31 de mayo de 2018

Nuestra Señora de la Visitación

Del sitio Un minuto con María:
Y de dónde a mí que la Madre de mi Señor venga a mí?
No habla como una ignorante - ella sabía que existía la gracia y la operación del Espíritu Santo, para que la madre del profeta fuese saludada por la madre del Señor para provecho de su hijo-, sino que ella reconocía que esto es el resultado, no de un mérito humano, sino de la gracia divina. Dice así: ¿De dónde a mí?, es decir, ¿qué felicidad me llega que la Madre de mi Señor viene a mí? Yo reconozco que no tengo nada que esto exija. ¿De dónde a mí? ¿Por qué justicia, por qué acciones, por qué méritos? No son diligencias acostumbradas entre mujeres que la Madre de mi Señor venga a mí. Yo presiento el milagro, reconozco el misterio: la Madre del Señor está fecundada del Verbo, llena de Dios.
Porque he aquí que, como sonó la voz de tu salutación en mis oídos, dio saltos de alborozo el niño en mi seno. Y dichosa tú que has creído.
María no dudó, sino que creyó, y por eso ha conseguido el fruto de la fe. Bienaventurada tú, dice, que has creído. ¡Mas también sois bienaventurados vosotros que habéis oído y creído!, pues toda alma que cree, concibe y engendra la palabra de Dios y reconoce sus obras. Que en todos resida el alma de María para glorificar al Señor; que en todos resida el espíritu de María para exultar en Dios. Si corporalmente no hay más que una Madre de Cristo, por la fe Cristo es fruto de todos.

www.vatican.va San Ambrosio, Tratado sobre el Evangelio de San Lucas, II, 25-26

30 de mayo de 2018

Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús

Del sitio de Los Misioneros del Sagrado Corazón:

Si miramos hacia atrás y nos remontamos a una época de hace más de un siglo, podríamos caer en la tentación de pensar que el Padre Chevalier y sus misioneros emplearon un tiempo excesivo en propagar la devoción a Nuestra Señora.

Pudiera uno inclinarse a creer que se había desperdiciado mucho tiempo de "trabajo misionero" en la organización de la Archicofradía de Nuestra Señora del Sagrado Corazón.

Antes de deducir tales conclusiones necesitamos ver las cosas con la perspectiva del siglo XIX. Fue en el ambiente del siglo XIX donde el Padre Chevalier desarrolló su vida espiritual e hizo su trabajo. Era aquella una época de devoción mariana. "A Jesús por María" rezaba un adagio cristiano que había penetrado en la vida del pueblo, llamándolo a las devociones marianas con una mayor eficacia que lo hubieran hecho doctrinas que hoy se consideran más "teológicas y litúrgicas". Jesús y María aparecían mucho más unidos que ahora en cualquier oración o práctica de piedad.

El Padre Chevalier ha dejado escrito: "Poco después de que me bautizaran, mi madre me llevó a la iglesia y me consagró a la Virgen Santísima y al Corazón de Jesús. Muchas veces, sobre todo en sus últimos años, a ella le encantaba contarme una y otra vez aquella entrañable escena, que su mente y su corazón revestían de un colorido realmente poético".

 Cuando, siendo estudiante, al padre Chevalier se le ocurrió constituir una asociación de seminaristas, le puso el nombre de Caballeros del Sagrado Corazón y de María. Al convencerse más tarde de que Dios le pedía la fundación de un grupo de misioneros, comenzó por rezar una novena a Nuestra Señora, en colaboración con uno de sus primeros compañeros, el P. Maugenest. En tal ocasión, ambos hicieron una promesa en el caso de que su oración fuera oída: propagarían la devoción al Corazón de Cristo y harían "por todos los medios posibles que María fuera conocida y amada de una manera especial". Por dos ocasiones, al terminar su novena a la Virgen, obtuvieron otras tantas generosas promesas (económicas) que hicieron posible su obra. Es natural que años más tarde se pudiera decir: "Nuestra Señora lo ha hecho todo en nuestra congregación".
También resultaba lógico que, al proponerse anunciar a los hombres el amor del Corazón de Cristo e intentar que ellos creyeran y respondieran a ese amor, el Padre Chevalier recurriera a María. Como consecuencia, tanto él como sus compañeros comenzaron a pensar en María y a hablar de María llamándola Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
En aquellos tiempos las nuevas advocaciones y las devociones especiales tenían un relieve peculiar y mayor que ahora en la práctica religiosa del pueblo. Por lo mismo no resulta extraño que en los relatos sobre el descubrimiento del nuevo título y el establecimiento de la nueva devoción se deje ver un cierto aire de excitación o ambiente emotivo. Toda nueva devoción necesitaba ser aprobada por la Santa Sede, y a causa de lo mismo, no eran escasos los observadores suspicaces, alerta a posibles desviaciones tanto en lo referente a la doctrina como a la práctica.
El Padre Chevalier se lo sabia de memoria, por experiencia. Así que, antes de lanzar la idea, se lo pensó mucho y rezó mucho.
 Durante el verano de 1857, el Padre Chevalier y sus compañeros, a la hora de un descanso comunitario, discutían planes e ideas sobre la nueva iglesia que estaban construyendo. El fundador preguntó a los demás qué pensaban acerca del título con que debiera venerarse a la Virgen en el futuro santuario. Hubo propuestas varias.
Claro es que él ya estaba decidido o casi decidido, al cabo de sus largas reflexiones. Habló, pues, de honrar a la Virgen con el título de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, explicándolo. Para él aquel título indicaba que María había sido preferida entre todas las mujeres por el Corazón amante de Dios; que había sido destinada a ser madre de los hombres, para llevarlos al Corazón de su Hijo; que, en fin, era Ella: nuestra poderosa abogada ante el Corazón de su divino Hijo. La idea estaba clara y era sencilla de comprender. Se entusiasmaron todos.
A principios de 1861, cuando se hacían los preparativos para inaugurar la primera parte de las obras, el Padre Chevalier dispuso que se colocara una vidriera policromada con la imagen de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Esta primera imagen (igual que la idea misma) fue el resultado de una simple figuración de María y de Cristo. Primero, una imagen de la Inmaculada con las manos extendidas hacia la tierra, significando el río de gracias que nos llegan por medio de Ella. Delante de esta imagen, otra, la de Cristo niño, señalando con la mano izquierda su propio corazón, y con la derecha a su Madre, como diciendo: "Por medio de mi madre se derramarán sobre la tierra los tesoros de mi corazón"-

La devoción arraigó inmediatamente. Seguro que no todos apreciaron todo el contenido teológico que le daba el Padre Chevalier A muchos les interesó, más que nada, el "poder de intercesión" de la Virgen que se proclamaba al explicar el nuevo título. Bien. Podría ser el comienzo para entender menos "egoístamente" la devoción e ir descubriendo las insondables riquezas del Corazón de Jesús.
Lo que preocupaba al fundador era remediar la indiferencia religiosa, con cuyo objetivo no había cesado un momento de idear diferentes caminos. La "archicofradía" era un medio viejo, pero eficaz sobre todo entonces, si se conseguía que los seglares se hicieran socios. Tales asociaciones espirituales tenían una historia muy antigua y de excelentes resultados.
Los Misioneros del Sagrado Corazón estaban convencidos de que extender o propagar la devoción a Nuestra Señora del Sagrado Corazón era un medio efectivo para cumplir su misión de acercar a los hombres al Corazón de Jesús.
Y la difusión de la nueva devoción fue realmente extraordinaria. Adonde quiera que llegarán los Misioneros del Sagrado Corazón durante los años siguientes, encontraban que la devoción los había precedido.
El fenómeno fue debido, en parte, al jesuita P. Ramière con sus publicaciones y a que la Compañía de Jesús daba a conocer la devoción en sus actividades apostólicas.
Otra persona que se interesó profundamente fue el arzobispo de Bourges, mostrándose ansioso de que el Padre Chevalier fundara la asociación y redactara sus estatutos. Cuando esto fue un hecho, el arzobispo inscribió su nombre como primer asociado.
Hubo miles de inscripciones, ya desde las primeras semanas. Fue tal el aluvión de las solicitudes, que resultó necesario recurrir a Roma para reunir a todas las asociaciones locales en una archicofradía de ámbito universal.
La popularidad de la devoción a Nuestra Señora del Sagrado Corazón fue uno de los motivos que impulsaron a un cierto número de jóvenes extranjeros a pedir su admisión en la congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón.

P.E.J.Cuskelly MSC

29 de mayo de 2018

Nuestra Señora de Ardents

Del sitio Mariología Wiki:
Según la tradición, en Arrás, Paso de Calais, Francia,  hubo una terrible epidemia que recibió el nombre de "fuego del infierno" que devastó el campo en el año 1105 y todos los hombres sintieron que estaban en la garra del espectro de la Muerte. La enfermedad causó una especie de gangrena en las extremidades y terribles sufrimientos en todas las partes del cuerpo, dañó tanto a hombres como a mujeres, e incluso a sus hijos en toda la región.
En ese momento había dos juglares, llamados Itier y Norman, que vivía en el Chateau de Saint-Pol. Itier había jurado odio mortal a Norman por haber matado a su hermano.
Una noche ambos tuvieron el mismo sueño: la Virgen María, vestida de blanco, se les apareció y les dijo que fueran a la catedral. Norman, que estaba más cerca, llegó primero y, al entrar en la catedral, vio a todos los pacientes que se habían refugiado allí. Encontró al obispo y le contó de la aparición, pero el obispo Lambert pensó que Norman se estaba burlando de él y lo envió lejos.
Itier llegó al día siguiente y también habló con el obispo. Cuando el obispo le dijo a Itier que alguien llamado Norman había venido a contarle la misma visión, Itier preguntó dónde estaba, porque tenía la intención de matarlo en el campo para vengar la muerte de su hermano. El obispo Lambert entonces entendió que la Santísima Virgen había enviado a los dos hombres para que se reconciliaran. El obispo les habló a cada uno por separado y luego los puso en presencia de los demás y les pidió que se den el beso de la paz y luego pasen la noche en oración dentro de la catedral.
Era el domingo de Pentecostés, el 28 de mayo de 1105, aproximadamente a las tres de la mañana, cuando la Virgen María se apareció a los dos juglares en la catedral. Norman e Itier presenciaron una repentina luz cuando la Santísima Virgen descendió de la altura de la nave llevando una vela encendida en sus manos. Les dio a los hombres la vela destinada a la curación de los enfermos y les explicó lo que deben hacer. Algunas gotas de la cera que se cayó de la vela se mezclaron con agua, dándole propiedades milagrosas que la gente luego bebería. Todos los que creyeron fueron sanados.
Los dos juglares, ahora hermanos, distribuyeron el agua milagrosa y la epidemia fue detenida, porque los pacientes recuperaban su salud después de beber la mezcla de agua. Hubo muchos prodigios de curación que continuaron durante cientos de años, especialmente con heridas, inflamaciones y úlceras.
El 23 de abril de 1455, el Papa Calixto III concede indulgencias a quienes visitan la Catedral de Arras, donde se guarda el velo y la faja de Nuestra Señora.

28 de mayo de 2018

Nuestra Señora de Nápoles

El abad Orsini escribió: "Dedicación de Nuestra Señora de Nápoles, llamada Santa María la Mayor, por el Papa Juan Pablo II.
En el año 533 un cuadro de la Santísima Virgen, pintado por San Lucas, ha sido cuidadosamente conservado en esta iglesia".
El Santuario Basílica de Carmine Maggiore es una de las basílicas más importantes de Nápoles que data del siglo XIII. Se encuentra en la Piazza Carmine en Nápoles, en un lado de lo que fue la plaza del mercado.
Según la tradición, los Carmelitas huyeron de la Tierra Santa durante la persecución a raíz de la invasión islámica en el lugar, trayendo con ellos la imagen de la Virgen de la Ternura que se cree fuera pintado por San Lucas, el evangelista. Se dice que es la primera imagen venerada por los antiguos de la Orden Carmelita, y una vez en Nápoles,fue consagrada por encima del altar mayor de su iglesia. El icono se conoció como La Bruna , o Madonna Bruna , por el tono oscuro de la piel causada por las velas que habían quemado antes de que por siglos.
En el año 1500 la Virgen Negra fue llevada en procesión a Roma. Muchos milagros ocurrieron en el curso de la peregrinación, y el icono se muestran en la Basílica de San Pedro durante tres días. Había tantos milagros que ocurrieron que cuando el icono regresó a su casa el príncipe de Nápoles, Federico de Aragón, el rey Federico II, decidió poner a prueba la Madre de Dios.
El rey Federico tuvo la audacia de exigir al parecer un milagro del cielo. Ordenó a todos los enfermos, los cojos, los ciegos, los lisiados, y cualquier persona de su reino con cualquier tipo de enfermedad a venir a la iglesia el 24 de junio para implorar una cura del cielo. Instruyó a que todos estaban de montar haber tenido exámenes y documentación escrita como prueba de su enfermedad o discapacidad en el día señalado.
El 24 de junio de ese año, una Santa Misa fue celebrada en presencia del rey, sus nobles y todo el pueblo. Durante la consagración de un rayo de luz viva fue visto a descansar sobre la cara de la Virgen, y al mismo tiempo que refleja su luz sobre cada uno de los enfermos y débiles. En ese instante en que se curaron de sus enfermedades, y esta curación milagrosa fue autenticado por muchos testigos.

27 de mayo de 2018

Nuestra Señora del Popolo

Del sitio de la Basílica de Santa María del Pueblo:

La iglesia de Santa Maria del Popolo se origina en el año 1099, según una colorida historia de aspectos legendarios narrada por los bajorrelieves colocados en el arco sobre el altar. Donde ahora se encuentra la Iglesia, de hecho, las raíces de un álamo (en latín Populus) crecieron justo encima de la tumba del emperador Nerón, quien persiguió a los cristianos comenzando por San Pedro. La "gente" temía que el área fuera infestada por espíritus demoníacos evocados por el esqueleto de Nerón, y quería un lugar de culto para exorcizar el cuadrado tan infame.

En 1256, el Papa Alejandro IV promulgó la bula Licet Ecclesiae catholicae con el que fundó realmente la Orden de San Agustín, uniendo varias órdenes ermitañas en "La Gran Unión". El primer capítulo de la orden naciente se celebra en Santa Maria del Popolo, que antes era servida por los frailes franciscanos que, a cambio, recibían el oficio del Ara Coeli.

La iglesia se convirtió en parroquia en el siglo XVI, cuando el Papa Pío IV, por el decreto de la Sagrada apostolatus 1 de enero de 1561 creó la parroquia de San Andrés en la iglesia de San Andrés del Vignola y se unió perpetuo en la iglesia de los agustinos de la Piazza del Popolo, cuyos monjes tenían que cuidar de la parroquia.

Fue el Papa Pío V quien movió la parroquia a su ubicación actual. La iglesia, desde 1587, alberga el título cardinal de "Santa Maria del Popolo". El cardenal titular actual es monseñor Stanislao Dziwisz de Cracovia, que fue el secretario especial del Papa Juan Pablo II. Con motivo de su toma de posesión, Mons. Estanislao donó una bella imagen del Beato Juan Pablo II, que se venera en la Capilla de Santa Rita, al lado de la santa de lo imposible y Santa Lucía, donde antes de 1900 estaba dedicada la capilla.

26 de mayo de 2018

Nuestra Señora de Caravaggio

Del sitio web Auxiliadora, Madre Mía:
Nuestra Señora de Caravaggio, o Santa María de la Fuente, es el título dado a la Virgen María con la aparición de que, según la tradición católica, se llevó a cabo 26 de mayo 1432 en el campo de los alrededores Caravaggio, en Lombardía.
En el sitio de la aparición, que se repetiría varias veces, fue erigido el Santuario de Caravaggio. Nuestra Señora de Caravaggio es el objeto de devoción en muchos otros lugares, sobre todo en Brasil, más precisamente en la ciudad de Farroupilha en el estado de Rio Grande do Sul, donde se encuentra el mayor santuario mariano dedicado a Ella.
En la primera mitad del siglo XV, la zona de Caravaggio se vio afectada por una lucha constante entre los estados de Milán y Venecia, que compiten por la posesión de la zona conocida como Gera d' Adda; fue un periodo de divisiones políticas y sociales extremas para toda la región.
Fue en este contexto que, en la tarde del día 26 de mayo 1432, tuvo lugar la primera aparición en Caravaggio de María, Madre de Jesús, frente a una joven campesina del lugar, Jeannette de ' Vacchi.
Según el relato proporcionado por la tradición católica, la mujer, de 32 años, estaba angustiada por problemas de alcoholismo que afectaban a su marido, Francisco Varoli, un ex militar. En un momento de gran humillación, la mujer se había retirado al campo para el sur- oeste de la localidad de Caravaggio, en el campo de Mazzolengo, a 2 km del centro de la ciudad. Entre lágrimas, Vacchi informó haber visto una joven mujer como una reina, la fuente de la bondad. La mujer presentaría a sí misma como la Virgen María que instaba al país a no tener miedo, y la próxima preanunciandole recibir un gran mensaje :
"Se me permitió salvar a los cristianos de la próxima y merecen el castigo de la justicia divina para llegar a proclamar la paz",
La Virgen le pediría que los hombres expíen sus pecados ayunando el viernes y orando en la tarde del sábado, como una forma de gratitud por la salvación obtenida; Ella pidió que una capilla fuera erigida en el lugar. La leyenda da la fuente de devoción todavía está activa en el santuario de origen divino.
Jeannette de Vacchi, como tal como le pidió la Virgen María, llevó el mensaje a los ciudadanos y a las autoridades, a quienes les solicitó suscriban los acuerdos de paz para poner fin a las hostilidades.
La misma fuente se convirtió rápidamente en un lugar de peregrinación de los enfermos.
Aunque su participación en la difusión del mensaje de María por fin había dado lugar a la paz en su tierra natal, Jeannette de ' Vacchi fue olvidada poco a poco; la misma casa en la que vivía , que durante años fue el destino de las peregrinaciones y visitas, fue olvidada poco a poco, y la joven desapareció en el anonimato.
Desde la antigüedad, la imagen coronada de la Virgen es una manera de expresar la devoción a la Madre de Cristo.
En 1708 llegó a Roma la noticia de que el capítulo de la basílica de San Pedro, el ejecutor del testamento de Alejandro Sforza , había asignado una corona de oro al Santuario de Santa María.
Los preparativos para esta solemne ocasión era no sólo para renovar la Iglesia, sino también para fijar la unidad del pueblo de Caravaggio hasta el Santuario. La coronación tuvo lugar en el contexto de una celebración fastuosa, típicamente barroca, que atrajo a multitudes de peregrinos.
La Schola Sanctae Mariae abrió las murallas del pueblo en dirección a la Basílica, la localización de un tramo de la avenida de unirse a la carretera ya se llevó a la entrada principal de la iglesia y la construcción de una puerta monumental "Porta Nuova".
Para 1710, tanto dentro como fuera de la nueva puerta, decoraciones triunfales fueron establecidos con varias inscripciones latinas resaltando a Roma y la Casa de Visconti- Sforza del Marqués de Caravaggio. Las inscripciones en el arco de triunfo en la final de la entrada y encima de la puerta principal de la basílica exaltaron a la Virgen María coronada y a Alessandro Sforza , que había diseñado la tiara. Las puertas del templo estaban decoradas y adornadas con símbolos e inscripciones.
El 28 de septiembre comenzaron las celebraciones solemnes, la corona, mientras tanto, fue depositada en la iglesia parroquial de Caravaggio, y llevada en procesión al santuario el 29 de septiembre .
Al final de la Misa Pontifical el 30 de septiembre se llevó a cabo la ceremonia de coronación solemne.

25 de mayo de 2018

Nuestra Señora de San Nicolás

San Nicolás de los Arroyos se encuentra en la provincia de Buenos Aires, República Argentina, a 230 Km. de la Capital Federal, a orillas del Río Paraná. Ciudad donde en 1852 se acordara fundar la Asamblea Constituyente, por eso conocida como Ciudad del Acuerdo, o también como Ciudad del Acero, por la industria metalúrgica, pues allí se encuentra uno de los altos hornos más grandes de América Latina, pero será luego conocida como la Ciudad de María.

La ciudad lleva el nombre de un Santo nacido hacia el año 270, a quien se ha levantado mayor cantidad de iglesias en el mundo, después de la Santísima Virgen. San Nicolás defendió valientemente en el Concilio de Nicea el misterio de la maternidad divina de María.

En esta ciudad que lleva su nombre, el día 25 de septiembre de 1983 la Virgen se aparece a Gladys Quiroga de Motta, en su habitación, mientras rezaba el rosario.

La Virgen estaba vestida de azul, tenía el Niño en brazos y un rosario en la mano. La Santísima Madre hizo un gesto, como para darle el rosario a Gladys. La aparición fue muy breve, como una especie de anunciación.

Gladys es una mujer de pueblo, sencilla, esposa de un operario metalúrgico y madre de dos hijas. Nunca antes había experimentado nada similar. El día anterior había visto iluminarse el rosario que tenía colgado en su habitación. Algunos vecinos lo vieron también. Allí comenzó a rezar el rosario, y al día siguiente se produjo la primera aparición.

Durante algún tiempo, en varios lugares de Buenos Aires varias familias atestiguaron este fenómeno en sus propias casas. Gladys no acostumbraba a escribir. Asistió a la escuela primaria hasta cuarto grado. Sin embargo fue dejando testimonio por escrito de los mensajes y los hechos que cambiaron su vida y la de muchos.

El 28 de septiembre y el 5 de octubre de 1983 nuevamente la Virgen se le aparece a Gladys mientras reza el rosario. La Madre repite el gesto de tenderle el suyo. La Virgen no había hablado todavía.

El 7 de octubre, fiesta del Rosario, sintió el anuncio interior que había aprendido a reconocer, cerró los ojos, vio una luz, y en ella a la Santísima Virgen, real y llena de vida, sosteniendo en sus manos un gran rosario. Gladys le preguntó qué esperaba de nosotros. La imagen se borró y apareció la visión de un templo. Con ello comprendió que María quería estar entre nosotros.

El 13 de octubre, día de la última aparición de Fátima, la Virgen habla por primera vez: "Has cumplido. No tengas miedo. Ven a verme. De mi mano caminarás y muchos caminos recorrerás" Luego del mensaje la Virgen agrega una cita de la Biblia, la palabra de Dios que ilumina toda palabra. Con este texto la alienta a cumplir su misión, a llevar sus mensajes aunque se presenten dificultades. A partir de allí comienza a recibir otros mensajes en forma frecuente. El 19 de octubre le dijo: "Rebeldes son los injustos y humildes los servidores del Señor. Buscad ayuda, se te dará. No temáis. Nada te pasará. El Señor nada deja librado al azar."

El 25 de octubre Gladys va por segunda vez, desde que comenzaron las apariciones, a la ciudad de Rosario, sede del arzobispado, ciudad consagrada a Nuestra Señora del Rosario. Ese día, exactamente a un mes de la primera aparición, la Virgen se le aparece y le tiende un rosario blanco: "Recibe este rosario de mis manos y guárdalo por los siglos de los siglos. Contenta estoy porque eres obediente. Y alégrate porque Dios está contigo".

Los mensajes continúan, con frecuentes referencias a las Sagradas Escrituras. Es que María conduce a la palabra de Dios y de esta manera continúa su invitación, como lo hiciera a los servidores de Caná: “Hagan todo lo que él les diga”. Éste es un hecho nuevo y singular en la historia de las apariciones marianas.

En noviembre la Virgen le da varios mensajes, donde recuerda su cercanía, su protección y ayuda:

"Cuando lo necesitéis, acudid a mí, yo te responderé. Feliz estoy contigo, digna eres de mi confianza. Gloria al Señor". De mi presencia tenéis sed, de mis manos comerán. Tened paciencia, todo a su debido tiempo llegará.

"Tu espíritu, del Espíritu Santo alimentado está" Gladys siente entonces un gran aroma a rosas, una de las frecuentes manifestaciones marianas. La Virgen le dice: "Aquél que huele el perfume de mis rosas, conmigo camina. Gloria al Señor."

El 15 de noviembre de 1983, Jesús le habla a Gladys por primera vez: “Soy el sembrador, la cosecha será grande” El mismo día la Virgen dice: "Soy patrona de esta región. Haced valer mis derechos." Este mensaje nos recuerda que la parroquia de San Nicolás había sido encomendada desde el principio a Nuestra Señora del Rosario. La imagen, hoy venerada en el Santuario, había ocupado un lugar destacado en la catedral inaugurada en 1884. Luego de ser bendecida por el Papa León XIII, fue traída desde Roma y donada para este lugar. Después de distintas ubicaciones en la catedral y a raíz de su deterioro, fue depositada la imagen en el campanario a la espera de una reparación que nunca llegaba.

En 1983, el 27 de noviembre, día de la Medalla Milagrosa y primer día de la Novena a San Nicolás, el Padre Pérez, confesor de Gladys y párroco de la catedral, se dio cuenta de que la imagen de Nuestra Señora del Rosario que por largo tiempo había estado en la catedral y se encontraba ahora en el campanario, coincidía con la descripción de Gladys. Entonces condujo a Gladys hasta el campanario, quien reconoció inmediatamente la imagen de la aparición, aunque le faltaba una mano y el rosario. En ese momento se le apareció la Virgen María frente a la imagen: "Me tienen olvidada, pero he resurgido. Ponedme allí, porque me ves tal cual soy. No os apenéis, ya me tendrán. Quiero estar en la ribera del Paraná. Poneos firmes. Allí viste mi luz. Que no flaqueen tus fuerzas. Gloria al Altísimo Padre." El Padre Pérez hizo reparar la imagen y colocó en sus manos y en las del Niño Jesús un nuevo rosario.

Nuestra Madre ha elegido un lugar de bendición, cerca del río. Allí quiere recibirnos. Cerca de ti quiero estar. El agua es una bendición. Quiero poder recibiros en un día no muy lejano en la casa que he elegido.

Ante la pregunta de Gladys, de si debía ser capilla o santuario, la Virgen le da una respuesta a través de las Sagradas Escrituras. Le dice que lea Éxodo 25, 8 que dice: “Me harán un santuario y habitaré en medio de ellos”.

En la noche del 24 de noviembre, unos días antes del reconocimiento de la imagen que estaba en el campanario, Gladys se dirigió con un grupo de personas al lugar que la Santísima Madre eligiera para construir su Templo. Y al tiempo que les mostraba el sitio donde veía la aparición, un fuerte rayo de luz cayó sobre el lugar pareciendo hundirse en el suelo. Una niña de nueve años vio también ese rayo. Al día siguiente la Virgen dijo a Gladys: "El Espíritu Santo es tu guía. Debes obedecer. Elegido está el lugar de mi morada. Todo queda en vuestras manos."

Aproximadamente a los tres meses de la primera aparición, un rayo de luz iluminó por segunda vez el lugar del Santuario. "Vuestra Madre os pide su morada. No quiero esplendores. Quiero sí una casa espaciosa. No olvidéis el santuario, ya que será el santuario del Señor. El tiempo pasará mas esto perdurará.

Una vez aprobado el proyecto del Templo, por la Santísima Virgen, y comenzada su construcción, la imagen fue trasladada al nuevo Santuario en 1989. Ante la pregunta de Gladys si le gustaría que la llamaran María del Rosario de San Nicolás, la Virgen le responde: "Así debe ser. Mi anhelo es estar entre vosotros, colmarles de bendiciones, de paz, de alegría, y acercarles al Señor Nuestro Dios."

La Virgen hizo acuñar a Gladys una medalla con la advocación de María del Rosario de San Nicolás, y en el reverso la Santísima Trinidad con siete estrellas. "Hija mía, el significado de las siete estrellas son siete gracias que mi Hijo Jesucristo concederá a quien la lleve sobre su pecho. Alabado sea el Señor.

Gladys recibió más de mil ochocientos mensajes, desde el 13 de octubre de 1983 hasta el 11 de febrero de 1990, día del último mensaje.

24 de mayo de 2018

María Auxilio de los Cristianos

Del sitio www.auxiliadora.com:
Los cristianos de la Iglesia de la antigüedad en Grecia, Egipto, Antioquía, Efeso, Alejandría y Atenas acostumbraban llamar a la Santísima Virgen con el nombre de Auxiliadora, que en su idioma, el griego, se dice con la palabra "Boetéia", que significa "La que trae auxilios venidos del cielo". Ya San Juan Crisóstomo, arzobispo de Constantinopla nacido en 345, la llama "Auxilio potentísimo" de los seguidores de Cristo. Los dos títulos que más se leen en los antiguos monumentos de Oriente (Grecia, Turquía, Egipto) son: Madre de Dios y Auxiliadora. (Teotocos y Boetéia). En el año 476 el gran orador Proclo decía: "La Madre de Dios es nuestra Auxiliadora porque nos trae auxilios de lo alto".
San Sabas de Cesarea en el año 532 llama a la Virgen "Auxiliadora de los que sufren" y narra el hecho de un enfermo gravísimo que llevado junto a una imagen de Nuestra Señora recuperó la salud y que aquella imagen de la "Auxiliadora de los enfermos" se volvió sumamente popular entre la gente de su siglo.
El gran poeta griego Romano Melone, año 518, llama a María "Auxiliadora de los que rezan, exterminio de los malos espíritus y ayuda de los que somos débiles" e insiste en que recemos para que Ella sea también "Auxiliadora de los que gobiernan" y así cumplamos lo que dijo Cristo: "Dad al César lo que es del César" y lo que dijo Jeremías: "Orad por la nación donde estáis viviendo, porque su bien será vuestro bien". En las iglesias de las naciones de Asia Menor la fiesta de María Auxiliadora se celebra el 1º de octubre, desde antes del año mil (En Europa y América se celebre el 24 de mayo). San Sofronio, Arzobispo de Jerusalén dijo en el año 560: "María es Auxiliadora de los que están en la tierra y la alegría de los que ya están en el cielo".
San Juan Damasceno, famoso predicador, año 749, es el primero en propagar esta jaculatoria: "María Auxiliadora rogad por nosotros". Y repite: "La Virgen es auxiliadora para conseguir la salvación. Auxiliadora para evitar los peligros, Auxiliadora en la hora de la muerte". San Germán, Arzobispo de Constantinopla, año 733, dijo en un sermón: "Oh María Tú eres Poderosa Auxiliadora de los pobres, valiente Auxiliadora contra los enemigos de la fe. Auxiliadora de los ejércitos para que defiendan la patria. Auxiliadora de los gobernantes para que nos consigan el bienestar, Auxiliadora del pueblo humilde que necesita de tu ayuda".
El nombre de Auxiliadora se le daba en el año 1030 a la virgen María, en Ucrania (Rusia), por haber liberado aquella región de la invasión de las tribus paganas. Desde entonces en Ucrania se celebra cada año la fiesta de María Auxiliadora el 1ro de octubre.
En el siglo XVI, los mahometanos estaban invadiendo a Europa. En ese tiempo no había la tolerancia de unas religiones para con las otras. Y ellos a donde llegaban imponían a la fuerza su religión y destruían todo lo que fuera cristiano. Cada año invadían nuevos territorios de los católicos, llenando de muerte y de destrucción todo lo que ocupaban y ya estaban amenazando con invadir a la misma Roma. Fue entonces cuando el Sumo Pontífice Pío V, gran devoto de la Virgen María convocó a los Príncipes Católicos para que salieran a defender a sus colegas de religión. Pronto se formó un buen ejército y se fueron en busca del enemigo. El 7 de octubre de 1572, se encontraron los dos ejércitos en un sitio llamado el Golfo de Lepanto.
Los mahometanos tenían 282 barcos y 88,000 soldados. Los cristianos eran inferiores en número. Antes de empezar la batalla, los soldados cristianos se confesaron, oyeron la Santa Misa, comulgaron, rezaron el Rosario y entonaron un canto a la Madre de Dios. Terminados estos actos se lanzaron como un huracán en busca del ejército contrario.
Al principio la batalla era desfavorable para los cristianos, pues el viento corría en dirección opuesta a la que ellos llevaban, y detenían sus barcos que eran todos barcos de vela o sea movidos por el viento. Pero luego - de manera admirable - el viento cambió de rumbo, batió fuertemente las velas de los barcos del ejército cristiano, y los empujó con fuerza contra las naves enemigas. Entonces nuestros soldados dieron una carga tremenda y en poco rato derrotaron por completo a sus adversarios.
Es de notar, que mientras la batalla se llevaba a cabo, el Papa Pío V, con una gran multitud de fieles recorría las calles de Roma rezando el Santo Rosario.
En agradecimiento de tan espléndida victoria San Pío V mandó que en adelante cada año se celebrara el siete de octubre, la fiesta del Santo Rosario, y que en las letanías se rezara siempre esta oración: MARÍA AUXILIO DE LOS CRISTIANOS, RUEGA POR NOSOTROS.
El centro de expansión , de este titulo, radicó en Alemania meridional, que, a pesar del triunfo protestante, se propusieron mantenerse fieles al catolicismo. En 1618 estallan las guerras de religión conocidas como "guerras de los 30 años". Los príncipes católicos y el pueblo comenzaron a invocar a la virgen Santísima con el titulo de "María Auxiliadora" y acudieron en peregrinación a una capilla que, con esta denominación se había levantado a la Virgen en la ciudad de Passau ( Alemania). En medio de las mil vicisitudes de la guerra, de la peste y del enfrentamiento religioso, los católicos de Baviera y del Tirol se sintieron protegidos por la Santísima Virgen y experimentaron una renovación espiritual. Este movimiento mariano estuvo alentado y guiado por los Padres Capuchinos y por la Cofradía de María Auxiliadora, promotora de la nueva devoción mariana. En ella muchos creyeron encontrar un medio seguro para salvar su Fe católica y la libertad de sus tierras.
Junto a las convulsiones religiosas y sociales provocadas en le centro de Europa por la crisis protestante, surgió el ímpetu del Islam. En 1683 los turcos, capitaneados por el visir Kará Mustafá, ponen sitio a Viena, capital del imperio. El Papa Inocencio XI vio entonces en serio peligro la existencia de una Europa cristiana; los creyentes acudieron a la protección de la Virgen María. La invocación María, ayuda (María hilf), afirma un historiador, recorrió todas las regiones de Alemania y Austria. La victoria fue para las fuerzas cristianas, aunque las islámicas eran tres veces superiores. Viena quedó liberada. Una vez mas los pueblos experimentaron la ayuda de la virgen María Auxiliadora.
El siglo XIX sucedió un hecho bien lastimoso: El emperador Napoleón llevado por la ambición y el orgullo se atrevió a poner prisionero al Sumo Pontífice, el Papa Pío VII. Varios años llevaba en prisión el Vicario de Cristo y no se veían esperanzas de obtener la libertad, pues el emperador era el más poderoso gobernante de ese entonces. Hasta los reyes temblaban en su presencia, y su ejército era siempre el vencedor en las batallas.
El Sumo Pontífice hizo entonces una promesa: "Oh Madre de Dios, si me libras de esta indigna prisión, te honraré decretándote una nueva fiesta en la Iglesia Católica". Y muy pronto vino lo inesperado. Napoleón que había dicho: "Las excomuniones del Papa no son capaces de quitar el fusil de la mano de mis soldados", vio con desilusión que, en los friísimos campos de Rusia, a donde había ido a batallar, el frío helaba las manos de sus soldados, y el fusil se les iba cayendo, y él que había ido deslumbrante, con su famoso ejército, volvió humillado con unos pocos y maltrechos hombres. Y al volver se encontró con que sus adversarios le habían preparado un fuerte ejército, el cual lo atacó y le proporcionó total derrota. Fue luego expulsado de su país y el que antes se atrevió a aprisionar al Papa, se vio obligado a pagar en triste prisión el resto de su vida.
El Papa pudo entonces volver a su sede pontificia y el 24 de mayo de 1814 regresó triunfante a la ciudad de Roma. En memoria de este noble favor de la Virgen María, Pío VII decretó que en adelante cada 24 de mayo se celebrara en Roma la fiesta de María Auxiliadora en acción de gracias a la madre de Dios.
El 9 de junio de 1868, se consagró en Turín, Italia, la Basílica de María Auxiliadora. La historia de esta Basílica es una cadena de favores de la Madre de Dios. su constructor fue San Juan Bosco, humilde campesino nacido el 16 de agosto de 1815, de padres muy pobres.
A los tres años quedó huérfano de padre. Para poder ir al colegio tuvo que andar de casa en casa pidiendo limosna. La Santísima Virgen se le había aparecido en sueños mandándole que adquiriera "ciencia y paciencia", porque Dios lo destinaba para educar a muchos niños pobres. Nuevamente se le apareció la Virgen y le pidió que le construyera un templo y que la invocara con el título de Auxiliadora.
Empezó la obra del templo con tres monedas de veinte centavos. Pero fueron tantos los milagros que María Auxiliadora empezó a hacer en favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la gran Basílica. El santo solía repetir: "Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen". Desde aquel santuario empezó a extenderse por el mundo la devoción a la Madre de Dios bajo el título de Auxiliadora, y son tantos los favores que Nuestra Señora concede a quienes la invocan con ese título, que ésta devoción ha llegado a ser una de las más populares.
San Juan Bosco decía: "Propagad la devoción a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros" y recomendaba repetir muchas veces esta pequeña oración: "María Auxiliadora, rogad por nosotros". El decía que los que dicen muchas veces esta jaculatoria consiguen grandes favores del cielo.
El mismo Don Bosco ideó la imagen de la Señora: vestida con túnica y manto regios, como reina bellísima, coronada de doce estrellas, con la enseña de su Hijo Jesús en los brazos, atento como Ella a los hombres, y con el poder de Dios en su mano derecha, simbolizado en el cetro. Y con los ojos en dirección a la tierra, a la Iglesia, a la Humanidad. Una Señora dinámica, en pie, dispuesta a auxiliar de inmediato. Esta imagen, reproducida en miles de formas: medallas, estampas, calendarios, llaveros... nos ofrece una compañía cotidiana como una interpelación y un signo de que detrás hay gente amiga. La imagen también se hace peregrina, en pequeñas estatuillas que van de casa en casa, visitando los hogares en su humilde altar ambulante. Esta visita es devuelta el 24 de mayo, acontecimiento anual de características singulares. Todos los templos de María Auxiliadora reciben a muchedumbres de devotos y son escenario de expresiones impregnadas de un profundo sentido religioso, cristiano y popular. Se dan cita, junto a la liturgia más entrañable, procesiones y verbenas, el calor del encuentro y la alegría de la esperanza. Esta fiesta va precedida de la solemne novena y tiene el 24 de cada mes su conmemoración, como un medio más para la continuidad, a través del año, de una vida cristiana que se va haciendo bajo la mirada alentadora de la Madre Auxiliadora.

23 de mayo de 2018

Nuestra Señora La Linda

Destaca el Cusco entre las ciudades de América Latina por la riqueza y variedad de su patrimonio histórico y cultural. Tras el descubrimiento y la conquista del vasto imperio de los incas por un puñado de españoles en el siglo XVI, la disputa por la posesión de su capital —la joya de la corona— encendió la mecha de la discordia entre los dos principales socios de la colosal empresa, Francisco Pizarro y Diego de Almagro.
Muertos los valientes, cesadas las luchas fratricidas, instaurada la paz y establecido el Virreinato del Perú, la ciudad del Cusco no perdió su importancia original, y continuó siendo un influyente centro político, social, administrativo y religioso.
Así, el 13 de enero de 1536, el Papa Paulo III erigió la sede episcopal Cuschensis, la primera demarcación eclesiástica en tierras peruanas. La ciudad imperial se convirtió en el marco natural del encuentro entre la nobleza incaica y la nobleza castellana. Sobre las ruinas de la otrora capital del Tahuantinsuyo se irguió en pocos años una metrópoli mestiza que es hoy la admiración y el encanto de cuanto viajero nacional o extranjero la recorre. Desde 1787, fue también sede de la Real Audiencia del Cusco, máximo tribunal de la corona española en la región.
No obstante, con el advenimiento de la república en el siglo XIX, la urbe fue injustamente marginada a un segundo plano, quizá por su pasado monárquico. Más recientemente, a partir del descubrimiento en 1911 de Machu Picchu —la ciudadela perdida de los incas— y de la puesta en valor de su valioso patrimonio, el Cusco comenzó a recobrar parte de su antigua importancia, esta vez a causa del turismo.
En el mismo lugar que ocupaba el Kiswarcancha, el palacio del inca Wiracocha, a lo largo de más de un siglo se erigió la actual catedral del Cusco, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción, en reemplazo del pequeño templo donde tuvo lugar la célebre aparición de la Virgen María durante el cerco de Manco Inca. La primera piedra se colocó en 1560 durante el gobierno eclesiástico del dominico Fray Juan Solano, segundo obispo del Cusco, y fue consagrada en 1668 por Bernardo de Izaguirre de los Reyes, décimo tercer prelado de la diócesis.
El conjunto arquitectónico formado por la Basílica Catedral y las iglesias del Triunfo y de la Sagrada Familia —monumentos de piedra, arte y fe— guarda en su interior un caudal de imágenes sagradas entre las que sobresale una milagrosa efigie del Crucificado, el portentoso Señor de los Temblores. Del mismo modo se venera a Nuestra Señora de la Antigua, a la Virgen del Triunfo o del Sunturhuasi y a la Purísima Concepción. Digamos entonces ahora algo sobre esta última.
Al ingresar a la Iglesia Mayor del Cusco, siguiendo por la nave del Evangelio, llegando a la cuarta capilla lateral nos deparamos con una bellísima imagen de la Virgen Inmaculada, graciosamente llamada desde antaño por el nombre de La Linda. Se trata de una escultura policromada de gran tamaño, tallada en madera, confeccionada tres siglos antes de la solemne proclamación del dogma mariano por el Papa Pío IX. “Aunque se ignora la fecha en que fue traída a la catedral —señala el historiador P. Vargas Ugarte— se cree con fundamento que data de los primeros años de la ciudad”, gracias a la prodigalidad del emperador Carlos V.
Representa a María Santísima en el misterio de su Purísima Concepción: “doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente”. La Virgen cusqueña está de pie, con las manos juntas orientadas hacia arriba en actitud de oración, pisando sobre una medialuna de plata rematada en sus extremos por dos pequeños querubines. Llama la atención su majestuoso porte, su singular hermosura y su inefable bondad. Entre sus innumerables joyas posee una corona de oro y piedras preciosas, obsequio del obispo Manuel de Mollinedo y Angulo, gran mecenas del arte cusqueño. Su colosal anda de plata repujada fue donada en 1781 por doña Mónica Orcohuaranca, descendiente de la nobleza incaica.
El cronista Diego de Esquivel y Navia, en su obra Noticias cronológicas de la gran ciudad del Cusco, señala que en 1651, reunidos ambos cabildos —el eclesiástico y el seglar— junto a los oficiales de los gremios de la ciudad: “Y habiéndolo así entendido y conferido entre sí […] sin contradicción de persona alguna, eligieron por patrona del dicho obispado y provincia, a la Reina de los Ángeles María Santísima Nuestra Señora y al misterio de su Purísima Concepción, para que su día en cada un año sea de precepto y se celebre con toda devoción y decencia posible en esta insigne Catedral a su santa imagen de la Concepción, que llaman la Linda, por el fervoroso amor y afecto grande que le tienen los fieles todos de esta ciudad y ser la hechura más hermosa y más devota de esta ciudad y de todo su obispado. Y por su patrón particular de la dicha ciudad al bienaventurado Apóstol Santiago, por haber sido quien milagrosamente tuvo gran parte en su conquista y pacificación, peleando visiblemente a favor de los españoles contra los indios, según lo testifica la tradición antigua derivada de unos en otros”. Lo cual determina la gran devoción que ya por entonces la ciudad le profesaba.
Si bien la fiesta de La Linda tiene lugar el 8 de diciembre, coincidiendo con la Inmaculada Concepción, la devoción popular se vuelca hacia ella durante la multitudinaria procesión de Corpus Christi. De las quince imágenes que actualmente siguen al Santísimo Sacramento alrededor de la Plaza de Armas, es la única que parte de la catedral, por lo que es considerada la anfitriona. Como tal, el día central de la fiesta es la última que acompaña al cortejo, y en la octava, es la que da por terminada la procesión.
Esa semana, entre una y otra procesión, las vírgenes y los santos quedan dentro de la iglesia en sus respectivas andas y pernoctan en ella, apoyados en las bancas. En aquellos estáticos momentos, una gracia sublime envuelve el ambiente y la catedral se transforma en cielo…
Durante el resto del año, La Linda permanece recluida en su capilla, tras las formidables verjas de madera doradas: “Se trata sin duda de la más destacada e impresionante de las capillas de la nave del Evangelio, por la riqueza de su decoración, las tallas y la excelencia del estilo barroco expresado en cada detalle”.
A La Linda no le faltan sus chayñas (conjunto de damas que le cantan a la Virgen o al Señor), así como los inocentes pajaritos de la mañana alaban con sus chirridos al Creador. Para ello cuentan con un amplio repertorio musical y cánticos en quechua como el Ccollanan María (Gloria a ti María), que son un deleite para los oídos del alma.
Quiera Dios que la devoción a la Santísima Virgen, representada aquí por su imagen de La Linda, penetre el corazón del hombre moderno, enceguecido por el orgullo y corroído por la sensualidad, y convirtiéndolo lo eleve a las más altas consideraciones que son semilla de vida eterna

22 de mayo de 2018

Nuestra Señora de las Gracias

Del sitio del Santuario de María de las Gracias en Brescia, Italia:

La devoción especial del pueblo de Brescia hacia esta sagrada imagen remonta al 22 de mayo de 1526, cuando muchas personas vieron a la Virgen abrir y cerrar milagrosamente las manos y los ojos, casi en el acto de impetrar algún favor del Divino Infante, y el Niño Jesús responder con los mismos gestos de suave dulzura.

 El obispo de Brescia, Paolo Zane, aprobó y confirmó lo sucedido. Testimonio del hecho milagroso en los Archivos de los Padres de la Paz en Brescia, se puede leer en este extracto: " ... En el momento en que (Francis P. Cabrino) se encontraba en Brescia para sus estudios, en 1526, se produjo en la primera fiesta de Pentecostés, el 22 de mayo y que se prolongó durante toda la octava, el asombroso milagro de Madonna delle Grazie, que puede haber producido una impresión favorable en él. El Obispo diocesano Monseñor Paolo Zane estuvo presente en el milagro y Monseñor Mattia Ugoni nov. Bresciano Obispo de Famagusta i.p.i. y su vicario; quien con un registro público atestiguó la verdad, como nos dice Cesare Luzzago en su libro "Corona della Madonna. de las Gracias de Brescia ".

Junto con numerosas personas ellos vieron en la imagen de la Virgen, del muro de la capilla junto a la sacristía, que en varias ocasiones abría y cerraba los ojos, y hacían que el niño sonriera hacia la Madre; y también las imágenes de San José y de los Ángeles se movían como un signo de adoración

21 de mayo de 2018

Nuestra Señora Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia

Del sitio: María de Nazaret:

"La memoria (1) de la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia" debe ser de ahora en adelante "inscrita en el calendario romano y el lunes de Pentecostés celebrado anualmente," acaba de declarar por decreto del Vaticano, la Iglesia universal.

Esta decisión de Roma es importante. Es la primera vez que la Iglesia establece oficialmente una fiesta de la Virgen María como Madre de la Iglesia, ya que el Papa Pablo VI, en el Concilio Vaticano II, hizo agregar a la constitución dogmática Lumen Gentium, un párrafo que declara a "la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia". Desde entonces exist­ía para celebrar a María Madre de la Iglesia, solo la posibilidad de las misas votivas, es decir, "dichas con una intención particular".

Al firmar este decreto, el Papa Francisco pone de relieve en gran medida la maternidad de María para toda la Iglesia, ya sea la Iglesia ministerial (religiosos consagrados y ordenados) o todos los laicos del pueblo de Dios.

Sabemos hasta qué punto el Santo Padre quiere darle toda su importancia al papel materno de María en la Iglesia, pero también al papel materno de la Iglesia misma frente al mundo, siguiendo el ejemplo de la Virgen. María. El establecimiento de esta hermosa festividad de María Madre de la Iglesia es, por lo tanto, un nuevo avance en la comprensión de la naturaleza de la Iglesia, como también en la comprensión del papel de la mujer en la Iglesia.

Nuestra piedad mariana se ve fortalecida para permitirnos, como dijo San Luis Grignion de Montfort, de ir a Jesús por María

(1). Se trata de una « Memoria obligatoria ». Se llama « Memoria » el grado de celebración litúrgica que sigue a la Solemnidad y a la Festividad. No solo la misa, sino el oficio debe ser celebrado en honor del santo. Entonces se habla de « Memoria obligatoria », por oposición a « Memoria facultativa », indicando la celebración de un santo del que se puede hacer memoria en el oficio, y en cuyo honor se puede celebrar la misa.

20 de mayo de 2018

Nuestra Señora de Zhyrovichy

Del sitio Where We Walked:

Zhyrovichy* se halla en la región de Grodno, en el este de Bielorrusia, que perteneció al Gran Ducado de Lituania cuando comienza esta historia. 

Una noche alrededor de 1500 (contadores de historias y eruditos discrepan sobre el año), algunos pastores notaron una luz radiante de peral silvestre, cuya fuente en las ramas resultó ser un jaspe ovalado, del tamaño de la mano de un niño, tallado con la imagen de una mujer y un niño, y la inscripción eslava, "Más honorable que los querubines, y más glorioso que los serafines en comparación" En la virginidad le dio a Dios el Verbo, verdadera Madre de Dios, lo magnificamos ". El retrato era reconocible como un icono tipo Eleousa o Ternura, con la mejilla del niño contra la de su madre y las palabras como el estribillo del Magnificat en la liturgia ortodoxa. 

Los pastores llevaron su hallazgo al propietario, Alexander Soltan, quien lo colocó en un cofre, pero cuando el objeto reapareció en el bosque, Soltan construyó allí una iglesia de madera. Unos cincuenta años después, se incendió. Posteriormente, algunos niños que pasaban por el lugar vieron a una mujer radiante sosteniendo el ícono de piedra. Cuando sus padres regresaron allí con el sacerdote, ella desapareció, pero el ícono estaba allí en la roca donde se había sentado. Se construyó una nueva iglesia de piedra, a la que acudieron los peregrinos de toda Lituania y Ucrania.

En 1558, el santuario se hizo famoso por un milagro de resurrección. Los médicos habían abandonado a la gravemente enferma Iryna, de 17 años, prescribiendo una peregrinación a Zhyrovichy como remedio de último recurso. Pero cuando la familia llegó al santuario, la niña ya estaba muerta. Sus padres decidieron enterrarla allí. Tres días después, en el funeral, Iryna sorprendió a los dolientes levantándose de su ataúd para arrodillarse ante el ícono. Se hizo monja en un convento en Pinsk, donde sirvió como abadesa durante muchos años.

En 1575, el señor de Zyrovichy estableció un monasterio ortodoxo en el santuario. A principios de 1600, el monasterio quedó bajo los monjes basilianos del nuevo rito greco católico. Una copia de la imagen de piedra fue llevada a Roma, donde es reverenciada como la Madonna del Popolo en la Iglesia de los Santos Sergio y Baco. En 1730, Atanasio Sheptitsky, metropolitano greco católico de Kiev y Galicia, coronó solemnemente a la Madre de Dios de Zhyrovichy con una corona romana bendecida por el Papa Benedicto XIII. En la década de 1800, el monasterio regresó a la ortodoxia.

En 1915, el ícono fue trasladado a la cripta de la Catedral de San Basilio en la Plaza Roja en Moscú. Sacado de contrabando de la Unión Soviética en un cargamento de mermelada, regresó a la diócesis de Grodno en 1938, faltando la mayoría de sus adornos. Ahora está en la Iglesia de la Exaltación de la Cruz en el monasterio de la Santa Dormición en Zhyrovichy. Las iglesias ortodoxas rusas y bielorrusas celebran la fiesta de la Madre de Dios de Zhyrovichy el 20 de mayo (7 de mayo en el calendario juliano).

 
* El nombre Жыровічы se translitera diversamente: Zhirovichi, Zhirovits, Zhirovitsy, Zhuravichi, Zhyrovichy, Žyrovičy, Żyrowice.