo puso en contra de la Virgen, de la Eucaristía, y creó en él un odio férreo a la Iglesia Católica y al Santo Padre. Le decía que el Papa era la bestia del Apocalipsis y también le inculcó odio hacia los sacerdotes, religiosos y religiosas. Llegó a tener un odio tan grande hacia todo lo que era la Iglesia Católica que cuando terminó la guerra de España se dirigió a Roma y, con la intención de matar al Santo Padre, compró un puñal y gravó sobre él: "Muerte al Papa".
Al regresarse a su casa no tenía deseos de ver a su esposa ni a su niña a la que aún no conocía. Cegado por su odio contra la Iglesia lo único que deseaba era decirle a su esposa que debía repudiar a la Iglesia Católica. Su esposa no se dejaba convencer y eso provocaba que Bruno la maltratase. Llegó un tiempo de tantos abusos que finalmente Yolanda accedió al cambio de religión, pero antes le hizo prometer que comulgaría con ella los nueve primeros viernes de mes, a lo cual el accedió. Terminados los nueve primeros viernes se hicieron adventistas. El mantenía el hogar como tranviario.
En abril del año 1947, Bruno tenía 34 años. Los superiores de la asociación de la juventud misionera de Lacio, informaron que todos los líderes debían prepararse porque iban a tener una audiencia pública. Bruno, siendo uno de los líderes, le tocaba hacer su presentación el trece de abril. Así que el sábado, 12 de abril, decidió llevar a su familia a un campo donde le permitiría estudiar la Biblia y para que los niños pudieran jugar. Su esposa se había quedado en casa pues estaba esperando otro hijo. De camino decidió quedarse en un campo aledaño a la abadía de Tre Fontane, Iglesia sobre el lugar donde fue decapitado San Pablo y, donde según la tradición, al caer la cabeza al suelo rebotó tres veces en el suelo e hizo tres fuentes.
Al bajar del autobús buscó un lugar para que jugasen los niños mientras el se asentó a la sombra de un eucaliptus para preparar su discurso para el día siguiente.
Mientras sus tres hijos, Juan Franco, Carlo e Isla, de cuatro, siete y diez años respectivamente, juegan a la pelota, Bruno busca en la Biblia de los protestantes pruebas que confirmen la parte de su conferencia que piensa dedicar a rebatir los dogmas referidos a la Madre de Jesús.
Son las tres y media de la tarde. Los niños, que han perdido el balón y no consiguen encontrarlo, recurren al padre. Bruno interrumpe sus anotaciones, deja el cuaderno de los apuntes en el suelo, bajo el eucalipto, y va ayudar a sus hijos. El cuaderno quedará en el suelo.
Encontrada la pelota se puso a jugar con ellos y en uno de los tiros que hizo, la pelota, extrañamente se elevó alto y se desapareció. Antes de salir a buscarla encargó a Carlos que recogiera todo, la niña fue a recoger flores para su mamá y a Juan Franco, el mas pequeño, lo dejó sentado. Cada cierto tiempo gritaba para ver si Juan Franco todavía estaba adonde lo había dejado. A la cuarta vez el niño no respondió entonces salió a buscarlo y lo encontró de rodillas con las manitas juntas al pie de la gruta, con sus ojos fijos en la gruta, sonreía y como que conversaba, entonces se acercó y oyó que decía: "Bella Señora, Bella Señora" Le habló pero el niño no reaccionó. Buscó a Isla, y al llegar ella junto a la gruta cayó también de rodillas con las manos juntas y exclamó. "Bella Señora, Bella Señora". El se enojó pensando que se trataba de una broma, llamó a Carlos y él, al llegar junto a la gruta cayó de rodillas también y exclamó lo mismo.
Pensando que se trataba de un juego trató de levantarlos pero no podía porque estaban muy pesados. Aterrado levantó sus ojos al cielo y gritó: "Dios mío sálvanos". Apenas pronunció ese grito todo en su alrededor se volvió oscuro y sintió un dolor agudo en sus ojos luego dos manos blancas se apoyaron sobre sus ojos quitando de ellos como un velo. Cayó de rodillas y una luz muy grande iluminó la gruta y luego se formó la figura de una mujer de apariencia humana, vestida con una túnica blanca y ceñida en la cintura con un cinto rosado. Los cabellos eran negros y ligeramente recogidos por una cinta verde esmeralda que llegaba, al igual que la túnica, hasta los pies descalzos; en su mano derecha sostenía un libro de pasta color ceniza (El libro de la Revelación: la Biblia)
La Virgen extendió el brazo izquierdo y le mostró una sotana negra y un crucifijo roto, los mismos que él un día había roto. Y con una voz bien dulce le dijo: "Soy la que está en la Trinidad divina. Soy la virgen de la revelación. Tú me has perseguido, ¡ ya basta! Entra en el redil, el juramento de Dios es santo, los nueve viernes que hiciste antes de entrar en el redil de la mentira son los que te han salvado. Obedece a la autoridad del Santo Padre."
La Virgen habla bastante rato esa tarde de Abril. Entre otras cosas, le habla de su Asunción al cielo (en aquel momento aun no había sido declarado el dogma). Le dice «Mi cuerpo no podía marchitarse y no se marchitó». Entonces le indica al vidente cómo podrá reconocer después a los dos sacerdotes que lo ayudarán a reconciliarse con Dios y con el Papa, a quien tenía intenciones serias de asesinar con un puñal.
En esta primera aparición la Virgen le reveló toda la doctrina Católica le pidió que se confesara y se reconciliara con la Iglesia, de una manera infusa recibió todos los conocimientos de nuestra fe Católica. Le pidió que rezara mucho por la conversión de los pecadores específicamente el rezo del Santo Rosario ya que cada Avemaría son flechas de oro que penetran en el Corazón de Jesús. Le prometió que obraría grandes milagros para la conversión de los incrédulos.
Le confió mensajes específicos para los sacerdotes invitándolos a una vida de mayor obediencia al Magisterio, fe intensa a las verdades reveladas, mayor oración, acoger una forma propia de vestir, y un estilo de vida puro y digno de lo que son.
Al regresar a su casa contó todo a su mujer, y los dos, después de buscar la ayuda indicada por la Virgen, volvieron a la Iglesia Católica. El 7 de mayo de 1947 abjuraron sus errores.
Hubieron otras tres apariciones: el 6 de mayo, el 23 de mayo y el 30 de mayo.
En la aparición del 23 de mayo, Bruno fue con un sacerdote y un muchacho comunista a la gruta, éste sin saber nada de las apariciones al entrar en la gruta cae de rodillas, confiesa sus pecados, pide perdón y se convierte.
El día 30 de mayo la Virgen le pide a Bruno que vaya al convento de las hermanas Maestras Pías Filipenses y les diga que recen por los incrédulos y por la incredulidad del barrio.
Las Apariciones no son todavía aprobadas formalmente por la Iglesia pero recibieron la bendición del Papa Pío XII transmitida por la Secretaría del Estado. El mismo Papa Pío XII bendijo la estatua llevada hasta la gruta en procesión el 5 de octubre con la asistencia de mas de 500,000 personas.
El día 9 de diciembre de 1949 Bruno visitó al Papa entregándole en sus propias manos la Biblia protestante con la que había dado muerte a muchas almas infundiéndoles su errónea interpretación y el puñal con el que había pretendido matarlo. Pidió perdón al Santo Padre y le contó todo. El Papa le respondió que el arrepentimiento es el mayor perdón y le dio la bendición aprobando que el fuera a predicar la misericordia de Dios transmitida por medio de la Santísima Virgen.
Hechos y curaciones sorprendentes se han dado desde que la gente comenzó a visitar la gruta. Además del sorprendente aroma a rosas y a lirios- al igual que la tierra del lugar donde se apareció la Virgen al ponerla en lugares donde las personas sufren alguna enfermedad son sanados milagrosamente. Muchas conversiones específicamente de dignatarios de la masonería, incrédulos, pecadores, incluso judíos que entran a la Iglesia Católica, cambios radicales en la vida y la fe de aquellos que por toda su vida vivieron reprovamente.
El 12 de abril de 1980, (sábado de la semana de Pascua), a las seis de la tarde comenzó una Misa, concelebrada por ocho sacerdotes en la Gruta de la Aparición, junto a la famosa Abadía de Tre Fontane. La concurrencia era numerosa, más de 3.000 personas que conmemoraban la aparición allí de la Virgen el 12 de abril de 1947, también aquel año sábado de la semana de Pascua.
El vidente, Bruno Cornacchiola, ya había anunciado, según le había manifestado la Virgen el 7 de noviembre de 1979, que en esa Misa iba a suceder algo extraordinario. Efectivamente, al momento de la Consagración, de pronto se hizo posible mirar al sol de frente. Pietro Santiángelo, capellán de la Pía Asociación fundada por Bruno, relata los fenómenos prodigiosos que a continuación vio toda la multitud:
«El sol se levantó hasta el cenit, dando vueltas alrededor de su propio eje y despidiendo rayos de todos los colores hacia todas partes, todo el mundo quedó asustado; unos lloraban, otros gritaban, otros suplicaban en voz alta a la Virgen.
Otro aspecto maravilloso fue la imagen de la Virgen, que se puso, en el momento de la consagración, de color rojo intenso, despidiendo rayos que atravesaban el techo de la gruta para unirse con los rayos que procedían del sol. Fue un espectáculo grandioso, jamás visto, e inolvidable. Y no duró unos segundos, sino media hora, hasta el final de la Misa.
Todos vieron lo mismo. En el disco del sol, cuya vista no hacía daño a los ojos, empezaron a formarse símbolos bien definidos: primero una M, que después fue transformándose en un corazón y a continuación en una hostia grande, en cuya superficie se formaron las siglas de la Eucaristía: JHS. Después de la Misa los fenómenos del sol fueron desapareciendo y aquél volvió a su lugar, ya en el horizonte. La luz de la Virgen duró toda la noche».
Bruno explicaba algo las razones de este prodigio: «En los 33 años que han pasado desde la primera aparición y desde mi conversión, he recorrido todo el mundo para hablar de la Virgen. He dado más de 7.000 conferencias, ahora tengo sesenta y siete años y no sé cuánto tiempo me queda. Por tanto, en el mes de noviembre pasado, al pensar sobre mí vida, sentí el deseo de abandonar mi intensa actividad y dedicarme a la vida de contemplación y de oración. Mi confesor aprobaba esta idea. Así, el 7 de noviembre del año pasado me fui a la gruta para dar gracias a la Virgen. Al rezar el Rosario se me apareció Ella en su figura acostumbrada, tal como la vi en 1947 y 22 veces en años posteriores. Sentía una gran alegría. La Virgen me habló de la conversión de los pecadores, de la situación espiritual de la humanidad y de otros temas de que ahora no puedo hablar. Al final me dijo: "El próximo 12 de abril, aniversario del primer encuentro, caerá en el mismo día que en 1947: un sábado antes del primer domingo después de Pascua. En ese día quiero manifestarme con gracias espirituales y materiales. Además haré algo maravilloso en el sol, para despertar a los dormidos que han perdido la fe, y aún no creen en lo que Yo he hecho aquí"».
Pero la Virgen, no contenta con esta llamada de atención, que sin duda quiere que meditemos, volvió a intervenir dos años más tarde en la misma fecha:
El 12 de abril de 1982, lunes de Pascua lunes del Ángel, en el lenguaje romano-, tuvo lugar la acostumbrada celebración anual de la aparición de la Virgen en Tre Fontane.
Durante la Misa, a las 18 horas, comenzó la comunión de los fieles -más de los que se había previsto, hasta faltar formas., y a esta misma hora comenzaron los fenómenos en el sol, que duraron más de una hora: Todos vieron, mientras muchos aplaudían gozosos, el centro del sol verde esmeralda, rodeado de un halo rosa anaranjado en el que brillaban multitud de estrellas, como llamas. El sol giraba, cambiaba de colores, parecía aproximarse aumentando de volumen, lanzaba ráfagas de luz que iluminaban a la gente y el paisaje de diversos colores. Fue evidente e indiscutible la realidad del suceso milagroso (imposible atribuirlo a leyes naturales) percibido por toda la muchedumbre presente, entre ellos numerosos enfermos en sillas de rueda.
Esta aparición nos muestra la gran misericordia de Dios hacia el hombre y el papel corredentor de la Santísima Virgen, como por su intervención logra convertir a uno de sus hijos quizás mas alejados del Corazón de Jesús, y también el papel que cada uno de nosotros debemos tomar de darla a conocer para que muchos se conviertan.
Virgen de la Revelación, Ruega por nosotros.
Para visitar:
La gruta de la aparición esta junto a la abadía de trefontane, al cruzar la Vía Laurentina y subir unas escaleras.
SANTUARIO -VIRGEN DE LA REVELACIÓN
FRANCISCANOS MENORES CONVENTUALES
Via Laurentina, 450 - 00142 ROMA - c.c.p. 59797001
8 de mayo de 2021
Nuestra Señora de la Piedad (Coliseo Romano)
Del sitio Aleluya:
Si visitas Roma podrías pasarte días visitando iglesias y cuando piensas haber acabado, siempre aparecerá una nueva. Es lo que le pasa a los turistas de todo el mundo que visitan la capital italiana. Si visitas el Coliseo quizás no sabías de la existencia de esta pequeña iglesia que se encuentra justo dentro al Anfiteatro Flavio.
Muy pocos saben que, en uno de los arcos dentro del Coliseo, existe una pequeña capilla dedicada a Santa María de la Piedad. Los primeros datos escritos de su existencia se remontan al siglo XII, fundamentados por el cardenal Cencio Camerario, historiador y experto de las iglesias romanas. Inicialmente la iglesia era conocida con el título de “Santissimo Salvatore en Rota Colisei”.
En 1490 la Compañía del Gonfalone, comienza a representar el drama de la Pasión de Cristo en el centro de la gran arena del Coliseo y usaban el lugar como almacén y guardarropa, para guardar el vestuario y lo necesario para la escenificación.
Posteriormente, en 1622, el espacio de la capilla fue comprado por la misma Compañía del Gonfalone que lo transformó en un oratorio y lo confió a un monje ermitaño que vivía allí permanentemente como guardián del lugar.
La iglesia siempre ha sido un lugar de culto en memoria de los mártires cristianos que perdieron la vida en Roma. Fue frecuentada por numerosos santos como San Ignacio de Loyola, San Felipe Neri y San Camilo de Lelis.
El drama de la Pasión de Cristo que representaba la Compañía del Gonfalone en 1500, podría haber sido una representación del actual Vía Crucis, que se realiza con la presencia del Papa los Viernes Santo.
La misma compañía, decidió en 1517 restructurar la capillita y dedicarla a Santa Maria de la Piedad. Con la disolución de la Compañía la capilla viene encargada al Círculo de san Pedro, el cual se dedica hasta hoy del oficio litúrgico. El interior tiene una capacidad máxima más o menos de 10 personas, y adorna la pared arriba del altar un hermoso bajorrelieve de la Virgen de los Dolores.
Las horrendas matanzas y luchas sanguinarias dentro del Coliseo, terminaron en el año 404, gracias a san Telémaco, que, para detener la crueldad de las peleas entre los gladiadores, bajó en medio de la arena y se puso entre medio de ellos, tratando de detener la masacre. Los espectadores indignados lo apedrearon ferozmente hasta matarlo. El emperador Honorio, asombrado enormemente por la crueldad del martirio, decidió poner fin a las luchas entre gladiadores.
Los sábados a las 16:00 y los domingos a las 10:30, la Comisión de Culto y Actividades Religiosas da la bienvenida a los miembros y peregrinos a la "Capilla" para la Santa Misa.
7 de mayo de 2021
Nuestra Señora de Pompeya (Italia)
Del sitio Hagiopedia:
Cuenta la historia que durante el año 79, una erupción del Vesubio, volcán cercano a Nápoles sepultó bajo su lava la fastuosa ciudad de Pompeya, donde la aristocracia romana tenía sus fincas de recreo.
A comienzos del siglo XIX, ya descubiertas las ruinas de la ciudad, instalaronse en el valle cercano varias familias de campesinos, que levantaron humildes viviendas y una pobre capilla.
En 1872 llegó al lugar Bartolo Longo, abogado de la condesa Fusco, dueña de éstas tierras. Longo se enteró al dialogar con los campesinos que las cosas no iban mal, aunque fue alertado por la presencia de individuos de malas costumbres, los que hacían que las cosas no fueran del todo agradables. Le comentaron que no había policías y que mientras hubo un cura, éste ejercía cierta autoridad, pero tras su muerte, eran pocos los que seguían firmes en la fe, por lo cual la capilla había quedado abandonada al no oficiarse misas. Allí la gente rezaba en sus casas.
Una noche Longo vio en sueño a un amigo muerto años atrás que le dijo "Salva a esta gente, Bartolo. Propaga el Rosario. Haz que lo recen. María prometió la salvación para quienes lo hagan".
A la mañana siguiente se levantó con la firme decisión de hacer lo que su amigo le había pedido. Longo trajo de Nápoles muchos Rosarios para repartir. A partir de entonces, recorrió las casas de los campesinos recomendando el rezo del Rosario y repartiendo imágenes religiosas. Al mismo tiempo, ayudado por algunos vecinos, se dio a la tarea de reparar la Capilla y en 1873 organizó la primera fiesta en la pequeña iglesia, aunque sin mucho éxito. Sus intentos por interesar a sus habitantes no eran exitosos.
Tuvo entonces la idea de llevar hasta dicha área una imagen de Nuestra Señora del Rosario. En 1878, Longo obtuvo de un convento de Nápoles un cuadro de Nuestra Señora entregando el Santo Rosario a santo Domingo y santa Rosa de Lima que estaba por ser arrojado al fuego. La imagen que pudo conseguir era muy mala y no le ayudó mucho que la única forma que tuvo de hacérsela enviar fuera en un vagón de estiércol. La condesa Mariana de Fusco, amiga (y posteriormente esposa) del beato Bartolo, creyó que el cuadro era tan horrible que dijo: "Debe haber sido pintado a propósito para destruir la devoción a Nuestra Señora". Sin embargo, una vez restaurado, se convirtió en el foco de numerosas peregrinaciones y el centro de un importante santuario de Nuestra Señora del Rosario. La restauración la realizó un pintor que cambió la figura de la santa Rosa -no se sabe por qué- por la de santa Catalina de Siena.
Puesta sobre el altar del templo, aún inconclusa, la Sagrada imagen comenzó a obrar milagros.
El 8 de mayo de 1887, el cardenal Mónaco de la Valleta colocó a la venerada imagen una diadema de brillantes bendecida por el Papa León XIII y el 8 de mayo de 1891, se llevó a cabo la Solemne Consagración del nuevo Santuario de Pompeya, que existe actualmente.
Después de la Misión Arquidiocesana de 1960, el Padre Strita, que era encargado de celebrar el oficio de la Misa en Oro Verde, eligió como Patrona del mismo a Nuestra Señora del Rosario de Pompeya.
El día 8 de mayo se celebra la festividad mayor de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, llamada popularmente la "Madonna di Pompei" (la Virgen de Pompeya).
El actual santuario fue construido con las ofrendas espontáneas de los fieles de todo el mundo. Su construcción se inició el 8 de mayo de 1876. El 8 de mayo de 1891, se llevó a cabo la Solemne Consagración del nuevo Santuario de Pompeya. El santuario fue elevado a la dignidad de Basílica Pontificia por el Papa León XIII el 4 de mayo de 1901.
En los años siguientes el santuario sobrevivió a grandes altercados, como la erupción del Vesubio en 1944 y la llegada de las tropas nazis que llegaron a amenazar con la destrucción del santuario.
El santuario fue visitado por el papa san Juan Pablo II el 21 de octubre de 1979 y el 7 de octubre de 2003, el papa Benedicto XVI también lo visitó el 19 de octubre de 2008.
El santuario es el principal santuario mariano de la región de la Campania y uno de los más importantes de Italia.
El santuario es actualmente un destino de grandes peregrinaciones religiosas, también acoge a muchos turistas fascinados por la majestuosidad de la basílica. Cada año, más de cuatro millones de personas visitan el santuario, que es por lo tanto, uno de los santuarios más visitados de Italia. En particular, el día 8 de mayo y el primer domingo de octubre, decenas de miles de peregrinos acuden a la ciudad de Pompeya, para celebrar la fiesta en honor de la Santísima Virgen del Rosario de Pompeya.